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Jerome Powell confirma en Jackson Hole el inicio de las rebajas de tipos en Estados Unidos: “Ha llegado el momento”

El presidente de la Reserva Federal se muestra dispuesto a combatir el enfriamiento del mercado laboral

El presidente de la Reserva federal, Jerome Powell, este jueves en Jackson Hole (Wyoming).
El presidente de la Reserva federal, Jerome Powell, este jueves en Jackson Hole (Wyoming).Ann Saphir (REUTERS)
Miguel Jiménez

El presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, Jerome Powell, ha certificado este viernes en el simposio económico de Jackson Hole (Wyoming) el punto de inflexión en los tipos de interés. En un discurso muy esperado, Powell se ha mostrado dispuesto a combatir el enfriamiento del mercado laboral y ha sido todo lo claro que puede ser un banquero central: “Ha llegado el momento de ajustar la política monetaria. La dirección a seguir está clara, y el calendario y el ritmo de los recortes de tipos dependerán de los datos que vayan llegando, de la evolución de las perspectivas y del equilibrio de riesgos”.

Jerome Powell lleva más de dos años tratando de conseguir el aterrizaje suave de la economía: controlar la inflación sin provocar una recesión. Por ahora, con buenos resultados. La tasa de paro ha repuntado, pero sigue en niveles históricamente bajos (4,3%) y la inflación, que llegó al 9%, ha caído por debajo del 3% por primera vez desde 2021. La economía estadounidense ha resistido las subidas de tipos más agresivas desde la década de 1980. Desde hace más de un año, la Reserva Federal se ha plantado. Ha decidido que lo mejor que podía hacer era no hacer nada y ha mantenido los tipos sin cambios desde julio de 2023.

El presidente de la Reserva Federal está convencido de poder culminar ese aterrizaje suave con éxito: “Haremos todo lo posible para apoyar un mercado laboral fuerte mientras seguimos avanzando hacia la estabilidad de precios. Con una moderación adecuada de la política monetaria, hay buenas razones para pensar que la economía volverá a alcanzar una inflación del 2%, manteniendo al mismo tiempo la fortaleza del mercado de trabajo. El nivel actual de nuestro tipo de interés oficial nos da un amplio margen para responder a cualquier riesgo que podamos afrontar, incluido el riesgo de un debilitamiento adicional no deseado de las condiciones del mercado laboral”.

Algunos economistas creen que puede haberse retrasado demasiado, aumentando el riesgo de recesión para la economía. Powell no ha querido cantar victoria en la lucha contra la inflación antes de tiempo. Puestos a elegir, siempre se le ha visto más proclive a llegar un poco tarde que a abaratar el dinero demasiado pronto. Pero ahora, ha reconocido, “los riesgos al alza para la inflación han disminuido. Y los riesgos a la baja para el empleo han aumentado”.

Powell ha admitido que el mercado laboral se ha enfriado considerablemente con respecto a su estado anterior de sobrecalentamiento. La tasa de paro empezó a subir hace más de un año y el 4,3% es casi un punto porcentual más que su nivel de principios de 2023. La mayor parte de este aumento se ha producido en los últimos seis meses y, como ha explicado el presidente de la Reserva Federal, hasta ahora, el aumento del desempleo no ha sido el resultado de un elevado número de despidos, como suele ocurrir en una recesión sino que refleja principalmente un incremento sustancial de la población activa. “Aun así, el enfriamiento de las condiciones del mercado laboral es inequívoco”, ha admitido.

Las actas de la última reunión del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) de la Reserva Federal desvelaron este miércoles que varios de sus miembros estaban ya dispuestos a aprobar un primer recorte de tipos de 0,25 puntos ya el pasado 31 de julio. La gran mayoría, además, se mostraba proclive a aprobar una rebaja en su reunión del próximo 18 de septiembre, algo que los mercados dan por hecho.

Jerome Powell, con pantalones cortos, este jueves en el hotel donde se celebra el simposio de Jackson Hole.
Jerome Powell, con pantalones cortos, este jueves en el hotel donde se celebra el simposio de Jackson Hole.Ann Saphir (REUTERS)

Será el primer recorte desde marzo de 2020, cuando la pandemia llevó al banco central a inundar de liquidez los mercados financieros. Powell no ha querido enseñar sus cartas sobre el ritmo y cuantía de los recortes. Antes de que llegue la rebaja de tipos, aún queda por publicarse el dato de julio del deflactor de gasto de consumo personal, el indicador de inflación preferido por el banco central, y el índice de precios de consumo de agosto. Pero, sobre todo, hay gran interés por la cifra de empleo del mes de agosto, que se conocerá el próximo 6 de septiembre.

El decepcionante dato de julio conmocionó a los mercados a principios de este mes al frenarse la creación de empleo mucho más de lo previsto y hacer saltar las alarmas de una posible recesión, una luz roja que se ha encendido en falso en numerosas ocasiones durante los últimos dos años. Indicadores posteriores han mostrado la resistencia del consumo y han alejado los temores a una recesión inminente, pero tras cuatro meses consecutivos de subida del paro, los inversores están muy pendientes del próximo dato. La revisión estadística a la baja de los datos de creación de empleo de abril de 2023 a marzo de 2024, publicada el jueves, muestra un mercado laboral menos boyante de lo que se pensaba, pues de la cifra de creación de empleo de esos 12 meses han desaparecido 818.000 puestos de trabajo.

Un error de diagnóstico

La Reserva Federal mantiene los tipos de interés en el rango del 5,25%-5,50% desde julio de 2023. El precio del dinero es el mayor desde marzo de 2001 tras año y media de subidas agresivas para combatir la inflación más alta también en cuatro décadas. Powell ha reconocido una vez más su error al considerar que el repunte de la inflación en 2021 era solo un fenómeno transitorio que no requería una respuesta rápida, pero también ha señalado que fue una equivocación generalizada, provocando las risas de los asistentes al simposio de Jackson Hole: “El buen barco Transitorio estaba abarrotado, con la mayoría de los analistas de la corriente dominante y los banqueros centrales de las economías avanzadas a bordo”.

El punto de inflexión en la política monetaria llega poco antes de las elecciones presidenciales del 5 de noviembre. Powell ha dejado claro que no se mueve por razones políticas sino económicas, aunque ha recibido presiones tanto de parte de los republicanos como de los demócratas. El expresidente Donald Trump, cuyas propuestas, amenazan con recortar la independencia del banco central, ha sido especialmente crítico con él y usa el tema en campaña con cierta regularidad, acusándole de querer beneficiar a los demócratas.

En realidad, si algo puede decirse de la tarea de la Fed es que su fracaso inicial al contener la inflación ha beneficiado las aspiraciones republicanas. Este viernes, Powell ha admitido que antes de este episodio, la mayoría de los estadounidenses que viven hoy en día no habían experimentado el dolor de una inflación alta durante un período sostenido. “La inflación trajo consigo considerables dificultades, especialmente para los menos capaces de hacer frente a los mayores costes de productos esenciales como la alimentación, la vivienda y el transporte. La alta inflación desencadenó un estrés y una sensación de injusticia que perduran hoy en día”, admitió.

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Sobre la firma

Miguel Jiménez
Corresponsal jefe de EL PAÍS en Estados Unidos. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS, donde ha sido redactor jefe de Economía y Negocios, subdirector y director adjunto y en el diario económico Cinco Días, del que fue director.
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