La inflación en EE UU repunta un 4,2% en abril, máximos desde 2008
El aumento de los precios eleva la presión sobre la Reserva Federal para acelerar la subida de tipos
La justificación estadística del nerviosismo de los mercados ha llegado este miércoles. Wall Street empezó la semana con dos sesiones de pura angustia por la incertidumbre sobre el dato de inflación. El consenso de los analistas esperaba un repunte de los precios en abril del 3,6% anual, y eso, interpretaban los inversores, podía acelerar una subida de tipos de interés por parte de la Reserva Federal. La realidad ha terminado siendo aún más dura: la inflación subió un 4,2% en abril respecto al año pasado, unos números que no se veían desde septiembre de 2008, cuando creció un 4,9%. Si se excluyen los volátiles precios de los alimentos y la energía, el aumentó anual en abril fue del 3%.
El salto es significativo. En marzo los precios avanzaron un 2,6%, pero el dato de abril, barriendo las peores expectativas, con un crecimiento que si se observa mes a mes no tiene precedentes desde 2009, ha vuelto a llevar el desánimo a las Bolsas por tercera jornada consecutiva, con el Nasdaq tecnológico (-2%), especialmente damnificado. El temporal no cruzó el Atlántico, con los parqués europeos profundizando en el verde tras conocerse la cifra. Mientras que el dólar reaccionó con subidas frente al euro.
Los analistas de ING creen que, pese a la magnitud del sobresalto, los precios no han tocado techo todavía en EE UU, dado que mientras la economía norteamericana se encuentra en pleno auge de la demanda por una recuperación cimentada en la vacunación masiva de su población, el ahorro embalsado que sale a espuertas y los estímulos públicos —reparto de decenas de millones de cheques a los ciudadanos incluido—, la oferta no está siendo capaz de seguir su ritmo.
Prueba de ello es la sorprendente subida del precio de los coches y camiones usados, de un 10%, muy por encima del 0,5% de los vehículos nuevos. El dato ofrece evidencias de que los problemas con el suministro de semiconductores —imprescindibles para los dispositivos electrónicos que usan los automóviles— está haciendo un importante destrozo a la fabricación de vehículos nuevos. En su lugar, los consumidores recurren a los de segunda mano. La comparación con los precios de hace 12 meses tampoco ayuda, puesto que en abril de 2020 las restricciones estaban en su apogeo, y las empresas trataban de dar salida a sus productos y servicios como fuera, incluso rebajando los precios. Con la reapertura de la actividad, el transporte, los aparatos de televisión y los alojamientos hoteleros también están entre los que más han subido.
Las autoridades estadounidenses llevan meses advirtiendo de que la inflación subiría, por lo que la noticia no es por sí sola una gran sorpresa, pero la intensidad de su avance ha desbordado las previsiones. Tanto el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, como la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, insistieron tiempo atrás en trasladar el mensaje de que el aumento de la inflación sería algo temporal, y no trastocaría los planes de no subir tipos antes de 2024.
Algunos expertos, sin embargo, empiezan a tener serias dudas de que estén en disposición de cumplir esa promesa. Así lo expresa en una nota publicada este miércoles James Knightley, economista jefe de ING. “Tenemos crecientes dudas acerca de la postura de la Reserva Federal de que esto es transitorio, y pensamos que terminarán subiendo los tipos mucho antes de 2024″, apunta.
Ángel Talavera, economista jefe para Europa de Oxford Economics, es más prudente. “En parte esto refleja la fortaleza de la recuperación de la economía norteamericana gracias al gran estímulo monetario y fiscal que está aplicando. Lo más probable es que los precios moderen su subida en los próximos meses, aunque la inflación se va a mantener en cotas bastante más altas de lo que estábamos viendo estos últimos años. Aún es pronto para que la Reserva Federal actúe teniendo en cuenta que el nivel de empleo sigue muy por debajo al nivel previo a la crisis y la Reserva Federal anunció que está dispuesta a tolerar una inflación por encima del objetivo de manera temporal”.
La pandemia ha cambiado paradigmas de política económica firmemente asentados. Como señala Talavera, el pasado agosto la Reserva Federal anunció una larga era de tipos cero, y se mostró abierta a permitir niveles de inflación por encima del 2% “durante algún tiempo”. Ese momento finalmente ha llegado. El tiempo dirá si la alta inflación es fruto de un sobrecalentamiento pasajero o una tendencia que ha llegado para quedarse.
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