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El presidente bielorruso prohíbe subir los precios a las tiendas del país

Lukashenko advierte a los comercios bajo la amenaza de arresto para los incumplidores

Lukashenko tiendas Bielorrusia
Aleksandr Lukashenko, presidente de Bielorrusia, el pasado 26 de septiembre en Sochi (Rusia).GAVRIIL GRIGOROV / SPUTNIK / KRE (EFE)
Javier G. Cuesta

Si la inflación se revoluciona, detención. El presidente bielorruso, Aleksandr Lukashenko, ha prohibido subir los precios de los productos bajo amenaza de arresto desde este mismo jueves. “Que Dios no quiera que alguna tienda cierre o se vaya. Alguna oficina, restaurante u otra cosa. Que Dios no lo quiera. Responderán por ello”, ha advertido el mandatario en una reunión de su gabinete económico donde todos sus ayudantes tomaban nota cabizbajos ante sus gritos.

“Desde el 6 de octubre queda prohibida cualquier subida de precios. Pro-hi-bi-da. Desde hoy, no desde mañana, desde hoy”, ha subrayado Lukashenko en una intervención difundida por su Gobierno. “¿Qué más necesitáis para poner orden? ¿Queréis iros a casa? ¿Debo ir yo al campo, de ahí a pedir gas, petróleo y préstamos, y luego correr a la tienda a controlar los precios? ¿Para qué demonios os necesito?”, alzó la voz ante un grupo de diputados, miembros del Gobierno y representantes de sindicatos y patronales. “Esto es una cuestión política, ni siquiera un tema económico. Es cuestión de vida o muerte”, ha hecho hincapié el presidente bielorruso el mismo día que se ha conocido que Moscú prestará más dinero a su régimen.

Minsk ha recibido varias inyecciones de dinero desde que Lukashenko fue apoyado por el Kremlin ante las protestas masivas desatadas por el fraude electoral de 2020. La última ronda la ha dado a conocer el viceprimer ministro Alexéi Overchuk, que anunció un paquete de 1.500 millones de dólares para que Bielorrusia sustituya sus importaciones occidentales por producción propia o rusa. Los primeros 300 millones serán abonados antes de fin de año, según reveló el diario RBK.

El objetivo de Minsk es reconducir la inflación a un 7% u 8% interanual en 2023. Según el Comité Nacional de Estadística de Bielorrusia, esta tasa se elevó al 18,1% en julio respecto al mismo mes del año pasado, y se prevé un 19% a final de curso. Además, y pese a las afirmaciones del Kremlin de que este problema golpea más duramente a Europa, el dirigente bielorruso reconoció que no es un problema exclusivamente occidental: “El mundo entero está atónito por esta inflación”.

Para combatir la espiral alcista, Lukashenko ha dado instrucciones para que ningún comercio suba sus precios. “Detención inmediata y causa penal. La fiscalía y el Comité de Control del Estado sabrán qué hacer. Y en toda su verticalidad: a quién violó la orden dada por mí y quien la permitió o la animó”, ha advertido el mandatario, en el poder desde 1994.

“Cualquier precio debe ser justificado. Quienes no quieran obedecer las reglas, deben ser apartados del mercado”, ha apostillado el dirigente bielorruso en su reinterpretación de los mecanismos económicos. También ha cargado contra los distribuidores por contemplar los tipos de cambio con otras divisas “cuando la moneda bielorrusa se mantiene estable”

Lukashenko les acusó de elevar los márgenes “hasta un 300%” en las ventas de frutas y hortalizas al Estado, y agregó que “no debería haber ninguna mediación en absoluto” entre el campo y las tiendas. A esta acusación se sumó el presidente del Comité de Control Estatal, Vasili Guerásimov. El alto cargo afirmó que algunos minoristas exigen a las fábricas un 25% del coste por vender los productos en sus tiendas.

El presidente bielorruso lamentó especialmente que la inflación también afecte al producto nacional. “Si es Adidas, Nike o Zara, vale. Si alguien está loco y quiere comprar cosas importadas a precios de locura, que las compre, pero los importes de los zapatos y de las prendas del país también han aumentado”, ha señalado el mandatario, quien acusó asimismo a los vendedores de cambiar sus productos para encarecerlos. “Desmiembran un pollo, lo meten en una bolsa de plástico y, ¡mirad! Es un producto nuevo”, teorizó Lukashenko antes de volver a una vieja propuesta: nacionalizar como mínimo el 30% del comercio. “¿A qué tenemos miedo? Cualquier proceso puede ser tomado bajo control si existe ese deseo”, apuntilló.

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