Cuatro de cada diez empresas prevén contratar trabajadores este año frente al 9% que planea despedir

La marcha del mercado laboral español en el primer semestre del año ha sido excepcional, aunque los datos estadísticos del mes de julio han dejado alguna duda sobre cómo evolucionará la ocupación en la segunda mitad de 2024. De momento, las proyecciones empresariales no auguran grandes cambios a peor. Al menos así lo indica el último estudio de Adecco e Infoempleo sobre previsiones para el mercado de trabajo, donde el 41% de las empresas encuestadas aseguran que prevén contratar trabajadores a lo largo de todo este año, frente al 9% que admiten que planean hacer despidos. El 44% esperan mantener invariables sus plantillas.

Según este informe —para el que se han analizado casi 400.000 ofertas de empleo publicadas por las citadas compañías de recursos humanos y se ha encuestado a 1.347 responsables de recursos humanos— también hay un 2,35% de empresas que harán recortes salariales, y un porcentaje igual dicen que solicitarán un expediente de regulación de empleo de extinción (ERE) o de suspensión de empleo (ERTE) o ampliarán el que ya tienen. El resto (1,3%) no tenían pensado qué hacer en materia de contratación.

En cualquier caso, las nuevas contrataciones se realizarán de forma prioritaria en las áreas de ingeniería y producción (31,4%); atención al cliente (31,43%); comercial y ventas (28,57%); administración y servicios generales (28,57%); y tecnología, informática y telecomunicaciones (14,29%)

El informe recuerda que la Comisión Europea espera que el PIB español crezca un 2,1% en 2024, y un 1,9% en 2025, impulsado por la demanda interna, que se sustenta sobre el comportamiento que está mostrando el mercado laboral. Todo ello, además, se ve apuntalado por una mayor aceleración en la aplicación de los fondos procedentes del Plan de Recuperación y Resiliencia y, al tiempo, por una una tendencia a la baja de la inflación. A pesar de que España lidera el crecimiento dentro de la UE, el hecho de que las principales economías europeas están aquejadas de cierto estancamiento es motivo de preocupación para las compañías españolas. Los encuestados, señala el informe, son “prudentes” a la hora de hablar de expectativas.

Así, solo un 22,35% de las empresas participantes en la encuesta confían en que las cosas irán incluso a mejor en los próximos meses. El resto se dividen a partes prácticamente iguales entre las que piensan que las cosas irán peor y las que consideran que seguirán igual.

Lo que inquieta a las empresas

A la hora de concretar sus preocupaciones, el 65,53% temen que el incremento general de los costes pueda suponer un grave peligro para la continuidad de la compañía. El segundo motivo más citado es la llamada crisis de talento (falta de perfiles acordes con las necesidades, rotación laboral…), que inquieta a un 56,47% de las firmas. Además, prácticamente cuatro de cada diez compañías piensan que seguirán teniendo problemas a causa de la crisis energética; y un tercio temen que no se reactive el consumo a causa de la inflación. El absentismo laboral preocupa a casi un 30%, mientras que la idea de no poder recuperar de una situación de endeudamiento extremo asusta al 13%.

Para combatir tanto el incremento de los costes como la citada crisis del talento las empresas buscan mejorar su competitividad y dentro de esta búsqueda, más de la mitad de las compañías encuestadas (un 56,47%) consideran que ofrecer horarios flexibles puede ser una de las medidas más eficaces para ser más competitivos. Un tercio de las empresas también incluyen la posibilidad de teletrabajar como palanca para atraer a los mejores empleados. Y otro 33% dicen que ofertar una retribución variable también es una buena medida para ser una empresa atractiva.

Con todo, una abrumadora mayoría (90,6%) de las empresas consultadas creen que España tiene un problema estructural de desempleo que requiere atender diversos frentes. Una vez más, la falta de talento o mano de obra cualificada es un obstáculo para el 52% de las compañías, el mismo porcentaje de las que apuntan a la falta de estímulos fiscales a la contratación.

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