La subida de precios del aceite de oliva lastra las ventas
Las compras en España del producto envasado caen en el primer semestre un 7,5%, hasta las 173.000 toneladas
La subida de los precios del aceite de oliva en los últimos meses, como consecuencia de una reducción de la cosecha y de la mayor demanda exterior, ha provocado un descenso en las ventas de producto envasado en España. Estas fueron de 163.000 toneladas en el primer semestre del año, frente a las 173.000 toneladas del mismo periodo de 2020, lo que supone una reducción del 7,5%, según los datos manejados por la patronal.
Las operaciones computadas afectan fundamentalmente a las ventas en la gran distribución. La organización patronal aglutina a industrias que suponen más del 70% de las ventas del sector en la distribución, pero no incluye a buena parte de entidades cooperativas con ventas en origen en las propias almazaras. Los datos manejados por la patronal ponen igualmente de manifiesto un parón en el proceso de incremento de las ventas que estaba registrando el aceite virgen extra en beneficio de otros aceites más baratos como el virgen o el conocido simplemente como aceite de oliva, suave o intenso, que mezcla aceite virgen y refinado.
El comportamiento de las ventas responde a la evolución al alza de los precios desde el pasado octubre, cuando se inició la actual campaña, hasta la fecha. En este periodo los precios en origen pasaron de 2,1 euros a 3,3 euros por kilo para el aceite virgen extra, de dos a tres euros para un aceite virgen y de 1,9 euros a tres euros para uno de tipo lampante o de menor calidad. Los motivos del incremento son la previsión de una cosecha a la baja de menos de 1,4 millones de toneladas y las bajas producciones en terceros países, que impulsaron la exportación española. Ello se ha traducido en precios medios de ventas del aceite al consumidor de 3,50 euros por litro para un virgen y de cuatro euros para un virgen extra.
El retroceso de la demanda en el mercado interior se debe también a la crisis derivada de la pandemia, por las dificultades económicas en muchos hogares. Se estima además que el consumidor nacional sigue considerando el aceite de oliva como un producto muy propio, pero que no debe tener un precio alto, al que se le sigue sin reconocer su calidad diferenciada a pesar de todas las campañas de apoyo a su consumo pagadas por la organización interprofesional, olivareros e industriales.
Si se amplía el foco y el cálculo se realiza desde el inicio de la campaña, en octubre, hasta junio, las ventas han alcanzado las 248.000 toneladas, con un recorte algo menor, del 2,64% respecto al mismo periodo de la campaña anterior. Si el cómputo se hace con los últimos doce meses, en junio se registraba un incremento de ventas del 0,26% con 356.000 toneladas, frente a 355.000 toneladas entre julio de 2019 y junio de 2020.
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