_
_
_
_

Colombia abre el debate de una renta básica de emergencia

El ministro de Hacienda considera el proyecto de ley, respaldado por 54 legisladores, “un avance” en materia de política social

Catalina Oquendo
Varios jóvenes se reúnen el miercoles 20 de mayo en una casa de Altos de la Estancia, donde se han producido varios desalojos durante las últimas semanas, en Bogotá (Colombia).
Varios jóvenes se reúnen el miercoles 20 de mayo en una casa de Altos de la Estancia, donde se han producido varios desalojos durante las últimas semanas, en Bogotá (Colombia).Mauricio Duenas Castañeda (EFE)

La pandemia del coronavirus ha activado en todo el mundo la discusión sobre la necesidad de una renta básica, un debate antes circunscrito solo a ámbitos académicos o a grupos minoritarios. Ahora en Colombia, un país con una política económica históricamente conservadora, comienza a agitarse el debate. Este lunes, el ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, sorprendió con una serie de declaraciones que aún están por ser desentrañadas. “Yo diría que es importantísimo como discusión del país, como futuro de nuestra política social. A mí personalmente me parece un avance. Se me hace que en ese contexto donde el país ha hecho gigantescos avances que han logrado bajar la pobreza, un siguiente paso es una renta básica”, dijo en una sesión virtual de la Comisión Cuarta de la Cámara de Representantes.

Respondía de esta manera también a una propuesta que hicieron en mayo 54 congresistas de distintos partidos políticos. El grupo presentó un proyecto de Ley que por ahora duerme en la presidencia del Senado sin ser transferido a una comisión, según han denunciado varios de los ponentes. “Sabemos que varios congresistas han elaborado una carta muy importante”, agregó Carrasquilla. “Mi inquietud y la del Gobierno es la manera de hacer el tránsito porque es un cambio muy fuerte, no debería ser una medida coyuntural sino estructural, que reemplazaría nuestra actual política de gasto muy focalizado a un enfoque más universal”, dijo el titular de Hacienda del Gobierno de Iván Duque.

Colombia tiene una serie de programas contra la pobreza como Familias en Acción, Jóvenes en Acción y Colombia Mayor, que vienen de varios gobiernos atrás. Pero durante la pandemia del coronavirus y ante la evidencia de un 50% de población general en la informalidad, el Gobierno ha fortalecido las ayudas económicas y ha entregado un subsidio adicional de 160.000 pesos (45 dólares) para tres millones de hogares pobres. Esto ha sido insuficiente y promete agudizarse aún más tras el declive de la economía que ya se avizora en toda la región. Solo en Colombia, de acuerdo con cifras oficiales, los desempleados pasaron de 2,5 millones a más de 4 millones en el primer mes completo de cuarentena para frenar la pandemia.

Dos ideas diferentes

Aunque el ministro mencionó la renta básica de enfoque universal en el futuro —que se entiende como un ingreso que cobijaría a toda la población— la propuesta que se analizará en el Congreso es diferente. Los congresistas plantean una renta básica de emergencia que consta de un salario mínimo (887.000 pesos, aproximadamente 247 dólares) durante tres meses y destinada a nueve millones de hogares pobres, es decir unos 30 millones de colombianos.

Más información
Una vista aérea de Bogotá (Colombia) el pasado 23 de marzo.
El virus apaga los tres faros económicos de América Latina
El desempleo en Colombia se dispara hasta el 19,8% en abril
La renta básica deja de ser una utopía

“Lo que nosotros decimos es que tiene que ser ya porque han quebrado muchas empresas, se agudiza el desempleo y la gente está aguantando mucha hambre”, dijo a EL PAÍS el senador del partido Verde, Iván Marulanda. El congresista es uno los 54 firmantes y aseguró que el ministro ha mostrado temores por los costos fiscales, pero han continuado las conversaciones y ha percibido un cambio. “El entorno internacional ha tenido mucha influencia en que la renta básica se mire con otros ojos. Antes nos decían esto es una locura. Pero también creo que el problema del hambre está creciendo a una velocidad que el gobierno se tiene que dar cuenta que lo ha hecho es demasiado tímido”, explicó sobre las razones de las últimas declaraciones de Carrasquilla.

Sin embargo aún no hay nada concreto. Las sorpresivas palabras del ministro pasaron desapercibidas entre el público general pero dado su alcance fue preciso que el viceministro, Juan Alberto Londoño, tuviera que aclarar las palabras de su jefe. “Lo que dijo el ministro es que hay que analizar cómo focalizar todos los nuestros subsidios y darlos todos en un programa, pero no estamos pensando apoyar esa propuesta. Los recursos no nos alcanzarían para darles un subsidio a nueve millones de hogares”, aseguró.

El costo fiscal y la financiación de la renta básica de emergencia están en el centro de la discusión. Los congresistas estiman que la renta básica de emergencia equivaldría al 2,3% del Producto Interno Bruto (PIB). Según la carta enviada al presidente Duque, los recursos con los que se financiará el programa ya existen. “Del Fondo de Mitigación de Emergencias, créditos internacionales que han comenzado a entrar a las arcas del Estado, posibles créditos directos del Banco de la República al Gobierno, los recursos ahorrados de reducciones en los gastos de funcionamiento que no sean indispensables”, entre otros.

El debate ahora está en la urgencia o no de la renta básica y su alcance. Para economistas como Luis Jorge Garay esta no da espera. Garay considera que las declaraciones de Carrasquilla al plantear una renta universal pueden ser un distractor de lo urgente. “La renta básica teórica para dentro de 10 años no es la discusión. Lo que debemos resolver ahora es una renta básica focalizada de amplísima cobertura, que con un salario mínimo legal vigente le garantice a una familia estar por encima de la línea de pobreza y que sea un precedente para el futuro en un país que tiene un manejo demasiado ortodoxo”, aseguró a este diario.

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites
_

Sobre la firma

Catalina Oquendo
Corresponsal de EL PAÍS en Colombia. Periodista y librohólica hasta los tuétanos. Comunicadora de la Universidad Pontificia Bolivariana y Magister en Relaciones Internacionales de Flacso. Ha recibido el Premio Gabo 2018, con el trabajo colectivo Venezuela a la fuga, y otros reconocimientos. Coautora del Periodismo para cambiar el Chip de la guerra.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_