Hernández de Cos se perfila como nuevo director gerente del Banco Internacional de Pagos
El mexicano Carstens acaba su mandato al frente del organismo coordinador de los bancos centrales
El Banco Internacional de Pagos (BIS por sus siglas en inglés) decide en principio este lunes quién sustituirá al mexicano Agustín Carstens al frente del organismo. Entre los posibles candidatos a director gerente del BIS se encuentra el anterior gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos. Según distintas fuentes consultadas, a menos que surjan cuestiones geopolíticas, las probabilidades de Hernández de Cos son altas. El puesto es muy relevante en la medida en que sirve para coordinar la actividad de los banqueros centrales y para desarrollar la regulación financiera internacional en un momento en el que además, con la llegada de Trump a la Casa Blanca, puede ponerse un freno al multilateralismo. Se teme que haya una relajación de las exigencias a los bancos en Estados Unidos que arrastre al resto de países.
Aunque el cargo de director gerente no tiene un poder regulatorio directo, es muy respetado y representa una atalaya excepcional desde la que ejercer influencia en el debate y las decisiones económicas internacionales, en especial del tipo que se da en los encuentros informales entre autoridades económicas que suele organizar el BIS. Esta institución participa en foros internacionales como el G20 o las reuniones del Fondo Monetario Internacional. De ser elegido, el gran reto de Hernández de Cos será el de mantener unos estándares prudentes y globales para el sector financiero bancario y no bancario.
Hernández de Cos podría tener el respaldo generalizado de los banqueros centrales, en particular de la presidenta del BCE, Christine Lagarde, del presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, y de los banqueros centrales latinoamericanos. Sería el segundo español que ocuparía el cargo tras Jaime Caruana, que también fue gobernador del Banco de España. Y el tercero consecutivo de habla española al reemplazar al mexicano Carstens. El Banco de España no está en el consejo del BIS, el órgano que tomará la decisión formado por 18 presidentes de los mayores bancos centrales.
Quizá una de las actividades más señaladas del BIS es celebrar una reunión informal de los principales gobernadores de bancos centrales. Cada dos meses, unos 50 banqueros centrales se congregan en el BIS para discutir los problemas de la economía mundial, la política monetaria o los tipos de cambio. El personal de la entidad dedica mucho tiempo y recursos a preparar las notas para la discusión. Y de ahí la capacidad de influencia discreta del organismo.
El BIS es un banco de bancos centrales y, dadas las relaciones que se mantienen allí con otros banqueros centrales y autoridades económicas, el puesto de director gerente reforzaría el perfil internacional de Hernández de Cos. A su edad, 53 años, podría ser una pasarela para otros cargos, como un asiento en el Consejo del BCE o, incluso, lo colocaría como un posible candidato a la presidencia del Eurobanco cuando acabe su mandato Christine Lagarde. Así lo afirmaba recientemente un artículo del Financial Times.
Prestigio en el Banco de España
Hernández de Cos es ampliamente reconocido por haber recuperado buena parte del prestigio perdido por el Banco de España tras la crisis financiera. Su llegada fue un soplo de aire fresco para la institución. Exprimiendo el músculo del banco, elaboró un discurso complejo y lleno de matices, que buscaba forjar un consenso sobre las reformas económicas que se precisan en España en un momento de polarización. Sus palabras no siempre sentaron bien al Gobierno. Pero se le reconoce de forma generalizada su vocación de servicio público, su capacidad de trabajo y sus conocimientos técnicos. En el ámbito europeo, según apunta un economista de uno de los mayores bancos de inversión, Hernández de Cos era el único gobernador considerado paloma que los halcones del BCE escuchaban por la solidez y sensatez de sus argumentaciones. El cargo en el BIS se sumaría al éxito de colocar a la exvicepresidenta Teresa Ribera como número dos de Ursula Von der Leyen en la Comisión Europea.
El BIS se crea tras la Primera Guerra Mundial para facilitar las reparaciones de guerra de los alemanes. Desde el primer momento se daban allí cita los principales banqueros centrales del mundo para intercambiar información y cooperar en una época en la que se funcionaba con el patrón oro y las comunicaciones no eran las de ahora. Se trata, por tanto, de la institución financiera internacional más antigua, previa al FMI o el Banco Mundial. Y es realmente un banco de bancos centrales: gestiona las reservas externas de estos, que depositan dólares en el BIS y este los invierte ofreciéndoles una rentabilidad. Dicha actividad es la que financia a la institución y le brinda independencia.
Además, este organismo sirve de servicio de estudios sobre asuntos de política monetaria, economía y finanzas. Posee unas vastas estadísticas que utilizan mucho los bancos centrales, con información muy completa sobre flujos financieros internacionales y tipos de interés de los bancos. Publica un informe anual y numerosos documentos de investigación con una amplia repercusión en el mundo financiero. Desde hace años, ha advertido sobre la escalada de la deuda global. Su economista jefe, Claudio Borio, es una voz muy autorizada en los asuntos de economía mundial.
La función probablemente más importante del organismo es que tiene en su seno varios comités que sirven para coordinar y establecer estándares regulatorios internacionales: el comité de sistemas de pago y liquidación; el comité de Basilea de regulación financiera, que Hernández de Cos ya estuvo presidiendo y que ha establecido las exigencias de capital globales tras la crisis financiera y las recomendaciones sobre blanqueo de capitales, y el comité sobre el sistema financiero global, en el que se estudia la interacción entre la política monetaria y el sector financiero. Todos estos comités se encuentran dentro del banco. Además, hay otros que no están en su estructura, pero a los que el BIS da cobijo: el consejo de estabilidad financiera, en el que se reúnen autoridades de los tesoros nacionales, los bancos centrales y los reguladores bancarios para analizar los riesgos del sistema. También está así el comité de seguros y el de seguro de depósitos. En general, en todos estos ámbitos el BIS sirve como un catalizador de estándares regulatorios internacionales. Y en el Instituto de Servicios Financieros, que preside otro español, el ex subgobernador del Banco de España, Fernando Restoy, se realizan ejercicios de simulaciones de crisis, múltiples estudios y se desarrolla mucha formación del personal de los supervisores, con especial énfasis en el uso de la tecnología.
La única organización de este tipo que no está bajo el paraguas del BIS es IOSCO, la que coordina la regulación de los mercados financieros, y donde ha sido nombrado otro español como secretario general: Rodrigo Buenaventura, quien hasta ahora era presidente de la Comisión Nacional de Mercados y Valores (CNMV) en España. A pesar de estos nombres, tradicionalmente ha habido poca representación de españoles en el BIS.
El BIS también presta servicios a los bancos centrales. En los últimos años está ayudándoles a desarrollar prototipos de tecnología, bajo el llamado Innovation Hub, por ejemplo para la moneda digital mayorista, para realizar proyecciones económicas, supervisión financiera, análisis de mercados o plataformas que permitan mejorar la eficiencia de los pagos transfronterizos, pues estas remesas suelen ser lentas y tener comisiones caras.
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