España pierde 3.700 millones al año por la evasión fiscal de ricos y multinacionales
La merma a nivel global alcanza los 360.000 millones de euros, según un estudio de Tax Justice Network
Cada año los Estados dejan de ingresar miles de millones por la evasión y los abusos fiscales de los grandes grupos corporativos y los ciudadanos más pudientes. La organización independiente Tax Justice Network (TJN) ha puesto números a esta fuga de recursos: 427.000 millones de dólares en pérdidas directas, unos 360.000 millones de euros que merman constantemente las arcas públicas nacionales. La TJN ha contextualizado esta cifra en el marco de la pandemia, que está tensionando los sistemas sanitarios y las cuentas públicas de todo el mundo. Según su informe 2020: La justicia fiscal en tiempos de la Covid-19, publicado este viernes, esta cifra se corresponde al salario de 34 millones de trabajadores de enfermería. En España, el boquete se acerca a los 3.700 millones de euros, equivalentes al 1,52% de los ingresos fiscales totales y al 5% del gasto en salud.
El grueso de esos 427.000 millones de dólares que se pierden cada año, 245.000 millones, son fruto del desvío de las ganancias de las grandes multinacionales a paraísos fiscales y territorios de baja tributación. Los 182.000 millones restantes se escapan a las arcas públicas nacionales por la ocultación de activos de los más adinerados. “Las economías más ricas son las que más pierden en términos absolutos”, ha destacado este viernes en una rueda de prensa virtual Alex Cobham, consejero delegado de la organización, “pero proporcionalmente pierden más los de ingresos más bajos”.
El informe destaca que los Estados con ingresos bajos y medio-bajos pierden cada año el 5,8% de recaudación por los abusos de multinacionales y ricos, frente al 2,5% de los países con rentas altas y medio-altas. Si estos guarismos se trasladan al terreno sanitario, sin embargo, la brecha es mucho más amplia: la merma en el primer grupo de naciones se equivale a casi el 52% de su presupuesto sanitario, frente al 8,4% de los segundos.
La TJN centra su estudio, que publica por primera vez, solo en las pérdidas directas. No tiene en cuenta los efectos indirectos creados, por ejemplo, por la carrera a la baja que se ha impuesto en el tipo legal del impuesto de sociedades ante el desvío de beneficios de las multinacionales a paraísos fiscales y territorios de baja tributación, en muchos casos impulsada por las naciones más ricas.
Los países ricos son los principales responsables de la evasión
El estudio concluye que los países de ingresos más altos causan el 98% de todas las pérdidas fiscales mundiales. Tan solo los miembros de la OCDE son responsable de casi el 60% del dinero que se pierde por la evasión de las grandes fortunas. “Las empresas y los más ricos tienen la capacidad de mover el dinero de forma legal, hemos creado puntos ciegos que les permiten hacerlo”, ha subrayado la economista Jayati Ghosh, miembro de la Independent Commission for the Reform of International Corporate Taxation (ICRICT), durante la presentación del estudio.
En este contexto, Europa tiene un peso más que relevante: el Reino Unido y sus territorios de ultramar ―como las Islas Caimán o las Vírgenes británicas―, junto a Países Bajos, Luxemburgo y Suiza ―que la plataforma define como el “eje de la evasión fiscal”―, son los responsables de más de la mitad del abuso fiscal de las multinacionales a nivel mundial. Tan solo el Reino Unido y sus jurisdicciones computan por un 37,4%: los grandes grupos desvían cada año a estos territorios más de 393.000 millones de dólares de ganancias, que supone una pérdida de casi 70.000 millones en impuestos para el resto de países. Si se añade la ocultación de patrimonios de los más acaudalados, hay que sumar otra merma de 160.000 millones anuales.
Más del 70% de las pérdidas causadas por las multinacionales se deben al desvío a territorios con un tipo impositivo menor al 10%. Entre ellos no están solo las clásicas islas paradisíacas del Caribe: también se incluyen países que forman parte del corazón de la UE como Países Bajos o Luxemburgo, que Bruselas no incluye en su lista de paraísos fiscales por ser miembros de la Unión, aunque esté plenamente consciente de la situación. En varias ocasiones ha habido tirones de orejas y el que fuera comisario europeo Pierre Moscovici tachó de “agujeros negros” a varios socios del club (Irlanda, Luxemburgo, Holanda, Bélgica, Chipre, Hungría y Malta).
El informe de la TJN se publica en un momento en el cual los avances de la OCDE para modificar las reglas fiscales internacional se han estancado. El organismo ha tenido que frenar sus trabajos por la irrupción de la pandemia y la negativa de Estados Unidos a seguir en las conversaciones. Washington se bajó en verano, con Donald Trump en la Casa Blanca, de los trabajos de la organización para implementar una tasa Google a nivel global, acusándola de querer dañar a sus empresas, ya que la mayoría de las grandes tecnológicas, como Google o Facebook, tienen ahí sus sedes. “Pero los Gobiernos pueden avanzar de manera individual, y eso va a favorecer las negociaciones”, ha opinado Ghosh. Francia y España ya han movido ficha en esta dirección, aunque los analistas alertan del escaso potencial recaudatorio de un impuesto digital a escala nacional. “Ahora lo que hemos descubierto es cuánto estamos perdiendo”, ha zanjado Ghosh.
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