Bajada récord del paro: el desempleo cae en 74.381 personas hasta el mínimo histórico en un mes de noviembre desde 2008
El mercado laboral encadena nueve meses de descenso del desempleo, el mejor ciclo de la serie. Las afiliaciones tocan techo hasta las 19.752.358 y nunca antes se habían firmado tantos contratos indefinidos: 282.981
La economía española registró en noviembre unos datos históricos en el mercado laboral, con la mayor caída del desempleo en este mes y el nivel más alto de personas trabajando en este periodo de la serie histórica, que empieza en 1996. La recuperación fulgurante del empleo tras el mazazo de la pandemia está arrojando cifras récord en los últimos meses. La afiliación ha aumentado en 730.000 trabajadores en el último año, un ritmo vertiginoso a razón de 2.000 empleados más al día. El mercado de trabajo sigue comportándose como una barcaza que navega estable incluso por rutas tradicionalmente turbulentas. La travesía, contra todo pronóstico, está resultando histórica en cuanto a sus resultados: por noveno mes consecutivo el paro sigue disminuyendo en España, una proyección bajista sin parangón en la estadística laboral. Con mayor brillo, si cabe, por extenderse a lo largo de meses, como el de noviembre, tradicionalmente malos para el empleo por tratarse de la antesala de las contrataciones navideñas de diciembre. Sin embargo, el impulso, que se retrotrae ya más allá del verano, sigue sin perder fuelle incluso con el viento de cara.
Un mes más los datos del empleo siguen siendo buenos y el histórico contable suma una nueva pestaña que mantiene las constantes de los anteriores. En noviembre, el paro bajó respecto a octubre (-74.381) hasta situarse en 3.182.687 personas desempleadas, el dato más bajo para este momento del año desde 2008. Los sectores que capitalizan este recorte son la Agricultura (-6.072; -3,89%) y la Industria (-7.689; -2,91%); por delante de los Servicios (-48.528; -2,11%) y la Construcción (-4.336, -1,70%).
La otra cara de la moneda laboral tampoco ha perdido su brillo en el tramo final del año. Las afiliaciones a la Seguridad Social también suben por tercer mes consecutivo ―tomando como referencia el dato sin desestacionalizar, esto es, sin aplicar las variables que condicionan los resultados al periodo en el que se producen― hasta situarse en 19.752.358 (+61.768), nuevo máximo, colocándose de nuevo por encima de los datos previos a la irrupción del coronavirus. La guinda del pastel de noviembre se esconde en la contratación: se formalizaron 2.021.546 contratos, la cifra más alta para este mes en toda la serie histórica; siendo 282.981 de ellas de carácter indefinido (14%), de nuevo el dato más alto para esta categoría desde que se tienen registros.
Mientras el gas del empleo sigue alejando la cesta del globo laboral del suelo, la realidad es que el paisaje resulta bastante solitario. La asincronía de este repunte y la rebaja en las previsiones de crecimiento para España que ha realizado recientemente la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) para 2021, del 6,8% al 4,5%; y en 2022, del 6,6% al 5,5%, reflejan una doble velocidad hasta cierto punto desconcertante.
Calificativos como el de “histórico” se suceden continuamente a la hora de valorar el vigor de los datos que recogen mensualmente los Ministerios de Trabajo y Seguridad Social. “Vamos a continuar en una senda descendente a pesar del mes en el que nos encontramos”, adelantó este miércoles la vicepresidenta Yolanda Díaz. Su optimismo se mezcla con la sorpresa, pues los datos siguen siendo buenos a pesar de un contexto económico que todavía sigue sin hermetizarse frente a la pandemia.
Sin embargo, si uno de los principales efectos que provocó la aparición del virus fue la paralización de la actividad y la suspensión de miles de empleos por medio de los ERTE, los últimos datos reflejan que al abrigo de la recuperación el colectivo de trabajadores afectados todavía sigue siendo cada vez menor. En noviembre se contabilizaron 125.632 personas, la cifra más baja desde que allá por abril de 2020 se reunieran más de 3,6 millones. Lo que permite realzar con más detalle la fotografía real del empleo, pues los trabajadores en ERTE no computan como desempleados según la metodología empleada en el cómputo del paro registrado.
La creación de empleo también se extiende al sector público, pero los guarismos no reflejan una expansión extraordinaria. Según los datos en afiliaciones a la Seguridad Social en las administraciones públicas, entre los meses de octubre de 2020 y 2021 (los últimos disponibles) se dieron de alta 74.860 trabajadores (+2,78%). Tomando como referencia el total de afiliados incorporados en los distintos regímenes durante ese periodo (700.226), el colectivo de trabajadores público representa el 10,6%. La mayor parte de las incorporaciones se produjo en las administraciones autonómicas (53.307), seguidas de las estatales (15.363) y las locales (6.190).
Los datos del boletín que elabora el Ministerio de Función Pública señalan que entre los meses de enero de 2020 y 2021 el número trabajadores públicos se incrementó en 112.693; aunque la Encuesta de Población Activa (EPA) del Instituto Nacional de Estadística (INE) del tercer trimestre de 2021 eleva la cifra de hasta los146.900.
La inesperada consistencia del empleo no parece haberse inmutado por alteraciones como la subida del salario mínimo interprofesional (SMI), a pesar de los pronósticos de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) o incluso del propio Banco de España. Los 15 euros en los que se incrementó desde septiembre hasta situarse en 965 mensuales en 14 pagas, auguraban reducciones en las contrataciones que no se están produciendo. Y ya son tres meses en los que el efecto de esa subida no se ha hecho notar.
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