Los agricultores españoles se unen a la ola europea de protestas con nuevas movilizaciones
Asaja, COAG y UPA reclaman cambios en la regulación regional del sector agrícola y soluciones ante la escalada de precios en el campo
Las mayores asociaciones agrarias, Asaja, COAG y UPA, han acordado este martes que volverán a las calles para reclamar un “ambicioso” plan de choque que mejore las condiciones del sector en España. La petición, detallan, recoge medidas a escala europea, estatal y de las comunidades autónomas. Las agrupaciones han asegurado en una nota de prensa conjunta que “los actos de protesta se desarrollarán en el ámbito regional durante las próximas semanas”. El anuncio llega en sintonía con la marcha de agricultores en Francia que hasta esta mañana bloqueaban las vías en todo el país, y con el levantamiento de la semana pasada del sector en Alemania, que denuncia los recortes en el subsidio al combustible. También se registran protestas en Bélgica, Italia, Rumanía y Polonia.
Las primeras manifestaciones esporádicas han surgido este martes en algunos lugares de España, como en Extremadura, donde una treintena de tractores han participado en una marcha entre las localidades de Azuaga y Llerena. Otro grupo de agricultores y ganaderos se ha manifestado por las calles de Zamora. Según los mensajes a los que ha tenido acceso agencia Efe, un grupo de trabajadores está organizándose, con independencia delas organizaciones agrarias, para salir a las calles el 6 de febrero. En Cataluña, el sindicato Unió de Pagesos ha convocado para el 13 de febrero marchas y cortes de autopistas, así como otras acciones en el Puerto de Tarragona.
Las asociaciones mayoritarias han destacado que van a reclamar la paralización de las negociaciones de acuerdos que tiene en marcha la Unión Europea, como el del Mercosur, la no ratificación del acuerdo con Nueva Zelanda y que se frenen las negociaciones con Chile, Kenia, México, India y Australia. El comunicado destaca que las producciones que se importan desde fuera de la región “no cumplen con las normativas internas de la Unión Europea (UE)”, que exige estrictos requisitos sanitarios para la producción de alimentos. Las importaciones extracomunitarias “representan una contradicción e hipocresía en la actuación de la UE, entre la política comercial y la agraria común propia. Una competencia desleal que pone en jaque la viabilidad de miles de explotaciones en España y Europa”, enfatiza el comunicado.
Por otro lado, las organizaciones han reclamado la modificación y ampliación de la Ley de la Cadena Agroalimentaria para prohibir las prácticas desleales para que los precios de los agricultores cubran los costes de producción.
También han llegado a un acuerdo para solicitar al ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, soluciones “inmediatas” para abordar los problemas del sector, en todo aquello relacionado con las consecuencias de la sequía y la Guerra en Ucrania, precios y costes de producción, simplificación y flexibilidad de la Política Agraria Común (PAC), sectores ganaderos y cuestiones laborales y de Seguridad Social.
Protestas en Francia
Durante los últimos 10 días, las principales vías francesas han amanecido tomadas por tractores. Los trabajadores se quejan de que la entrada de productos agrícolas, especialmente desde España e Italia, no cumplen los mismos estándares medioambientales que los nacionales y que se venden a un menor precio.
El presidente Emmanuel Macrón tiene previsto exigir una modificación de la política europea para poner fin al barbecho obligatorio, limitar las entradas de productos de Ucrania y poner fin a acuerdos de libre comercio con otros bloques económicos. Se posiciona en línea con su primer ministro, Gabriel Attal, quien apuntó a la “competencia desleal” de algunos socios de la UE como causa de las protestas de los agricultores galos. “A nuestros agricultores se les imponen reglas [fitosanitarias] que a otros [países] no”, criticó Attal este lunes. “Las normas de producción y comercialización en la UE son similares en todos los países miembros”, ha defendido el ministro de Agricultura español.
Las protestas en Francia llegaron a bloquear la frontera en La Jonquera e Irún, por donde transitan aproximadamente 20.000 camiones cada día. Varios trabajadores galos arremetieron contra la producción procedente de España, destruyendo y quemando las cargas. La Confederación Española de Transporte de Mercancías (CETM) ha cuantificado pérdidas que ascienden a los 12 millones de euros.
La chispa que inició Alemania
Frente a la Puerta de Brandeburgo, en Berlín, se plantaron a mediados de enero miles de tractores en contra el recorte de los subsidios agrícolas del Gobierno que preside Olaf Scholz, que anunció que dejará de costear el diésel para las actividades del campo.
Con pancartas donde se podía leer “hay que echar al semáforo” —como se le conoce al tripartito que lidera en Alemania—, los trabajares evidencian el hastío de un sector que, como el resto de industrias en este país, ha visto cómo la inflación está lastrando los costes de producción que se han disparado en los últimos años.
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