Contenido Patrocinado

Economía circular: línea recta hacia los beneficios a largo plazo

Repensar, reimaginar y transformar. Son las claves hacia una economía circular futura. Actuar sobre cómo producimos y consumimos para no tener que plantear qué hacer con la cantidad ingente de residuos. Lo más importante radica en todo lo que ocurre antes del proceso. Y aunque hay consenso en que el actual modelo lineal de producir, usar y tirar no tiene recorrido en el futuro, el cambio a la economía circular no es sencillo

ECONOMÍA CIRCULAR REPOR 1-4
Miguel Ángel García Vega

Escuchemos a Naciones Unidas. Un informe de enero asegura que la extracción de materias primas aumentará el 60% durante 2060. El empleo de recursos naturales se ha disparado un 400% desde 1970 debido al crecimiento demográfico, el mundo inmobiliario y la industrialización. De hecho, Janez Potocnik, copresidente del panel que firma el análisis, alertó de que una extracción de materias primas en la escala prevista casi seguramente desencadenará tormentas, sequías y otros desastres climáticos.

Entre tanto, aparecen ideas, bien conocidas, que intentan paliar el problema. Más trabajo en remoto, bicicletas, trenes y reducir el uso de recursos. “Las políticas futuras de la Unión Europea sobre economía circular necesitan centrarse más en el lado de la demanda y de una transición justa”, reflexiona Zakia Khattabi, ministra de Clima y Medio Ambiente de Bélgica, que ocupa la presidencia rotatoria de la eurozona. Pese a todo, “cada vez la gente está más comprometida: mi familia me dice; ¿eh, qué vas a tirar?”, relata con humor Christopher Pissarídes, premio Nobel de Economía 2010, vía Zoom. Su propuesta es un amplio sistema de servicios públicos que se financien con progresividad fiscal.

Las políticas futuras de la UE sobre economía circular necesitan centrarse más en el lado de la demanda y en una transición justa
Zakia Khattabi, ministra de Clima y Medio Ambiente de Bélgica

Tiempos de números y de cifras inimaginables. Ese es el camino de la banca de inversión. La economía circular ⎯de acuerdo con Goldman Sachs⎯ podría aportar unos beneficios económicos de 2,9 billones de dólares (2,6 billones de euros) al año en 2030 y aumentar la producción mundial 4,5 billones (4,1 billones) en la misma fecha. Han troceado los materiales básicos para la transición energética y esta es la econometría.

Un par de proyecciones. “Necesitamos más cobre (20%), cobalto (21%), litio (11%), aluminio (9%) y níquel (4%) para cumplir los compromisos de 2030. Sólo un aerogenerador marino exige nueve veces más materias primas, que gas, por megavatio”, sostiene la entidad. Busquemos, entonces, nuevas minas. Pésima idea. Una explotación de cobre ⎯aseguran⎯ tarda unos 17 años en estar operativa. De nuevo, otros números. El material reutilizado de los paneles solares podría superar los 9.000 millones de dólares en 2050 y el de los repuestos de coches 126.400 millones allá por 2030.

Pila de basura de papel para reciclar.
Pila de basura de papel para reciclar.Richard Drury (Getty Images)

Las personas, siempre en el centro

En el fondo, existe una crítica a este sistema capitalista: que aún continúa siendo lineal. Consumir, usar y tirar. Consumir, usar y tirar. “La economía lineal ha provocado una elevada desigualdad y la circular abre la opción de otra más inclusiva pero resulta necesario poner a las personas, además del planeta, en el centro de las decisiones”, admite el economista José Carlos Díez.

El informe de Naciones Unidas defiende que gran parte de la crisis inmobiliaria de Europa podría resolverse recuperando un uso mejor de las casas vacías, el espacio subutilizado y una vida centrada en la comunidad en vez de en las tierras vírgenes. “Existe un hecho obvio”, recuerda Martin Wolf, quizá el analista económico más prestigioso del mundo: “La economía circular sólo puede surgir con los incentivos adecuados”.

El nuevo modelo de gestión, según Goldman Sachs, podría aportar unos beneficios de 2,6 billones de euros y aumentar la producción mundial 4,5 billones en 2030

En lo relativo al efecto sobre el medio ambiente, Matthias Fawer, analista de ESG e Impacto de la gestora Vontobel, matiza: “La economía circular no es la solución al cambio climático. Sin embargo, su influencia en la reducción de emisiones resulta esencial”. Vidrio, cartones, acero, aluminio, metales preciosos, residuos industriales... Y empleando la tecnología adecuada, incluso PET.

