Escotet, sobre el impuesto al sector: “Afecta a la solvencia, a la rentabilidad y a la posibilidad de dar nuevos créditos”
El presidente de Abanca considera que se está atacando el problema por el lado equivocado
El Gobierno y el sector financiero siguen enredados en una agenda muy apretada. Esta semana parece que se le ha dado portazo definitivo a la compleja negociación para aprobar un nuevo plan de ayudas para los hipotecados en apuros, tanto los vulnerables como los que están en riesgo de serlo. Pero en paralelo continúan las diferencias por la imposición de un nuevo gravamen extraordinario al sector por el impulso en sus números del fuerte repunte de los tipos de interés. “Afecta a nuestra solvencia, afecta a nuestra rentabilidad y, en consecuencia, afecta a la posibilidad de dar nuevos créditos. Está aprobado, cumpliremos la normativa, pero creo que es el camino equivocado”, ha asegurado este jueves Juan Carlos Escotet Rodríguez, presidente de Abanca, durante su participación en el Foro Tendencias 2023.
El Gobierno impulsó un impuesto extraordinario para el sector financiero, con el que espera recaudar 3.000 millones en dos años. La propuesta consiste en aplicar un tipo del 4,8% sobre el margen de intereses y comisiones netas de los bancos por su negocio en España para los que superen los 800 millones anuales entre ambos guarismos. Durante la tramitación parlamentaria se ha incluido un cambio y también lo tendrán que pagar las entidades extranjeras que operen en el país, independientemente del volumen de su negocio. El Ejecutivo justifica la tasa por la necesidad de obtener una contribución extra del sector financiero, al considerar que se beneficiará de unas subidas de tipos que, de no ser por las tensiones inflacionistas, se hubieran producido de forma más gradual. Aunque el sector financiero, al igual que ha asegurado Escotet, lo anómalo eran los tipos en negativo de los últimos años.
“Me parece que estamos atacando el problema por el lado equivocado”, ha sostenido Escotet durante su conversación con el corresponsal jefe de EL PAÍS en Estados Unidos, Miguel Jiménez. “El sector privado, la banca en concreto, no tiene responsabilidad alguna de la gestión de la política fiscal de los últimos años y mucho menos de la política monetaria. Toda intervención del lado gubernamental termina siendo dañina para la economía y nos aleja de Europa”, ha añadido en un encuentro que reúne en Madrid a empresarios y políticos relevantes para abordar los desafíos económicos que plantea la difícil coyuntura actual. El encuentro, organizado por EL PAÍS y la consultora de comunicación Harmon, cuenta con el patrocinio de Abanca, Abertis, EY, Iberdrola, Telefónica y Tendam.
También se ha referido a la posibilidad de que las entidades vayan a los tribunales para frenar el pago de la nueva tasa, una posibilidad que ya abrieron algunos principales dirigentes del sector en los últimos meses. Sobre esto, Escotet no ha precisado si Abanca litigará o no, aunque sí ha afirmado que es muy probable que los bancos terminen ganando los casos judiciales: “Eso es trasladar el problema a ejercicios fiscales futuros. No parece una actitud prudente y responsable”, ha reprochado al Gobierno.
Ayuda a los hipotecados en apuros
También se ha referido a las nuevas ayudas para los hipotecados, aprobadas en el Consejo de Ministros de este martes. Sobre el auxilio a los clientes en apuros, Escotet ha recordado que los bancos lo han atendido caso a caso y que ya existía un Código de Buenas Prácticas. Precisamente es este protocolo el que ahora se ha ampliado, para los más vulnerables, y se ha añadido un nuevo código, para rentas más altas, que estará en vigor durante dos años. “La realidad es que no tenemos morosidad aún, el sector no ha trasladado todavía los tipos de interés”, ha dicho el presidente de Abanca. Según los datos del Banco de España, en agosto la mora estaba todavía por debajo del 4%, en niveles históricamente bajos. Otra clave que debe reducir los problemas generales es la firma mayoritaria de hipotecas a tipo fijo de los últimos años, alrededor del 70% de la nueva producción. Eso sí, el supervisor calcula que a tipo fijo solo está un 27,1% del saldo vivo.
Escotet ha resaltado asimismo otro efecto de estos cambios normativos, que en su opinión perjudicará al sector financiero. “La percepción en los mercados internacionales con este tipo de intervenciones puede afectar los ratings de la banca española. Eso puede deteriorar nuestra posibilidad de acceder al crédito mayorista y a los mercados internacionales”.
Por otro lado, ha subrayado la buena posición de la banca española, especialmente si se compara con la situación en la que llegó a la crisis de 2008. Por ejemplo, está mucho mejor en solvencia, en morosidad y en el ratio préstamos sobre depósitos. “Esto permite pensar que se pueda mantener el flujo de crédito y reduce la vulnerabilidad de las instituciones”, ha enfatizado.
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