Así ha afectado el teletrabajo a la hostelería: más gasto durante el fin de semana y menos en los días laborables
En Madrid las visitas a restaurantes los sábados suponen ya el 13% del total semanal, frente al 7% de 2019
Los hábitos de consumo son animales esquivos. Dependen del dinero disponible, de los horarios laborales o de los estilos de vida. Cambian con facilidad, y eso está ocurriendo en la hostelería, explica Marta Munné, responsable de AECOC Shopperview, plataforma de estudios de la asociación de empresas de gran consumo. Ahora la gente prefiere el “tardeo”, evita los menús poco saludables y prima el ahorro entre semana, para soltarse un poco más el cinturón durante el fin de semana. En esto coincide Pedro Antonio Merino, economista jefe del departamento de estudios de Repsol: “Es muy difícil saber cuál es el nivel real de actividad en la restauración, porque aunque vemos que los fines de semana la ocupación está al 100%, los almuerzos caen en los días laborables debido al teletrabajo”, concluye. Un estudio elaborado por la compañía con datos de Visa sostiene que la tendencia global al teletrabajo está haciendo que el consumo de hostelería se concentre más en los fines de semana.
Diego y Eduardo Porras son dos hermanos que regentan el restaurante Zurbarán, en la zona de oficinas de Las Tablas (Madrid). Cuentan que si antes de la pandemia superaban los 200 menús diarios, ahora pocas veces pasan de 160. “Los lunes y los viernes, cuando la gente teletrabaja más, lo hemos notado mucho en las comidas”, apunta. La tendencia global, según el informe realizado por el departamento de estudios de Repsol, señala que el empleado típico trabaja desde casa al menos 1,5 días a la semana en todo el mundo. En el caso de España, según Aecoc, un 30% de personas trabaja al menos un día desde su domicilio. Tras 18 años con el negocio, los dueños de Zurbarán constatan que la forma de trabajar ha cambiado, pero confían en seguir adaptándose. Fuentes de Hostelería de España indican que el teletrabajo afectó a muchos restaurantes como este, situados en zonas de oficinas, que “lamentablemente no pudieron sobrevivir”, aunque puntualizan que esa situación está mejorando.
Además del teletrabajo, el incremento en el precio de los menús o el uso del táper son algunos de los factores que están influyendo en el cambio de comportamiento de los usuarios. “Cuando se trata de los menús de mediodía, la gente es más exigente con la necesidad de comer rápido, barato y de manera saludable. En cambio, de cara a los fines de semana busca opciones más indulgentes”, comenta Munné. “Ahí la motivación es más la socialización, el compartir tiempo, el salir de casa y disfrutar”, concluye. De hecho, según un informe de AECOC con 40dB, un 59% de los trabajadores declara que prefiere llevarse su propia comida a la oficina. La razón principal es reducir gastos, seguido de comer más sano y del ahorro de tiempo en las comidas.
Estos hábitos dejan más margen para disfrutar y gastar en los días libres. Según los datos de Visa y Repsol, en un claro contraste con 2019, las visitas a restaurantes están ahora más sesgadas hacia el fin de semana. En el caso de Madrid, las visitas a restaurantes los sábados suponen ya, de media, el 13% del total semanal, frente al 7% de 2019. En los domingos se han duplicado las salidas a restaurantes del 5% al 10%. En cambio, durante la semana, entre el lunes y el jueves las visitas han descendido alrededor de tres puntos porcentuales. Estas dinámicas también se observan en otras ciudades europeas como París o, en menor medida, Londres.
Cambio de hábitos en días laborables
Un jueves a mediodía, en la zona de oficinas en Nuevos Ministerios en Madrid, los restaurantes tienen bastantes mesas ocupadas, incluso en julio. Se come rápido y, a poder ser, no muy lejos de la puerta de la oficina, sobre todo en un verano que marca casi 40 grados al sol y no invita a alejarse de los aires acondicionados. El mismo local que un sábado a la hora del almuerzo suena bullicioso, llena la terraza y sirve cañas, en estos momentos de horario de oficinas está ofreciendo más menús, menos cervezas, breves sobremesas y vestimentas formales, con permiso del algún vestido veraniego.
Es la otra cara del negocio, la que no tiene que ver con las vacaciones o el tiempo libre, pero que genera al año 1.321 millones de euros solo a través de los tiques de comida, según datos de la Asociación Española de Empresas de Vales de Comida y Otros Servicios (Aeevcos). La empresa Edenred, que pertenece a este sector, señala que alrededor de 550.000 trabajadores utilizan cada día en España el vale de comida. Así, una parte importante de la actividad de bares y restaurantes depende de otros trabajadores y de su poder adquisitivo. De hecho, la subida del precio de los menús —que en España se sitúan en unos 12,8 euros de media— también contrae el consumo cuando las bonificaciones que las empresas proporcionan para costear la comida se quedan por debajo.
En España, los hoteles y restaurantes son el cuarto servicio en el que más gastan los ciudadanos, con un porcentaje de aumento sobre el año pasado del 29,1%. Este incremento es el mayor en 2022 de todas partidas de la encuesta de presupuestos familiares, según el INE. En gran medida se explica porque la demanda ha sido muy fuerte en un contexto de salida de la pandemia y continúa mejorando. Aunque también ha contribuido la subida de los precios, que ha sido de un 4,1% en lo que va de año, según datos de Hostelería de España.
Aunque las economías familiares están sufriendo el golpe de la inflación —en 2022 su renta real cayó un 3,1%%—, el consumo en bares y restaurantes es bueno, según la patronal del sector. Tal y como se desprende de las encuestas a gestores conocidas como PMI, que revelan una mayor actividad en servicios frente a una caída de la industria, se gasta más en hostelería y menos en bienes duraderos, que caen en tasa anual en los datos de consumo al por menor del INE.
“Lo que vemos es que de cara al verano, el consumidor tiene ganas de salir. Igual no puede asumir gastos más elevados como viajes u hoteles, pero sí salir a comer o beber”, afirma Munné. En la misma línea apunta la Asociación de Hostelería de Madrid, que constata un aumento del 3,3% en la actividad en 2022 frente a 2021, y espera que en este año, con la moderación de la inflación, las cifras mejoren.
La hostelería es un sector que se asocia al ocio, pero que también presta un servicio diario a los trabajadores que comen fuera de lunes a viernes. “Un mismo cliente tiene diferentes necesidades y comportamientos a lo largo de la semana e incluso a lo largo del día”, señala la investigadora de AECOC, por lo que conocer estas nuevas tendencias “será clave” para el sector, concluye.
Otro de los negocios que se ha adaptado a los nuevos tiempos es el restaurante Lugano, regentado por José Luis España. Para promocionar sus menús se incorporó a la plataforma Tu Menú En, de la que también forma parte el Zurbarán y que se dedica a promocionar menús en las zonas de oficinas. Ante los nuevos comportamientos, sobre todo a raíz de la pandemia, el hostelero diversificó su negocio en tres patas: el servicio de restaurante, el envío a domicilio u oficinas y, además, estableció un catering para asistir a algunas de las empresas que están en el polígono de Las Tablas (Madrid).
Cuenta que la demanda de los menús en oficinas comenzó a crecer y ahora ocupa la mayor parte de su negocio. A pesar de la nueva realidad, se muestra optimista: “En este sector hay mucho espacio para crecer”, concluye.
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