Díaz Granados: “Podemos ayudar a que América Latina vuelva a ser relevante para el mundo”
El presidente de CAF confía en el potencial de la región para ofrecer soluciones ante la crisis climática y aboga por instrumentos financieros innovadores para conservar la biodiversidad como el canje de deuda por naturaleza
Desde que llegó a la presidencia de CAF-Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe en septiembre de 2021, el colombiano Sergio Díaz-Granados (Santa Marta, 56 años) se propuso convertirlo en el ‘banco verde’ de la región. Para ello, se puso como meta de aumentar la financiación de proyectos ambientales, forestales, hídricos, climáticos, de energías renovables o agricultura sostenible, entre otros, del 26% de 2020 hasta el 40% en 2026, un monto estimado de 25.000 millones de dólares; y trabajar con otros multilaterales para fortalecer el diseño de instrumentos financieros para conservar la biodiversidad.
Desde este lunes, CAF tiene un escenario privilegiado para promover esos instrumentos durante la celebración de la COP16, la cumbre mundial de la biodiversidad, que se celebra en Cali (Colombia), del 21 de octubre al 1 de noviembre, y en la que este banco de desarrollo quiere reivindicar el liderazgo de la región para ofrecer soluciones ante la crisis climática.
“En este debate, la región tiene mucho que decir, ya que es una potencia mundial: alberga el 60% de la biodiversidad global y seis de sus países (Brasil, Colombia, Ecuador, México, Perú y Venezuela) están entre los 17 países más megadiversos”, afirma Díaz Granados en entrevista con EL PAÍS en Barcelona, donde participó en el foro World in Progress organizado por el grupo PRISA. “Podemos a ayudar a que la región vuelva a ser relevante para el mundo en términos de las necesidades actuales, bien sea en el sentido de una transición energética que ayude a enfriar el planeta o bien desde la perspectiva de solucionar el problema de nutrición y hambruna. América Latina tiene una gran capacidad para producir alimentos y ayudar a aquellas zonas del mundo que lo están demandando”.
Más de 12.000 representantes de 196 países se reúnen en Cali desde el lunes para revisar los compromisos alcanzados hace dos años a través del Marco Kunming-Montreal para frenar la pérdida de especies. Ese acuerdo contempla, entre otras cosas, la movilización de 200.000 millones de dólares anuales hasta 2030, una financiación que, según el presidente de CAF, está aún articulándose. Sin embargo, advierte que estos fondos deben ser más potentes, escalables y adaptarse a la heterogeneidad de regiones como América Latina y el Caribe.
“En la COP16 deberemos acelerar las iniciativas que permiten conservar y utilizar de forma sostenible la biodiversidad a través de instrumentos financieros innovadores como el canje de deuda por naturaleza, la emisión de bonos verdes y los certificados de biodiversidad”, agrega.
Las inversiones europeas en América Latina
El presidente de CAF reconoce que 2024 está siendo un año “retador” para América Latina y el Caribe, una región que no ha conseguido aún recuperarse de la recesión de la pandemia, que dejó más pobreza y desigualdad. “El panorama macroeconómico de este año estuvo marcado por las elevadas tasas de interés en EE UU y por la desaceleración de la actividad económica en China que han determinado un contexto externo de menor demanda para las exportaciones regionales y mayores limitaciones en el acceso al financiamiento, tanto en volumen como en costos”, explica.
Eso se ha traducido en una desaceleración de la actividad económica del 1,7%. Y aunque cree que el próximo año la región avanzará en el proceso de consolidación fiscal, aboga por aumentar la productividad a través de la formalización de la actividad económica, una mayor integración comercial a cadenas regionales y globales de valor, y un mayor acceso a financiamiento.
Pese a los desafíos que describió durante su intervención en el foro World in Progress, entre los que también citó la inseguridad, los efectos del cambio climático o la erosión del sistema democrático, Díaz Granados aboga por seguir mirando a la región con optimismo. “Se trata de cerrar el pesimismo a base de dar solución a los déficits, no sólo económicos o fiscales, sino también de esperanza y de confianza. Hay que saber utilizar los muchos factores que tiene la región: una población joven, recursos naturales, capacidad de generación de energías limpias. Todo ello tiene que servir para potenciar la capacidad de crecimiento”, sostiene.
A romper las brechas del desarrollo en América Latina y el Caribe y acelerar la transición verde y la transformación digital también ayudarán los 45.000 millones de euros que la Unión Europea se comprometió a invertir hasta 2027 a través del acuerdo Global Gateway. CAF ha acompañado este año a misiones europeas en la región y ha estado en un diálogo constante con Bruselas para identificar proyectos desde el terreno.
“Ha sido un año de coordinación con todos los actores, tanto europeos como latinoamericanos y caribeños, para definir prioridades y proyectos y encontrar iniciativas conjuntas donde sumar esfuerzos”, explica Díaz Granados. Entre ellas, cita proyectos digitales en Trinidad y Tobago, Colombia y El Salvador; inversiones en hidrógeno verde en Chile; en el sector de agua en Ecuador; en la movilidad sostenible en Colombia y Perú; o en el tema del sargazo en el Caribe. “La importancia de esta agenda no viene dada por los grandes números, sino por la habilidad de sentar en la misma mesa a distintos financiadores para coordinar bien los esfuerzos y ofrecer a los países de la región una serie de soluciones para cerrar las brechas de infraestructura que permitan la descarbonización y la digitalización de las economías con un enfoque social y de creación de valor”.
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