El euríbor encarece las hipotecas en febrero casi un 50% y ya duplica su media histórica

Siguen las malas noticias para los prestatarios con hipotecas variables. El euríbor a 12 meses, que es el diferencial con el que se calculan la inmensa mayoría de esos préstamos en España, finaliza febrero con un nuevo repunte, y ya van 14 meses consecutivos de subida. Solo en el último año, el euríbor ha aumentado 3,87 puntos, la escalada más abrupta en sus 24 años de historia. Como a principios de 2022 todavía estaba en negativo, eso supone que el indicador acaba este febrero en una media del 3,534%. No es su techo histórico, pero sí supone una cifra significativa: por primera vez desde que empezó el actual ciclo de subida, motivado por el cambio de política monetaria del Banco Central Europeo (BCE) para frenar la inflación, el euríbor multiplica por más de dos su media mensual histórica (1,763% hasta enero).

Pero para quienes tienen un préstamo variable, lo peor es lo rápida que ha sido la subida del indicador. Como normalmente las letras se recalculan una vez al año, el importe a pagar sube o baja en función de la diferencia entre el valor del euríbor y lo que marcaba un año antes. Eso, para una hipoteca media en España (145.510 euros a pagar a 24 años, según los últimos datos publicados por el INE para 2022), supone un incremento considerable. Si hace un año un crédito de esas características, con un diferencial de euríbor más un punto, suponía pagar 546,8 euros al mes, ahora la cuota mensual subiría a 813,8 euros.

Siguiendo ese ejemplo, la diferencia mensual de lo que tiene que pagar una familia se elevaría a casi 268 euros. Y en un año esa cantidad supone abonar 3.214 euros más. El aumento con respecto a un año atrás es del 49%, el porcentaje más elevado desde que empezó la actual remontada del euríbor, ya que supera por unas décimas el de enero, cuando la hipoteca media se encareció un 48,7%.

El euríbor a 12 meses es, en realidad, un indicador que expresa el porcentaje al que una serie de bancos de la zona euro estarían dispuestos a prestarse dinero entre sí para devolverlo un año después. Por ello, el indicador reacciona a las subidas de tipos de interés oficiales del BCE, que fijan el precio básico del dinero, y comenzó a ascender en enero de 2022. El motivo es que, cuando la inflación comenzó a crecer en todas las economías de la moneda común, el sistema financiero empezó a descontar que el supervisor tendría que mover ficha y subir unos tipos que estaban congelados en el 0% desde 2016. El cambio quedó todavía más patente cuando, el 24 de febrero de 2022, se inició la invasión rusa de Ucrania. La situación de tipos oficiales cero acabó en julio, y en ocho meses se han puesto al 3%. En paralelo, el euríbor ha ido avanzando, a veces a zancadas y otras con pasos más ligeros.

El de febrero no ha sido un gran salto: ha avanzado 0,197 puntos respecto a enero, pero muestra que aún queda senda de ascenso. Entre otras cosas, porque el BCE ya anunció que en su reunión de marzo subiría al menos medio punto más (al 3,5%) los tipos de interés. La media del euríbor en el mes que acaba ahora ya se sitúa, en consecuencia, por encima de ese nivel, pero muestra que progresará más. En la última jornada de febrero (el indicador registra un valor diario) ha marcado una cota por encima del 3,7%, algo que no sucedía desde diciembre de 2008. La patronal bancaria calcula que el indicador llegará al entorno del 4%. El año pasado, las entidades erraron por mucho sus cálculos: el euríbor acabó por encima del 3% cuando nadie vaticinaba que superase el 1%. Este año se espera una menor desviación porque el ritmo de subida se prevé más pausado. Pero todo dependerá de si el BCE decide hacer subidas adicionales a la de marzo, y los últimos datos de inflación que se han conocido este martes no son halagüeños en ese sentido.

No obstante, la acción del BCE, cuyo principal cometido es mantener la inflación a medio plazo en torno al 2%, y por ello trata de deprimir el consumo elevando el precio del dinero, parece estar surtiendo efecto. Al menos en España, donde en diciembre la concesión de hipotecas se replegó por primera vez desde que el mercado inmobiliario empezó a experimentar un nuevo auge a principios de 2021. Los expertos creen que el nuevo paradigma se mantendrá al menos unos meses. “No creemos que el euríbor vaya a dar tregua aún”, resume Rafael Moral, responsable del departamento de Análisis Hipotecario de la compañía de intermediación de crédito Hipoo. “Aun así, confiamos en que en el tercer trimestre del año se empiece a notar una ligera bajada del euríbor”, añade en un análisis remitido a los medios.

La asociación de usuarios financieros Asufin también cree que la situación empezará a mejorar a partir de septiembre. Pero su pronóstico deja claro que los préstamos seguirán siendo caros. En la organización trabajan con el escenario de una subida del euríbor hasta el entorno del 4% y una bajada hasta el 3,7% a finales de año. Es decir, que las hipotecas, más o menos, no dejarán de encarecerse en todo 2023. Por ello, Asufin reclama al sector bancario “la búsqueda de alternativas para aquellos consumidores que no puedan acogerse a las medidas recogidas en la actualización del Código de Buenas Prácticas”, la solución para aliviar la situación de algunas familias que el Ministerio de Asuntos Económicos y la banca pactaron en noviembre.

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