Hasta los mercados bursátiles tienen voz crítica: “La reducción de la desigualdad económica y el desarrollo de tecnologías reciclables son pasos esenciales hacia una economía circular, de verdad, sostenible”, indica Sergio Ávila, analista de la casa de Bolsa IG Markets. En Estados Unidos, el reciclaje y la reutilización suponen 681.000 puestos de trabajo. Las compañías deberían eliminar los productos que no son reciclables y reutilizar en lugar de dejar la sostenibilidad en manos de los departamentos de marketing.

Economía circular no es sólo reciclar

Si, por un lado, el reciclaje es una medida necesaria, por otro, en una visión a medio y largo plazo, hay que poner el foco en cómo producimos y consumimos. Quizá por las razones que menciona Manuel Maqueda, tal vez, la referencia española en Economía Circular y Regenerativa, quien enseña en Harvard. “La economía circular no es la economía del reciclaje”, asume por correo electrónico. “La persona que dice reciclar, en realidad, lo que hace es segregar residuos en contenedores de colores. Esos objetos serán reciclados si y sólo si tienen pureza y valor en el mercado. Aun en el supuesto de que se reciclen, casi todo su valor económico se habrá perdido: la utilidad, el diseño, la energía y el trabajo que se usó para crearlos. Nos hemos quedado con átomos y moléculas. El reciclaje, por tanto, es la estrategia circular de menos valor: la parte más importante de la economía circular es todo lo que ocurre antes”. Y añade: “El inconveniente, por ejemplo, no es la carne o el tofú, sino cómo producimos ambos. El problema no son las cosas que hacemos sino cómo las hacemos”.

Primer plano de un montón de trozos de tela rosa para se tratado en una planta textil.
Primer plano de un montón de trozos de tela rosa para se tratado en una planta textil.Jose A. Bernat Bacete (Getty Images)

Jack Dempsey, gestor de fondos de Schroders, apunta muy arriba y piensa que estamos frente a una oportunidad de 4,5 billones de dólares en 2030, que serán 25 billones (23 billones de euros) durante 2050. Pese a ello, son conscientes de que “el modelo económico actual está anticuado”, comenta Paul Lamacraft, responsable de inversiones de la firma. “Necesitamos emprender una transición hacia una economía circular para garantizar una mayor eficiencia y la reducción de las prácticas perjudiciales”.

En los bosques gestionados de manera sostenible se plantan tres o cuatro árboles por cada uno maduro, con un efecto asociado de absorción de un 20% de las emisiones de CO₂. “La madera residual de los aserraderos” ⎯describen Gabriel Micheli y Viktoras Kulionis, gestores del fondo Pictet ReGeneration⎯ “sirve como pulpa, material básico de embalaje y papel”. Además, las fibras son aprovechables para compostaje. Requiere de diez a 15 veces menos energía para ser útil que el plástico, cemento, hierro y el cartón corrugado. La consultora Deloitte, bajo la voz de Cecilia Dall’Acqua, socia de Economía Circular, estima una capacidad de crear seis millones de puestos de trabajo. Y recuerda estrategias como España Circular.

Dassault Systemes ayuda a fabricar productos de economía circular, Copart es una plataforma donde los vehículos averiados se pueden vender por piezas, Darling Ingredients emplea aceite alimentario para fabricar biocombustibles y la sueca SCA (Compañía Sueca de Celulosa, por su traducción del sueco) es el mayor propietario de bosques privados en Europa, con 2,6 millones de hectáreas, y su estrategia es elaborar materias primas renovables. Desde pulpa a papel de embalaje.

Servilleta de papel reciclado.
Servilleta de papel reciclado.Javier Zayas Photography (Getty Images)

“Se trata de comprender y reformar el conjunto de políticas, industrias y comportamientos que impulsan la explotación humana y planetaria. Al repensar, y transformar, estos sistemas podemos crear cambios duraderos que aborden las causas profundas de la crisis climática y las injusticias sociales, en lugar de tratar los síntomas superficiales. Allanar el camino hacia un futuro más sostenible y justo”, relata Ivonne Bojoh, consejera delegada de Circle Economy Foundation. Aunque esto puede exigir un capitalismo diferente. BlackRock, la gestora más grande del planeta, con 9,5 billones de dólares en activos (casi siete veces el PIB de España) bajo gestión, ha asegurado que seguirá invirtiendo en “hidrocarburos” porque “se lo piden sus clientes”. “Es difícil cambiar la dinámica en un país donde Donald Trump apoya la industria petrolera de Texas”, admite el Nobel Pissarídes.

