Portugal embarga las cuentas bancarias de Isabel Dos Santos
La orden llega en mitad de la venta de Eurobic a Abanca, aunque no afectará a la operación
Las autoridades judiciales portuguesas han ordenado el embargo de las cuentas bancarias de la empresaria angoleña Isabel Dos Santos, a solicitud del Gobierno africano. La orden se conoció este martes aunque se cursó el viernes pasado, en medio de la venta a Abanca de su banco Eurobic.
La congelación de las cuentas de Dos Santos en Portugal se produce 45 días después de que hiciera lo mismo la autoridad judicial de Angola, donde está acusada de evasión fiscal, blanqueamiento y perjuicio a las arcas públicas del Estado. La hija del expresidente de Angola Eduardo Dos Santos tiene abierta una causa civil y otra penal, al igual que su marido.
El 23 de enero el fiscal general de Angola se reunió en Lisboa con la fiscal general de Portugal para pedirle formalmente colaboración judicial e informativa. Ese mismo día, Isabel Dos Santos estuvo unas horas en Lisboa para firmar plenos poderes a sus abogados para la venta de sus sociedades en el país. Antes de que acabara la reunión de los fiscales, Dos Santos abandonó Portugal.
Pese a esa solicitud de colaboración, la orden de embargo de cuentas —que no de sus activos— se ha ejecutado 20 días después en Portugal, cuando ya ha vendido Eurobic y con cuentas bancarias de sus sociedades apenas en el BCP. El embargo, al igual que ocurre en Angola, se extiende a su marido Sindika Dokolo, implicado en el negocio de diamantes a través de la empresa estatal Sodiam, y de Paula Oliveira, una de los abogados de la empresaria.
A partir de la publicación de las informaciones de Angola Leaks, Dos Santos renunció a la representación en los consejos de administración donde tenía acciones, como Galp (7%) y la telefónica Nos (26%), y dispuso la venta de todas sus acciones en la empresa de ingeniería Efacec (67,2%) y el banco Eurobic (42,5%), comprado el lunes por la entidad gallega Abanca por una cantidad no aclarada.
El imperio empresarial de Dos Santos se repartía entre Portugal y Angola, donde controlaba la principal telefónica (Unitel), el principal banco (BFA), la televisión privada ZAP, las cementeras Ciminvest, la principal cadena de supermercados y fábricas de cerveza, entre otras. En muchos de estos sectores, la principal competencia solían ser empresas de sus hermanastros Dos Santos.
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