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El fondo europeo contra la pandemia se enfrenta ahora a retos políticos, legislativos y humanos

La Eurocámara empieza los trámites con una resolución de los grupos parlamentarios sobre el acuerdo

Vista del Parlamento Europeo en Bruselas.
Vista del Parlamento Europeo en Bruselas.OLIVIER HOSLET (EFE)

Ni un minuto que perder. Pocas horas después de que los Veintisiete alcanzaron un acuerdo para el fondo de recuperación de la UE, los líderes de los grupos políticos del Parlamento Europeo se reunieron de urgencia para analizar el proyecto. La Eurocámara celebra el jueves una sesión plenaria extraordinaria para valorar un pacto que, por primera vez en la historia del club, prevé un endeudamiento masivo para inyectar ayudas a fondo perdido en las regiones y sectores más golpeados por una crisis, en este caso, la provocada por la pandemia de covid-19. El fondo de recuperación da así los primeros pasos de un camino que se quiere recorrer a toda prisa pero que está plagado de retos políticos, legislativos y hasta tecnológicos y de recursos humanos.

La Eurocámara más fragmentada de la historia lanzará su primera señal política para seguir adelante con la tramitación de los paquetes aprobados durante la madrugada del martes por las capitales. Fuentes comunitarias descartan que el Parlamento vaya a tumbar un acuerdo de esas dimensiones, pero advierten de que la composición del hemiciclo recomienda no dar ningún resultado por descontado.

Mucho más complicada y arriesgada se anuncia la imprescindible ratificación de la llamada Decisión de Recursos Propios, imprescindible para elevar el techo de gasto del presupuesto comunitario y avalar así la emisión de 750.000 millones de euros de deuda para financiar el fondo. Esa decisión no solo requiere la unanimidad en el Consejo (en principio lograda en la cumbre del 17 al 21 de julio) sino también la ratificación nacional en cada uno de los socios. La composición de algunos Parlamentos podría convertir ese proceso en un campo minado. En especial en los Países Bajos, donde la coalición de Gobierno perdió la mayoría parlamentaria, o en los países del norte, con Cámaras muy fragmentadas.

Emisión de deuda

Si no hay ningún obstáculo en los procesos parlamentarios, el Presupuesto de la UE para el periodo 2021-2027 debería empezar a ejecutarse a partir de enero de 2021. Bruselas pretendía repartir ya este año 11.500 millones de euros, pero finalmente no podrá contar con ese fondo de transición que debía nutrirse de las aportaciones nacionales. El Ejecutivo comunitario deberá, pues, empezar a poner en marcha todos los preparativos para realizar la emisión de deuda.

No es la primera vez que la Comisión realiza una emisión de deuda, aunque nunca se había realizado una operación de estas dimensiones. Fuentes comunitarias explican que este otoño podrá realizar un primer test cuando pida prestados 100.000 millones para financiar el programa SURE, con el que los países miembros podrán financiar sistemas de protección temporal del empleo como los ERTE. Una quincena de países, según estas fuentes, se han interesado por estos fondos.

Todas esas emisiones, casi inéditas, supondrán montar prácticamente una oficina del Tesoro en los cuarteles generales de la Comisión Europea. Necesitará mover personal y desarrollar tecnología. Y hacer muchos análisis, aunque tras la operación para captar fondos para el programa SURE la Comisión tendrá ya una idea de los intereses que le pedirán por los préstamos. Con un rating de triple A, estos no serán muy elevados. Pero esa nueva oferta de bonos del mercado sí tendrá un efecto sobre la deuda de otros países, señalan fuentes comunitarias, puesto que muchos inversores querrán adquirir esos nuevos bonos en detrimento de los de algunos países.

Trámite de los fondos

Una vez resueltos todos esos procedimientos, solo quedará que la Comisión Europea y cada país acuerden un plan de recuperación para financiar. El procedimiento, según fuentes comunitarias, empezará en otoño. Los países llevarán entonces sus borradores presupuestarios a Bruselas y podrán acompañarlos de un primer documento sobre los programas y reformas que quieren financiar. “No somos la troika, no queremos imponer nada. Se trata de desarrollar un diálogo entre la Comisión y las capitales”, sostienen fuentes comunitarias.

Formalmente, la Comisión tendrá dos meses para evaluar los planes definitivos, que deberán ser acordes con las recomendaciones formuladas por el Ejecutivo comunitario en las recomendaciones del Semestre Europeo. Si un país consigue la luz verde de Bruselas, el desembolso podría producirse en primavera. A partir de entonces, será irá haciendo un seguimiento del empleo de los fondos.

Pero antes de todo esto, el fondo tendrá que pasar la votación del jueves de la Eurocámara. Fuentes parlamentarias recuerdan que un porcentaje muy alto de los eurodiputados pertenecen a partidos que no se encuentran en el poder en sus países, por lo que pueden sentirse tentados a distanciarse del acuerdo europeo. “El pacto es bueno, pero nuestras demandas van mucho más allá, sobre todo en el volumen del presupuesto, en los recursos propios y en el capítulo de Estado de derecho”, añade un parlamentario. “En esta cumbre se ha perdido la oportunidad de una condicionalidad dura del plan de recuperación al respeto al Estado de derecho en UE y a criterios verdes”, decía el diputado de Los Verdes Ernest Urtasun.

“Es un acuerdo sin precedentes entre Gobiernos para hacer revivir la economía europea”, celebró tras conocer el acuerdo el presidente de la Eurocámara, David Sassoli, quien aun así recordó que las ambiciones de la Cámara son mayores. En cualquier caso, el Consejo Europeo debe empezar las negociaciones con la Eurocámara para sacar adelante un acuerdo de forma urgente sobre el Marco Financiero Plurianual para el periodo 2021-2027 y la legislación sectorial correspondiente para poner en marcha los instrumentos para emitir deuda. Fuentes parlamentarias explicaron que, por ejemplo, solo el Fondo de Recuperación y Resiliencia implica la aprobación de cinco reglamentos.

Bruselas espera que ese pacto pueda alcanzarse a principios de otoño para que sea aprobado en diciembre por la Eurocámara. Para ello, se volcará en la negociación con el Parlamento, que ha designado un equipo de negociación formado por seis eurodiputados (un euroconservador como presidente, y dos populares, un socialista, un liberal, un verde). Alemania, que tiene la presidencia de turno de la UE, se ha propuesto también implicarse al máximo para evitar cualquier posibilidad de que descarrile en la Eurocámara. “Tenemos unas discusiones muy difíciles con el Parlamento Europeo ahora (…). Espero que nuestros colegas de la Eurocámara también hayan visto que hemos luchado por encontrar una buena solución”, afirmó la canciller alemana, Angela Merkel, tras sellar el acuerdo.

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