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Lagarde antepone la lucha contra la inflación frente al crecimiento: “Tenemos que devolverla al 2%”

La presidenta del BCE advierte de que para la zona euro es más difícil atajar la subida de precios que para EE UU, porque la raíz del problema está en la oferta

BCE inflacion
Christine Lagarde, presidenta del BCE, en rueda de prensa.Efe
Álvaro Sánchez

La inflación desbocada ha hecho innecesaria temporalmente una pregunta antaño habitual. La duda ya no es si el Banco Central Europeo subirá los tipos de interés o los dejará intactos, sino el tamaño del ascenso. Así lo ha dejado claro una vez más este miércoles la presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde. “Tenemos que devolver la inflación al 2% a medio plazo y haremos lo que tenemos que hacer, que es seguir subiendo los tipos de interés en las próximas reuniones”, afirmó Lagarde en una conferencia organizada por el Atlantic Council.

El encarecimiento de los costes de financiación hace temblar a muchas empresas, y afecta a parte de los hogares hipotecados y a aquellos que pretenden endeudarse para comprar una vivienda. También amenaza con enfriar una economía que pretendía aprovechar la inercia positiva de los multimillonarios estímulos contra la pandemia, entre ellos el plan de recuperación Next Generation EU. Pero la consigna de Fráncfort, repetida este miércoles por Lagarde, es que su misión no pasa por salvaguardar el crecimiento ni el empleo, sino por asegurar la estabilidad de los precios. “Si no cumpliéramos [con nuestro mandato], perjudicaría mucho más a la economía”, insistió.

La dirigente francesa se mostró consciente de que existe preocupación por los incrementos en la factura energética, pero quiere evitar a toda costa los efectos de segunda ronda, esto es, que los salarios se contagien y se revaloricen a ritmos elevados. Para ello, busca anclar las expectativas. “Los que se sientan a la mesa de negociación tienen que pensar que la inflación volverá al 2%”, agregó.

Por ahora, los sueldos están lejos de repuntar con brío. Según Lagarde, en Europa han crecido entre el 2,5 y el 3%, prácticamente la mitad que en EE UU, donde lo han hecho entre el 5 y el 7%. Esa es la primera diferencia fundamental que encuentra en el proceso inflacionista a ambos lados del Atlántico. La segunda deja peor parada a Europa: mientras la inflación continental responde a una escasez de oferta, agravada por los cuellos de botella y los problemas de suministro, la norteamericana hunde sus raíces en una fuerte demanda.

“Eso afecta a cómo lidiamos con ella. Cuando tienes una inflación predominantemente de demanda, no diré que es muy simple, tienes que golpear la demanda, reducirla para que se realinee con la oferta. Cuando es predominantemente de oferta [como sucede en Europa], es mucho más complicada, porque la política monetaria no puede reducir el precio del gas, no puede parar la guerra, por mucho que me gustaría que fuéramos capaces de ello”, aseguró Lagarde.

La presidenta del BCE calcula que el 60% de la inflación europea tiene su origen en la energía, el doble que en EE UU, y admitió fallos en el diagnóstico de la crisis inflacionista en sus inicios, cuando se hablaba de un fenómeno transitorio. “No pongo en duda que tuvimos errores de proyección, como todos los que hicieron proyecciones. Quizá porque muchos de nosotros usábamos los mismos modelos”. Ahora, la entidad con sede en Fráncfort prevé que la situación tardará en normalizarse: calcula una inflación media del 8% este año en la zona euro, del 5,5% en 2023 y del 2,3% en 2024.

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Sobre la firma

Álvaro Sánchez
Redactor de Economía. Ha sido corresponsal de EL PAÍS en Bruselas y colaborador de la Cadena SER en la capital comunitaria. Antes pasó por el diario mexicano El Mundo y medios locales como el Diario de Cádiz. Es licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla y Máster de periodismo de EL PAÍS.

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