Los beneficios de la economía circular son a largo plazo y no forman parte de las conversaciones diarias de las personas
Christopher Pissarides, Premio Nobel de Economía 2010

América Latina se moviliza

Pero, a veces, la realidad es como esos cristales que reflejan múltiples colores. “A pesar de que es complicado generalizar”, subraya Jaume Gaytán, responsable del Área de Economía y Empresa de la Segib (Secretaría General Iberoamericana), “pues hablamos de 22 realidades distintas, existen países en los últimos años que han dado pasos importantes en la promoción de un sistema productivo más circular, tanto a nivel empresarial como institucional”. Tal vez no hayan sido tan rápidos como se hubiera querido. Sin embargo ⎯detalla Gaytán⎯ aparecen claros ejemplos de buenas prácticas.

Por ejemplo, las leyes de Responsabilidad Extendida del Productor (REP). Están activas en Chile, Colombia, Brasil y Paraguay. Y obligan a las empresas a hacerse cargo de los residuos una vez acabada la vida útil de los artículos y también existen normativas que prohíben el plástico de un solo uso. “Diría que Costa Rica, Chile, Uruguay o Paraguay nada tienen que envidiar a las naciones desarrolladas”, sentencia este prestigioso economista.

Necesitamos tiempo para todo ello. ¿Pero en realidad lo tenemos? “Los beneficios que reporta la economía circular son siempre a largo plazo y no forman parte de las conversaciones diarias de las personas. Necesitamos inversión ESG”, avisa el premio Nobel Pissarídes o, si no, la economía circular difícilmente podrá progresar.

Una nueva economía contra la pobreza perpetua

En un mundo en el que muchos sueñan con México, la realidad no es una ruta maya. La movilidad social del país es desalentadora. El 74% de las personas que nacen en la pobreza se quedarán ahí toda la vida. Son los datos del Centro de Estudios Espinosa Yglesias. Aquí surge, girando, en busca de un futuro mejor, la economía circular. "Se mueve más allá de mejorar el diseño de los productos y optimizar el uso de los recursos de la cadena de valor con un enfoque de límites planetarios", según la consultora SustainLuum. "También representa la oportunidad de mitigar los efectos negativos que tiene en la sociedad la economía lineal, que promueve la movilidad social con un enfoque de transición justa y de diseño regenerativo del modelo económico". 

El constante círculo de la inequidad

¿Esta economía es un artículo de lujo? “Creo que es compatible, si los excesos o las deficiencias se compensan con políticas públicas”, defiende Pablo del Río González, investigador del IPP (Instituto de Políticas y Bienes Públicos)-CSIC. Al igual que el escritor argentino Julio Cortázar, traza su modelo para armar. “Es necesario que haya un alineamiento entre empresas innovadoras y políticas estatales. Si el cliente no está interesado en unos artículos que, en principio, serán, por lo general, más caros que los clásicos, la situación resultará difícil”, prevé. Suena el timbre de una llamada a lo público. Porque este es un modelo de largo plazo y, sobre todo, “un instrumento para la sostenibilidad”, detalla.

Cuando una compañía tiene que cambiar todo su modelo productivo, sus líneas de aprovisionamiento, contratar empleados expertos en este tipo de tecnologías, sabe que sufrirán los números. Sin embargo, las empresas, sobre todo, pequeñas y medianas, viven en tiempo presente. Su Observatorio de Greenwich es el día a día. Del mismo modo que su apunte de pérdidas y ganancias. Cada nación, al igual que el pasado, es otro país en este tema. Pese a todo debemos encontrar un “reequilibrio en la inequidad”, observa Christóforos Pissarídes, premio Nobel de Economía en 2010. “Si te fijas en la agricultura hay una enorme diferencia entre los terratenientes y quienes trabajan en ella. Arreglarlo es difícil. Vivimos en un mundo donde la pobreza es menor pero todavía resulta elevada”, observa.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Miguel Ángel García Vega
Lleva unos 25 años escribiendo en EL PAÍS, actualmente para Cultura, Negocios, El País Semanal, Retina, Suplementos Especiales e Ideas. Sus textos han sido republicados por La Nación (Argentina), La Tercera (Chile) o Le Monde (Francia). Ha recibido, entre otros, los premios AECOC, Accenture, Antonio Moreno Espejo (CNMV) y Ciudad de Badajoz.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS