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Los planes anticrisis y los fondos de la UE aceleran la economía española

El PIB crecerá más de un 5% y supera las expectativas. El Gobierno ha aprobado rebajas de impuestos y ayudas por más de 30.000 millones en 2022 para mitigar el golpe de la inflación

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante su comparecencia esta semana tras el Consejo de Ministros. Foto: Andrea Comas | Vídeo: EPV
Jesús Sérvulo González

La economía española no solo evita la catástrofe, sino que cerrará 2022 con un crecimiento del PIB superior al 5% anual. El guarismo, que ya circulaba por los centros de estudios económicos, fue ratificado el martes por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante su intervención para hacer balance económico del año. España ha resistido a un año repleto de incertidumbres desatadas a raíz de la invasión rusa de Ucrania. La guerra avivó la crisis energética, que despertó al monstruo de la inflación, que a su vez precipitó la subida de los tipos de interés por parte de los bancos centrales. Mientras tanto, el bolsillo de las familias no hacía más que menguar. La fotografía alumbraba un invierno repleto de nubarrones, pero estos no han terminado de descargar y provocar una tormenta. Al menos hasta ahora.

En primavera, tras la decisión de Vladímir Putin de invadir Ucrania, los principales organismos internacionales y las casas de análisis se apresuraron a revisar a la baja las proyecciones. Y en verano, las apuestas sobre que la economía española se griparía en el segundo semestre del año cotizaban al alza. Pero la realidad es que el último trimestre va a terminar con un crecimiento débil, pero positivo. La Autoridad Fiscal prevé que el PIB crecerá un 0,3% entre octubre y diciembre.

Las razones de esta solidez imprevista hay que buscarlas en varios factores. Por un lado, la vigorosa recuperación del turismo y la supresión de todas las restricciones por la pandemia han mantenido el pulso de la actividad. En los 10 primeros meses del año llegaron a España más de 63 millones de turistas extranjeros, más del 84% de las cifras del mismo periodo del año precovid. “El mantenimiento de la recuperación en este entorno ha sido posible gracias al excepcional comportamiento del sector servicios, principalmente del turismo, que ha permitido a la economía generar ingresos más que suficientes para compensar los gastos energéticos”, señalaba hace unos días BBVA Research.

Más de 30.000 millones movilizados

Por otro lado, el Gobierno ha aprobado hasta cinco paquetes de medidas para frenar la inflación, con los cuales ha movilizado más de 30.000 millones de euros entre rebajas de impuestos, subvenciones a los carburantes y ayudas a las familias y empresas, según se describe en el real decreto de medidas contra la crisis publicado el miércoles por el Boletín Oficial del Estado. Solo bajar el IVA de la electricidad, suspender el impuesto de generación y rebajar al mínimo el impuesto especial sobre la producción eléctrica tienen un coste de 6.149 millones de euros hasta noviembre, según datos de la Agencia Tributaria. El descuento de 20 céntimos a los combustibles para todos los conductores ha supuesto un desembolso público de 4.832 millones hasta ahora, según contabiliza la Intervención de la Administración del Estado. Otros 1.500 millones han supuesto las ayudas a los profesionales del transporte. A esto habría que añadir más de 250 millones para financiar las ayudas al transporte público y 540 millones del cheque de 200 euros para familias vulnerables, entre otras medidas. “Estas iniciativas han tenido sin duda un efecto en el crecimiento, pero la clave es que se han ido dosificando para no alimentar la inflación”, explica Matilde Mas, catedrática de la Universitat de Valencia e investigadora del Ivie. “Han sido creativos. Han sabido manejar bien las expectativas y las incertidumbres”, añade.

Desde el Ministerio de Asuntos Económicos remarcan que los cinco paquetes de medidas que se han aprobado en 2022 iban dirigidos principalmente a contener la escalada de precios, cuyo principal efecto es que empobrece a los ciudadanos. “La respuesta en política económica ha sido eficaz porque ha conseguido bajar la inflación y bajar los precios de la energía”, explica Gonzalo García Andrés, secretario de Estado de Economía. “Desde el punto de vista de la actividad, hemos amortiguado el efecto de la inflación sobre las rentas disponibles y esto se ve en el comportamiento del consumo”, apostilla. El economista José Carlos Díez coincide con esa visión: “El consumo debería haber sufrido una caída de cerca del 3%, sin embargo, ahora las previsiones de los analistas dan un crecimiento del 1,7%. Lo que ha hecho la política fiscal, que ha sido expansiva, ha sido amortiguar el golpe y por eso ha aguantado el consumo”, explica el profesor de la Universidad de Alcalá. Medidas energéticas como la excepción ibérica, que contienen el precio de la electricidad, también han ayudado a frenar la inflación.

Uso del ahorro acumulado en la pandemia

Raymond Torres, director de coyuntura de Funcas, sostiene que el principal factor de impulso este año ha sido que las familias han echado mano del sobreahorro acumulado en la pandemia. “Los hogares han utilizado todo el ahorro embalsado y han logrado sortear el año”. Pero advierte: “De aquí en adelante ya no tendrán ese colchón”. Torres considera que las ayudas públicas iban dirigidas, sobre todo, a mitigar el golpe de la inflación y aliviar la pérdida de poder adquisitivo de las familias. Y pone el ejemplo de las rebajas de impuestos de la energía. “Han tenido una incidencia directa en el precio y han ayudado a contener la pérdida de poder adquisitivo de las familias”, arguye.

García Andrés destaca también el papel de los fondos europeos. Explica que se han resuelto convocatorias por 22.000 millones de euros durante este año. Aunque BBVA Research avisa de que solo se han adjudicado 7.000 millones. “El crecimiento de la inversión no se podría entender si no hubiera llegado el dinero de los fondos europeos a las empresas”, señala el secretario de Estado. Calcula que el dinero procedente de la UE han aumentado el nivel de PIB en un 1,9% este año respecto al escenario inercial. “El impulso será mayor en 2023 y en 2024″, dice. Y recuerda que las previsiones más pesimistas sobre la economía tenían que ver con la premisa de que habría racionamiento de gas en Europa este invierno. “Ese riesgo se ha disipado”, apunta.

Matilde Mas pone en valor el papel de la Unión Europea durante esta crisis: “Ha tenido un papel más dinámico. Los fondos Next Generation estaban bien diseñados. La suspensión de las reglas fiscales ha sido determinante. Pero no hay que olvidar que todo esto hay que devolverlo y, aunque sea a menor coste, habrá que volver a la disciplina fiscal”.

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Sobre la firma

Jesús Sérvulo González
Redactor jefe de Economía y Negocios en EL PAÍS. Estudió Económicas y trabajó cinco años como auditor. Ha cubierto la crisis financiera, contado las consecuencias del pinchazo de la burbuja inmobiliaria, el rescate a España y las reformas de las políticas públicas de la última década. Ha cursado el programa de desarrollo directivo (PDD) del IESE.

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