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La industria alerta de más cierres en España por los altos precios de la energía

El conflicto en Ucrania ya provoca paradas de actividad en algunas factorías electrointensivas del norte de España

La factoría de Megasa en Narón (A Coruña)
La factoría de Megasa en Narón (A Coruña), este martes.Kiko Delgado (EFE)

Los precios de la luz y el gas, disparados por el ataque de Rusia sobre Ucrania, están poniendo contra las cuerdas a las industrias electrointensivas de España. Tras los primeros anuncios de paradas de actividad, las patronales vaticinan una cascada de cierres si no se adoptan medidas pronto. Fernando Soto, director general de la Asociación de Empresas con Gran Consumo de Energía (AEGE), señala que “las compañías están jugando con un equilibrio entre cumplir los contratos y no producir a pérdidas”. “Si el Gobierno o la Comisión Europea no adoptan decisiones valientes y de sentido común, esto será un desastre”, avisa el representante de esta agrupación que representa a 25 firmas responsables de 74 factorías y 66.000 empleos directos en España. Se refiere, por ejemplo, a sacar los precios del gas de la ecuación que determina los precios de la luz en los diferentes países europeos.

Por su parte, la Asociación Nacional de Fabricantes de Fritas, Esmaltes y Colores Cerámicos (Anffecc), que agrupa en la provincia de Castellón a los mayores productores de cerámica de España, también subraya la necesidad de que el Gobierno tome cartas en el asunto. “No es posible seguir soportando esta situación, no ya solo por nuestro clúster, sino para toda la industria europea, que de seguir así pronto se verá abocada a paradas de producción”, alerta su presidente, Joaquín Font de Mora. Y añade: “La UE y el Gobierno tienen que tomar medidas urgentes tanto financieras como fiscales para paliar esta circunstancia”. Hasta el momento, la asociación dice que no le constan cierres significativos, aunque avisa de que llegarán si la situación se prolonga en el tiempo. “Hay días en los que ya se está produciendo a pérdidas”, insisten fuentes del sector.

En cambio, Soto, de AEGE, sí apunta que “han parado varias siderurgias, algunas metalúrgicas han reducido la producción en las horas punta” y que “alguna multinacional va a desviar producción a Francia”, aunque rehúsa dar nombres. En el país vecino, destaca, la eléctrica pública EDF ofrece a sus clientes industriales una tarifa regulada a 42 euros por megavatio hora (MWh). En España, la asociación calcula ahora mismo el coste medio de 2022 (contemplando también los mercados de futuros) en 346 euros por MWh. Es ligeramente superior al de Alemania, pero con una diferencia: en la primera economía europea, un 80% de empresas tienen contratos a largo plazo con las eléctricas y solo un 20% pagan según los vaivenes del mercado. En España esos porcentajes son a la inversa. “El mercado español no se ha caracterizado por que las eléctricas hayan ofertado precios de contratos bilaterales a dos o tres años con precios competitivos”, se queja Soto, quien recuerda que las compañías de luz se comprometieron a ello con el Ministerio de Transición Ecológica el pasado otoño y esos contratos “no han llegado”.

En al menos dos de las asociadas de AEGE han trascendido ya paros de la producción. La planta de acero de Megasa en Narón (A Coruña) convocó a su comité de empresa este martes después de que su horno no se haya encendido desde el viernes de la semana pasada. Y la planta de ArcelorMittal en Olaberria (Gipuzkoa) detuvo su producción este martes desde las nueve de la mañana hasta la medianoche. Fuentes de la compañía señalan que se está monitorizando la situación. Este miércoles ha abierto solo por franjas horarias, evitando las de mayor precio de la luz, lo que significa que permanecerá parada durante aproximadamente un tercio de la jornada. La otra acería eléctrica que ArcelorMittal tiene en España, la de Sestao (Bizkaia), se encuentra detenida por su propio turno productivo y debería reabrir el próximo domingo, pero, según indican las mismas fuentes, no lo hará en esa fecha. En función de cómo evoluciones la coyuntura de precios, se decidirá el momento de volver a ponerla en funcionamiento.

En el sur de España, en la planta de Acerinox de Los Barrios (Cádiz), la compañía ya ha iniciado conversaciones con el comité de empresa ante la escalada de la electricidad derivado del ataque de Rusia. “[La dirección] nos traslada problemas importantes en los precios de los costes energéticos, así como en los suministros de materias primas (ferrocromo, ferroníquel, ferrosilicio, etcétera). La empresa propone negociar un ERTE en previsión de lo que pueda ocurrir”, ha informado este martes el comité a los trabajadores con una nota interna a la que ha tenido acceso EL PAÍS.

Los carburantes, por su lado, tampoco dan tregua en esta tormenta perfecta del precio de la energía. Según datos del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, el precio de los combustibles han crecido un 45% desde marzo de 2020. De ahí que Foment del Treball asegure que el sector del transporte terrestre de viajeros no puede sostener su actividad con esta subida por mucho tiempo y reclama “medidas urgentes para garantizar el derecho a la movilidad de las personas”, según afirma la patronal catalana en un comunicado.

La carestía del combustible también llevó este martes al amarre de algunas flotas pesqueras. Una medida que, según el presidente de la Federación Nacional de Cofradías de Pescadores, Basilio Otero, podría extenderse pronto a todas las embarcaciones. “Se va a producir el amarre de la flota española porque el gasóleo es un gasto importante dentro del gasto general de un barco de pesca y la situación. A día de hoy, es inviable”, señaló Otero en declaraciones recogidas por Europa Press. En Italia, recordó el armador, ya ha sucedido ese paro general de los pescadores, que ven que salir a faenar no es rentable: “Tienes que poner dinero de tu bolsillo y no hay dinero”.

Falta de componentes en la multinacional Valeo

Ginés Donaire

En la industria de la automoción, la falta de componentes y semiconductores es algo más habitual de lo recomendable desde la crisis del coronavirus. A esto ahora se une la escasez de piezas que provenían de fábricas ucranias, principal abastecedor tanto de microchip como de cableado para la automoción. “Ahora que estábamos levantando cabeza nos viene la guerra de Ucrania y nos obliga a aplicar este ERTE”, señala, apesadumbrado, Domingo Ocaña, miembro del comité de empresa de la planta de Valeo en Martos (Jaén). El expediente de regulación temporal de empleo afectará a los 2.700 trabajadores de esta factoría, que es la principal proveedora automovilística en Andalucía y la principal del país en componentes de iluminación. Esto ha motivado que los clientes automovilísticos más importantes, Audi, BMW, Volkswagen, Ford o Seat, se hayan visto obligados a realizar paradas técnicas de dos o tres semanas que se añaden a las que habían surgido por la falta de microchips en los últimos meses.
Valeo Martos aplicará el expediente durante un máximo de 20 días laborales a cada empleado y con un periodo de vigencia hasta el 31 de mayo. “Es la única solución que nos quedaba y la medida menos traumática para evitar el cierre de la fábrica”, ha indicado Ocaña, que es también secretario general de la Federación de Industria de UGT en Jaén. Ahora el temor es que esta crisis en la recepción de componentes por el ataque de Rusia tenga un efecto contagio en un sector que ya viene padeciendo desde hace meses los problemas de distribución. 

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