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El Gobierno se plantea congelar el sueldo de los funcionarios en 2021

La baja inflación permitiría que apenas perdieran poder adquisitivo el próximo año

Una funcionaria atiende a dos personas en una oficina de la Agencia Tributaria en Madrid. En vídeo, el Gobierno baraja congelar el sueldo de los funcionarios.Foto: EUROPA PRESS | ATLAS

El Gobierno deberá decidir en las próximas dos semanas si los Presupuestos de 2021 incluyen una congelación del sueldo de los funcionarios o aprueba una subida similar a la evolución de los precios que permita a los empleados públicos no perder poder adquisitivo. Fuentes del Ministerio de Función Pública, que dirige la ministra Carolina Darias, aseguran que aún no han tomado ninguna decisión y que habrá que esperar a la presentación del proyecto de Presupuestos. La baja inflación como consecuencia de la grave crisis provocada por la pandemia —el IPC cerró julio en el -0,5%— permitiría que los casi tres millones de empleados públicos mantuvieran casi intacta su capacidad de compra si no reciben un aumento salarial.

El reloj corre y el Gobierno aún no tiene listo el proyecto de Presupuestos Generales del Estado que debería presentar antes del 30 de septiembre, según marca la Constitución Española. Otros años en estas fechas el Ejecutivo ya había convocado la mesa de negociación de la función pública para tratar la subida del sueldo de los funcionarios, pero este año aún no ha entablado conversaciones con los representantes de los empleados públicos para abordar esta cuestión, según confirman todas las partes implicadas.

No obstante, en el resto de ministerios económicos ya se están haciendo números para cuadrar los Presupuestos de 2021, unas cuentas esenciales para la legislatura. “No sería descabellado que se congelara el sueldo de los funcionarios o se subiera muy poco”, concede un alto cargo, que admite que a pesar de las ayudas europeas las cuentas públicas están muy tensionadas. Otra fuente ministerial no niega que sea una posibilidad, pero evitan dar nada por cerrado.

La ministra portavoz, María Jesús Montero, se pronuncia sobre la posibilidad de congelar el sueldo de los funcionarios, este jueves.Vídeo: EUROPA PRESS

El gasto de personal, que recoge las remuneraciones a los empleados públicos, es una de las mayores partidas de los Presupuestos. En las cuentas de 2018, que aún están vigentes porque han sido prorrogadas durante dos años, esa partida ascendía a más de 32.000 millones si se incluyen los créditos para clases pasivas para financiar las pensiones de los funcionarios.

A favor del Gobierno juega que los precios están muy contenidos debido al parón de la actividad económica y la posterior crisis. Hasta julio, el IPC estaba en territorio negativo (-0,5%) y el consenso de analistas es que la evolución de los precios termine el año sin ninguna variación. Esto permitiría al Ejecutivo congelar el salario de los empleados públicos o vincularlo al IPC para que no pierdan poder adquisitivo como ya ocurrió en la anterior crisis.

En 2010, el anterior Gobierno de Zapatero redujo el sueldo de los funcionarios entre un 5% y un 7%. Durante los años siguientes y hasta 2016, ya bajo el mandato de Rajoy, vieron como su remuneración no mejoraba. Incluso en lo más crudo de la crisis, en 2012, el Gobierno del PP les retiró la paga extraordinaria de diciembre, que devolvió años más tarde, y limitó las plantillas, lo que propició una merma de efectivos públicos que aún hoy no se han recuperado.

Las mejoras de 2018

No fue hasta 2018 cuando los funcionarios pudieron empezar a mejorar sus condiciones. Ya en plena recuperación, el exministro de Hacienda de Rajoy, Cristóbal Montoro, acordó con los representantes sindicales de los empleados públicos (UGT, CC OO y CSIF) una senda de subidas salariales hasta 2020. El pacto, que recogía otras mejoras como la reducción de la temporalidad pública, incluía unas subidas de entre el 6,1% y el 8,8% durante esos tres años, lo que permitiría recuperar parte del poder adquisitivo perdido durante la anterior crisis financiera. Las subidas salariales, eso sí, estaban vinculadas al crecimiento económico y al cumplimiento de los objetivos de déficit público, y no al IPC, algo que no había ocurrido antes.

Según consensuaron entonces todas las partes, la subida para 2020 recogía un aumento de un 2%, más un variable del 1% en función del PIB, más un 0,3% de fondos adicionales. Una ejecución que tendría un coste de 3.264 millones de euros, ya que también se llevaría a cabo la equiparación salarial de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Pero ese pacto caduca este año y no seguirá en 2021. El Ejecutivo de coalición que preside Pedro Sánchez pretendía firmar un acuerdo similar antes de que estallara la pandemia., pero el coronavirus ha trastocado todos los planes.

La decisión que adopte el Estado sobre el sueldo de los empleados públicos es importante porque al acordarla en la mesa de negociación de la función pública se extiende a todas las comunidades autónomas. Aunque algunos territorios tengan excepciones. Extremadura y Baleares anunciaron este verano que la subida del 2% quedaba suspendida “indefinidamente” para sus trabajadores públicos.

Este verano, CC OO denunció que el Ministerio de Hacienda no prevé aplicar en este año la mejora salarial adicional comprometida para unos 40.000 empleados públicos que son personal laboral de la Administración General del Estado (AGE). El sindicato aseguró entonces que Hacienda le había comunicado que aplicaría esa mejora en los Presupuestos Generales del Estado (PGE) de 2021.

Las pensiones, ligadas al IPC

El gasto en pensiones supone la mayor partida de los Presupuestos del Estado. El año pasado fueron necesarios 135.163 millones de euros para pagar las prestaciones de jubilados, un 6,11% más que el año anterior y el mayor aumento en una década. El próximo año la partida volverá a aumentar aunque el Ejecutivo decida no aplicar grandes subidas a los pensionistas por la crisis. El motivo es que se incorporarán al sistema jubilados con prestaciones cada vez más elevadas.

Además, en el acuerdo de investidura entre el PSOE y Unidas Podemos se acordó el “blindaje de las pensiones de nuestros mayores: asegurar la sostenibilidad del sistema público de pensiones y su revalorización conforme al coste de la vida”. El documento que marca la hoja de ruta del Gobierno dice: “Actualizaremos las pensiones conforme al IPC real mediante ley de forma permanente, y elevaremos el poder adquisitivo de las pensiones mínimas y las no contributivas”. La subida del IPC de este año será nula o testimonial, lo que hace suponer que la revalorización será pírrica.

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