Ford Valencia cerrará 2024 con una de las cifras de producción más pobres de su historia
La planta de Almussafes llevaba ensamblados hasta el jueves 23 de mayo 62.172 coches. Así, la fábrica quedará por debajo del pésimo 2021 y estará cerca de los números de 2011, el peor año en lo que va de siglo
El futuro de la fábrica de Ford Almussafes está asegurado con el nuevo modelo anunciado por la automovilística estadounidense para 2027, pero dicho futuro tardará en llegar y hasta entonces habrá una larga travesía por el desierto para la factoría valenciana. La planta tendrá un 2024 muy pobre en producción, quedándose cerca de su peor año en lo que va de siglo, el 2011, cuando hizo en torno a 135.000 unidades, y con casi total seguridad se situará por debajo de 2021, un ya de por sí pésimo ejercicio marcado por los parones de producción derivados de la crisis de suministro de componentes y chips.
Según datos facilitados por UGT, sindicato mayoritario en la planta, la fábrica en la que se emplean unas 4.700 personas, hizo hasta el pasado jueves 23 de mayo 62.172 unidades, de las cuales 45.533 fueron del Kuga y el resto de la furgoneta Transit Connect, hasta 16.639. La fábrica lleva un 2024 marcado por parones parciales o totales de producción por el ERTE (Expediente de Regulación Temporal de Empleo) vigente en Almussafes, que en principio se extenderá hasta el 31 de julio. En su última ampliación, Ford pactó 13 días de parón de la actividad en la zona de producción de coches y 12 días en la de motores en los meses de junio y julio.
El motivo de este ERTE es la notoria falta de carga de trabajo que aqueja a una planta que ha dicho adiós a casi todos sus modelos excepto uno, el Kuga, un SUV de éxito en Europa con versiones de combustión e híbrida enchufable, del que la compañía acaba de lanzar una nueva versión, algo para lo que tuvo que adaptar sus líneas de ensamblaje. Desde 2022, la factoría ha dicho adiós al Mondeo, al S-Max, al Galaxy y muy recientemente a la Transit Connect, cuya última unidad made in Spain salió de las líneas de producción de la factoría valenciana el pasado 15 de abril.
Esa escasez de modelos, los parones ya pactados y las vacaciones de agosto dejan a la planta en una posición muy difícil para superar las 168.426 unidades de 2021, el punto más bajo de los últimos años. La fábrica ya viene de por sí de un mal 2023, con menos de 212.000 coches ensamblados, lo que supone una caída del 13,7% respecto a 2022 y un 42% en comparación con el buen 2018 en el que la fábrica llegó a tener cinco modelos.
No hay eléctrico, pero sí híbrido
La planta había sido escogida en junio de 2022 para albergar una nueva plataforma de producción de coches eléctricos de Ford que llegaría en la segunda mitad de la década. Sin embargo, las horas bajas del vehículo eléctrico en el mundo, con un crecimiento por debajo de las previsiones, llevó al fabricante a suspender sus planes de electrificación a fines del año pasado, dejando en “el alambre”, según palabras de UGT, a la planta valenciana. Tras una gran incertidumbre, la compañía del óvalo anunció en marzo la adjudicación a Almussafes de un nuevo modelo multienergía que salvaría a la planta. No contará con versión eléctrica, pero sí con híbrida, que es lo que pide el mercado en este momento y lo que proporcionará un buen volumen de producción.
Más tarde, en mayo, la compañía detalló que pretende llegar a las 300.000 unidades anuales de dicho modelo, una cifra que por sí sola supondría superar toda la producción de cualquiera de los ejercicios desde 2020 hasta ahora. Sin embargo, hasta que ese coche comience a ensamblarse, la compañía debe hacer todo el desarrollo de un coche nuevo del que tampoco tiene la certeza de que vaya a tener éxito y al que ni siquiera le ha puesto nombre.
Antes de ese esperanzador mañana, la planta afrontará este ejercicio un nuevo ERE, apenas un año después de otro que recortó la plantilla en más de 1.100 personas. La dirección de la automovilística sabe con certeza que deberá despedir gente, algo para lo que había citado esta semana a los sindicatos para tener un primer contacto al respecto, pero sorpresivamente Ford pidió más tiempo para dar un número concreto de a cuánto ascendería el ajuste.
Los 4.700 trabajadores de Ford en Almussafes no son los únicos preocupados por la escasa actividad en la fábrica, también lo está toda la cadena de valor desarrollada en torno a ella. Por ello, el presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, anunció la creación de un grupo de choque para impulsar un plan de empleo y recolocar los trabajadores de la industria afectados, así como pedir por la activación del mecanismo RED. “Si Ford se constipa, el parque de proveedores tiene una pulmonía y el empleo es lo más importante”, dijo esta semana en una entrevista en la radio Cope. El mecanismo RED es un tipo de ERTE incluido en la última reforma laboral, que permite reducir la jornada y suspender el empleo ante crisis cíclicas y sectoriales. “El Gobierno lo puede hacer, solo es necesario un Consejo de Ministros que lo valide”, afirmó Mazón.
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