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Florentino Pérez se personará como acusación por el supuesto espionaje de Villarejo para Iberdrola

"Ejercitará las acciones penales y civiles contra los que resulten responsables" de los supuestos seguimientos encargados presuntamente por la eléctrica

El presidente del Madrid, Florentino Pérez, en la presentación de Mariano.
El presidente del Madrid, Florentino Pérez, en la presentación de Mariano.BENJAMIN CREMEL (Getty)

El presidente de ACS, Florentino Pérez, ha decidido personarse en calidad de acusación particular en la pieza separada que el Juzgado Central de Instrucción número 6 de la Audiencia Nacional ha abierto en la causa que sigue contra el comisario jubilado y en prisión provisional José Manuel Villarejo para investigar los supuestos trabajos realizados para Iberdrola, según anunció ACS.

Según las informaciones aparecidas este lunes en El Confidencial, el comisario, ahora en prisión provisional, espió al también presidente del Real Madrid por orden de la eléctrica cuando la constructora que preside intentó entrar en el consejo de administración de la eléctrica de acuerdo a la participación que había adquirido y que llegó a acercarse al 15%.

En un escueto comunicado, Pérez explica que la decisión de personarse responde a su intención de “ejercitar acciones penales y civiles contra los que resulten responsables de los mismos, entre los que podrían estar incluidos, según el contenido de las informaciones aparecidas, el presidente de Iberdrola [Ignacio Sánchez Galán] y la gente de su entorno que haya participado, así como el propio comisario Villarejo y los medios de comunicación que hayan podido servir de instrumento a esta actividad delictiva”.

Fuentes de Iberdrola se han limitado a recordar que la empresa abrió una investigación sobre la supuesta relación con el comisario retirado desde que se conocieron las primeras informaciones sobre el asunto.

La negativa que entonces mostró la eléctrica a que ACS sentara en su consejo de administración a un representante (a la sazón, José María Loizaga) derivó en los tribunales y llegó incluso al Supremo, si bien la constructora finalmente deshizo la posición. Sánchez Galán alegó, para rechazar la presencia de ACS en el máximo órgano de administración, que era un competidor ya que controlaba la eléctrica Unión Fenosa, con un 34,5% del capital que había adquirido al Banco Santander.

ACS, que para entonces controlaba el 12,5% de Iberdrola, solo tenía derechos de voto sobre el 10%, según la normativa. La restricción de la Ley de Sociedades Anónimas fue suprimida por el Gobierno del PSOE, mientras ACS ya había decidido vender su participación en Fenosa a Gas Natural, controlada entonces por La Caixa y Repsol. Esa venta, junto con otras participaciones en Abertis y otras empresas, le daba liquidez para avanzar hasta un 20% de Iberdrola y convertirse en su principal accionista.

Pero el ejecutivo salmantino se encastilló y logró evitar la entrada en el consejo, modificando los estatutos para limitar los derechos de voto al 3% en razón de que era un competidor en energías renovables. Se fraguó, además, el apoyo del PNV (Iberdrola es una empresa vasca), de la BBK y otras cajas y fondos accionistas. Y, para diluir las participaciones, orquestó la compra de Scottish Power y Energy East (hoy Avangrid). Todo eso junto a que el Gobierno del PP reinstauró el límite del 10% y, sobre todo, a la crisis económica, que redujo el valor en Bolsa de la eléctrica, frenaron las intenciones de ACS, que prefirió centrarse en otros frentes. En concreto, en la adquisición del grupo constructor alemán Hochtief, que esta vez sí cerró con éxito.

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