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Bruselas aprueba con condiciones la fusión entre Orange y MásMóvil

La Comisión Europea obliga a la operadora resultante a vender parte de sus activos de MásMóvil

Manuel V. Gómez
MasMovil
Sede del grupo MásMovil en España.Eduardo Parra (Europa Press)

La Comisión Europea ya tiene un veredicto para la fusión entre Orange y MásMóvil en el mercado español: puede continuar, pero a cambio de que se comprometan a ceder parte de su negocio a la operadora rival Digi. A pesar de ello, la empresa resultante “se convertirá en la mayor empresa por número de clientes” en España, según el comunicado difundido este martes por el Ejecutivo europeo para dar a conocer una decisión esperada desde hace meses. El anuncio de la unión entre el operador de origen francés y el de origen vasco (MásMóvil compró Euskaltel) se produjo en julio de 2022. La resolución de Bruselas ha supuesto un alivio para las cúpulas de los cuarteles generales de las operadoras de telecomunicaciones en España, tanto las empresas afectadas directamente (Orange, MásMóvil y Digi) como sus principales rivales (Telefónica y Vodafone), que defendían esta fusión como necesaria para “consolidar el sector”, es decir, reducir competidores.

La nueva empresa resultante de la fusión estará lista en un par de meses y tendrá una valoración de casi 19.000 millones de euros. Esto le permitirá convertirse en la mayor operadora española en número de clientes y relega a Telefónica al segundo puesto por primera vez en su historia. La operación provoca un cambio sin precedentes en el sector de las telecomunicaciones en España. La unión de Orange (segundo operador en el mercado español) y MásMóvil (cuarta compañía del sector) sumarán 7,3 millones de clientes de banda ancha, más de 30 millones de servicios móviles y casi 2,3 millones de clientes a sus servicios de televisión de pago.

La nueva compañía, que mantendrá los cuarteles generales en Francia, tendrá unos ingresos estimados de 7.400 millones de euros y un resultado bruto de explotación conjunto de casi 2.400 millones. El grupo resultante acumulará una deuda de 6.600 millones de euros, que será refinanciada mediante un pago a los accionistas. Está previsto que la presidencia de la nueva compañía recaiga en el actual consejero delegado de Orange, Jean Francois Fallacher, y el consejero delegado sea Meinrad Spenger, actual consejero delegado de MásMóvil.

El examen preliminar que había hecho la poderosa dirección general de Competencia de la Comisión Europea había concluido que la compra sin condiciones de MásMóvil por parte del gigante francés Orange “puede reducir la competencia” y acabar “dando lugar a grandes subidas de precios”. Esto llevó al Ejecutivo comunitario a abrir una evaluación en profundidad de la operación. Ha sido en esta parte del proceso, en concreto el pasado diciembre, cuando las dos compañías plantearon a Bruselas vender parte de su negocio para que les permitiera seguir adelante con sus planes.

De esa propuesta, acordada previamente con la operadora rumana Digi, parten las condiciones que impone el Ejecutivo. Ese acuerdo consiste en la cesión de varias bandas de frecuencia por 120 millones. Competencia ha recogido el guante y obliga a la firma resultante —participada al 50% por las empresas originales— a vender a Digi dos bandas de frecuencia media y una alta, lo que permitirá a la empresa rumana crear su propia red de telecomunicaciones, y a darle acceso a su propia red, algo que la firma beneficiaria podrá usar o no, según considere. Hasta ahora esta empresa no disponía de red, de modo que la alquilaba a Telefónica por 300 millones. Esto explica que se pueda considerar a Digi, a la par con las dos empresas protagonistas de la operación, como una de las grandes beneficiadas con la decisión de Bruselas. La compañía rumana, en la actualidad, es la que más crece en el mercado español tanto en ingresos como en abonados gracias a sus tarifas low cost.

“Esta decisión favorable tiene en cuenta las especificidades del mercado español, altamente competitivo, e incluye unas compensaciones equilibradas para un operador ya existente”, han celebrado Orange y MásMóvil en el comunicado conjunto que han emitido al poco de que la Comisión hiciera pública su decisión. Las empresas planean ahora acelerar la operación, ya que anuncian que quieren “completar la operación a finales del primer trimestre de 2024″, o lo que es lo mismo, en 40 días. Serán ya los últimos pasos de un proceso que se puso en marcha en marzo de 2022, cuando hubo un principio de acuerdo entre las dos corporaciones. Las condiciones finales de la fusión se cerraron meses después, en julio de ese año, entre las que se incluye el reparto de un superdividendo de 5.850 millones de euros entre los accionistas de las dos empresas, principalmente el fondo británico Lorca por parte de MásMóvil y el Estado francés en el caso de Orange, y, en consecuencia, un aumento de la deuda por encima de los 12.000 millones.

La propia Comisión Europea asume que, al permitir la fusión, la empresa resultante se convertirá en la primera de España por número de clientes, con lo que Telefónica perderá por primera vez en la historia esa posición dominante justo en el año que cumple un siglo de existencia. La entidad combinada, que se articulará a través de una joint venture, tendrá unos ingresos de unos 7.400 millones y un Ebitda —los beneficios antes de impuestos y amortización de activos— de unos 2.300 millones, según los cálculos de Orange y MásMóvil, que cifran en 18.600 millones el valor de la empresa resultante.

Para los observadores de las operaciones corporativas en la UE y la política que sigue Bruselas, esta era una operación interesante con la que podía observarse hasta que punto Competencia se entreabría a la existencia de campeones nacionales o continentales. Sin embargo, el resultado puede considerarse poco claro. Por un lado, da luz verde a la operación como reclamaban los grandes actores del mercado español y europeo (Orange, Telefónica, Vodafone). Por otro, las condiciones que se han ido dibujando durante el examen profundo de la operación han acabado por dar a Digi acceso a unos activos, sobre todo redes móviles, a los que difícilmente hubiera podido acceder de otra forma y que pueden dar pie a la creación de un cuarto operador de peso en el mercado español, una posición que hasta ahora ocupada MásMóvil. Con esos recursos, la firma rumana gana ahora poder de negociación frente a Telefónica, su proveedor de red, para reducir el precio que le paga, u optar por otro proveedor como la empresa resultante de la fusión o Vodafone.

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Sobre la firma

Manuel V. Gómez
Es corresponsal en Bruselas. Ha desarrollado casi toda su carrera en la sección de Economía de EL PAÍS, donde se ha encargado entre 2008 y 2021 de seguir el mercado laboral español, el sistema de pensiones y el diálogo social. Licenciado en Historia por la Universitat de València, en 2006 cursó el master de periodismo UAM/EL PAÍS.
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