Una treintena de empresas y centros tecnológicos lanzan el primer consorcio del hidrógeno verde en España
El Gobierno publicará la semana que viene las dos primeras convocatorias de subvenciones para proyectos de este sector, por un total de 400 millones
El primer consorcio para el desarrollo del hidrógeno verde en España ha echado a andar este miércoles con la participación de 33 entidades de los sectores energético, industrial y de transporte. La agrupación, que responde al nombre de Shyne (una abreviatura del anglicismo Spanish Hydrogen Network), tendrá proyectos en una decena de comunidades autónomas, con una inversión conjunta de 3.230 millones de euros y la promesa de crear 13.000 empleos, en su mayoría en el sector secundario. El objetivo, según han anunciado sus impulsores en la puesta de largo, celebrada en la sede corporativa de Repsol —líder de facto de la iniciativa y primer consumidor de hidrógeno de España—, será el desarrollo de tecnologías “más competitivas” y “evolucionar tanto la industria española como sus infraestructuras hacia la descarbonización”.
En cifras, la meta fijada es alcanzar una capacidad instalada de 500 megavatios (MW) en 2025 y los 2.000 MW a finales de esta década, la mitad del objetivo marcado en la Hoja de Ruta del Hidrógeno trazada por el Ejecutivo español. En octubre, Repsol ya anunció que elevaba su apuesta por el hidrógeno verde con una inversión de 2.500 millones de euros de aquí a 2030. Por sí solo, ya creía factible superar los 500 GW de hidrógeno verde en 2025 y los 1.900 MW en 2030.
Los proyectos estarán en “toda la cadena de valor”: desde la generación de hidrógeno con energía renovable hasta un mayor uso del hidrógeno en la industria y en el transporte, tanto a través de los combustibles sintéticos —en cuya producción el concurso del hidrógeno es fundamental— como con la creación de al menos 12 hidrogeneras en todo el territorio nacional en 2025. Un número, este último, que, sin embargo, palidece frente a los 38 puntos de suministro que ha prometido Naturgy.
Además de Repsol, el consorcio cuenta con otras seis compañías promotoras en cada sector participante —Enagás (distribución de gas natural), Talgo (ferroviario), Bosch (industria), Celsa (siderurgia), Alsa (transporte de viajeros por carretera) y Scania (fabricante de vehículos pesados)— y 26 socios más: empresas públicas y privadas, centros tecnológicos y universidades, que tendrán la vitola de “colaboradores” en los proyectos que se desarrollen. Entre ellos, sobresalen algunos nombres: Iberia, Navantia, Sidenor, Tubacex, el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), la Asociación Española de Hidrógeno (AEH2) o Tecnalia. Su compromiso, dicen, es situar a España “a la vanguardia tecnológica, como una potencia del hidrógeno renovable en Europa”.
“El hidrógeno verde aún no es competitivo”, ha reconocido el consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz. “Pero lo mismo ocurría en el pasado con las energías renovables. Y es irrenunciable si queremos cumplir los objetivos climáticos”. Hasta ahora, prácticamente toda la producción de este gas en el mundo procede de la quema de combustibles fósiles.
El tránsito hacia el hidrógeno renovable exige que esa energía primaria provenga de energías limpias—eólica y solar, fundamentalmente— y ahí es donde España, un país que cuenta con abundante recurso en ambos frentes, está ante una ocasión de oro. “España tiene una oportunidad única y toda la capacidad para liderar la cadena de valor industrial del hidrógeno en Europa”, ha enfatizado en el cierre del acto el secretario general de industria y pymes del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, Raül Blanco.
Primera línea de ayudas del PERTE
La secretaria de Estado de Energía, Sara Aagesen, ha aprovechado su presencia en la puesta de largo del consorcio para anunciar que el Gobierno publicará la semana que viene las dos primeras convocatorias de ayudas para proyectos de este sector, que sumaran un total de 400 millones de euros. La primera línea se centrará en la cadena de valor del hidrógeno renovable y la segunda tiene como objetivo el impulso de proyectos pioneros. Y ambas están encuadradas en el Proyecto para la Recuperación y la Transformación Económica (PERTE) del hidrógeno, las renovables y el almacenamiento de energía anunciado a mediados de diciembre.
“Tenemos una oportunidad con el hidrógeno verde que no podemos perder: podemos no solo generar el hidrógeno verde aquí, sino también ser exportadores de nueva tecnología”, ha dicho Aagesen. “Es un proyecto país y una pieza esencial en el puzle de la descarbonización. Queremos aumentar nuestra independencia, no solo la energética sino también la tecnológica, y aprovechar la eclosión de un vector tan importante para la descarbonización”.
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