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La Reserva Federal aleja las rebajas de tipos de interés por la falta de progresos con la inflación

El banco central mantiene el precio del dinero en el 5,25%-5,5%, su máximo en 23 años

El presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, Jerome Powell, durante la rueda de prensa del pasado 20 de marzo.
El presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, Jerome Powell, durante la rueda de prensa del pasado 20 de marzo.Elizabeth Frantz (REUTERS)
Miguel Jiménez

Tipos altos por más tiempo. La Reserva Federal de Estados Unidos no termina de considerar que la inflación esté bajo control. Tras los malos datos de precios del primer trimestre, su presidente, Jerome Powell, ha alejado las perspectivas de rebajas de tipos que el propio banco central anticipaba hace solo mes y medio. Este miércoles, su comité de política monetaria ha mantenido el precio del dinero en el rango del 5,25%-5,5%, su máximo en 23 años, que se mantiene sin cambios desde julio del año pasado. La Fed, además, ha endurecido el tono de su mensaje, lo que en la práctica permite descartar un recorte tanto en la próxima reunión de junio como en la de julio.

“En los últimos meses, ha habido una falta de progreso adicional hacia el objetivo de inflación del 2% fijado por el comité”, ha explicado Powell en rueda de prensa. Junto a eso, ha reiterado que “el comité no espera que sea apropiado reducir el rango objetivo [de los tipos de interés] hasta que haya adquirido una mayor confianza en que la inflación avanza de forma sostenible hacia el 2%”.

“En lo que va de año, los datos no nos han dado esa mayor confianza”, ha subrayado el presidente de la Reserva Federal. “Las lecturas sobre la inflación han estado por encima de las expectativas. Es probable que ganar esa mayor confianza lleve más tiempo de lo previsto. Estamos dispuestos a mantener el actual rango objetivo para el tipo de los fondos federales durante el tiempo que resulte apropiado”. Es un mensaje casi calcado al que Powell ha ido anticipando en las últimas semanas.

Los pronósticos que los miembros del FOMC hicieron tras la reunión de mediados de marzo son ya papel mojado. Entonces, una mayoría de los miembros del comité esperaban que los tipos bajasen 0,75 puntos antes de fin de año. Eso se traducía en tres hipotéticos recortes de 0,25 puntos y el mercado aventuraba un ritmo de una rebaja al final de cada trimestre a partir de junio.

Los datos de inflación de marzo bastaron para echar por tierra esos pronósticos. Powell ha asegurado que hará falta más tiempo para que el banco central se vea con la confianza suficiente para pasar del ciclo de subidas de tipos más agresivo en cuatro décadas a uno de bajadas, aunque sean modestas. “La inflación sigue siendo demasiado alta, no está garantizado que se siga avanzando en su reducción y la senda hacia adelante es incierta”, ha afirmado.

Los inversores se han ido volviendo cada vez más pesimistas y las probabilidades implícitas en las cotizaciones de los futuros de CME de este mismo miércoles ya descartaban la rebaja en mayo y en junio, la veían como improbable en septiembre y ni siquiera la daban por hecha ni en noviembre ni en diciembre. El año es largo y los datos irán marcando el recorrido, pero el mercado empieza a contemplar muy en serio la posibilidad de que la primera rebaja de tipos no llegue hasta 2025.

El presidente de la Reserva Federal no tiene prisa. Con la tasa de paro por debajo del 4%, la economía creciendo a buen ritmo y creando empleo sin parar, no tiene ninguna necesidad de precipitarse. Prefiere plantarse, esperar y ver. “Creemos que la política está bien situada para manejar los riesgos que encaramos”, ha añadido, pidiendo más tiempo para que la política actual, que considera restrictiva, funcione y dejar que los datos marquen el camino a seguir.

Con ello también ha dejado claro —todo lo claro que un banquero central puede— es que al comité no se le pasa por la cabeza subir los tipos. “Creo que es poco probable que el próximo movimiento de tipos de política sea una subida”, ha dicho, subrayando que para ello necesitaría “pruebas convincentes” de que la política monetaria no es lo suficientemente restrictiva.

El Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) de la Reserva Federal también ha anunciado que, a partir de junio, ralentizará el ritmo de descenso de sus tenencias de valores, al pasar de un ritmo de 60.000 millones de dólares a otro de 25.000 millones. Esa medida era esperada y trata de prevenir tensiones en el mercado monetario a medida que el banco central reduce su balance. El comité mantendrá en 35.000 millones de dólares el límite mensual de amortización de la deuda de agencias y de los valores respaldados por hipotecas de agencias, y reinvertirá en valores del Tesoro cualquier pago de principal que supere este límite.

Ante una pregunta al respecto, Powell ha rechazado rotundamente la idea de que la economía corra riesgo de “estanflación”, como se caracterizó la etapa de la década de 1970 con altos niveles de desempleo y una inflación disparada. Ahora, el crecimiento sigue siendo fuerte, la tasa de paro es baja y la inflación ha descendido, el crecimiento sigue siendo fuerte y el desempleo es bajo, afirma. “No veo ni la estan ni la flación”, ha dicho gráficamente.

Sin interferencias políticas

Con unas elecciones presidenciales a seis meses vista y presiones contrapuestas, Powell ha reiterado, incluso un poco airado, que se ceñirá a lo que considere apropiado para la economía. “Siempre vamos a hacer lo que creemos que es lo correcto para la economía”, ha dicho. “Esa es nuestra trayectoria. Eso es lo que hacemos. No miramos nada más. Ya es bastante difícil hacer las cosas bien desde el punto de vista económico. Estas son cosas difíciles y si tuviéramos que tomar todo otro conjunto de factores y utilizar eso como un nuevo filtro, se reduciría la probabilidad de que realmente acertemos con la economía. Así es como pensamos en ello y estamos en paz al respecto. Sabemos que vamos a hacer lo que creemos que es lo correcto”, ha insistido.

Le han preguntado si hay una diferencia significativa entre bajar tipos en septiembre (antes de las elecciones) o noviembre (después). “Lo que hay es una diferencia significativa entre una institución que tiene en cuenta todo tipo de acontecimientos políticos y una que no lo hace. Ahí es donde están las diferencias significativas. Dejamos de hacer eso. Quiero decir, puede volver atrás y leer las transcripciones de cada reunión. Esta es mi cuarta elección elección presidencial, puede leer todas las transcripciones y ver si alguien menciona de una manera lo que hacer dependiendo de la elección. No es parte de lo nuestro. No es para lo que estamos contratados. Si empezamos por ese camino, no sé dónde paramos”, ha dicho.

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Sobre la firma

Miguel Jiménez
Corresponsal jefe de EL PAÍS en Estados Unidos. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS, donde ha sido redactor jefe de Economía y Negocios, subdirector y director adjunto y en el diario económico Cinco Días, del que fue director.
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