La desaceleración global lastra la economía de América Latina
El FMI anticipa una firme recuperación en 2020 aunque dependerá de la marcha de Estados Unidos y China
El informe del Fondo Monetario Internacional en el que el organismo recoge sus proyecciones globales incluye un mapamundi que utiliza para representar con tres colores la evolución de la economía real en los mercados emergentes. América Latina aparece teñida entera de rosa y rojo. No es buena señal porque la actividad en la región se desaceleró de forma notable al arrancar 2019, hasta el punto de que la previsión para el conjunto del año es que se estanque en un 0,2%.
Este frenazo "sincronizado" es incluso mayor de lo esperado hace solo tres meses, cuando se proyectaba ya un anémico crecimiento del 0,6%. Con ese mapamundi como guía para entender la situación en el continente, identifica con rojo intenso a México (0,4%), Ecuador (-0,5%), Argentina (-3,1%) y Venezuela (-35%). El FMI, en todo case, confía en que la actividad económica volverá a repuntar a un 1,8% en 2020 aunque será medio punto inferior a lo anticipado y es incierto.
Brasil, la mayor economía latinoamericana, vio cómo su crecimiento se contrajo los primeros tres meses del año por el impacto del desastre minero. El FMI indica, sin embargo, que logró repuntar en el segundo. Por el contrario, la contracción continuó en Argentina durante la primera mitad del año y los riesgos son claramente a la baja por el fuerte deterioro de las condiciones de mercado.
Sobre México, el organismo financiero explica que la actividad económica se frenó de una manera pronunciada durante la primera mitad del año por la elevada incertidumbre política, las medidas presupuestarias y factores transitorios. La inversión, resume, permanece débil y el consumo privado se moderó por el debilitamiento de la confianza y el alza en el coste de los préstamos.
La situación es extrema en Venezuela, donde la “implosión” de su economía continúa teniendo un “impacto devastador”. El rendimiento está siendo menor de lo esperado también en Chile (2,5%), considerado hasta no hace mucho uno de los tigres de la región latinoamericana. Aparece en rosa como Uruguay (0,4%), Paraguay (1%), Perú (2,6%), Colombia (3,4%) y Bolivia (3,9%).
Sobre la tensión en Ecuador, el organismo afirma que le gustaría ver que las reformas contempladas en el programa de asistencia "se lleven adelante con éxito" para apuntalar su economía. Al mismo tiempo califica de "desafortunado" que el ciudadano tenga que "afrontar esta situación de dificultad" e insiste en que la intención es "hacer lo mejor por la gente".
Economía frágil
El firme repunte que se espera para 2020 refleja una recuperación del crecimiento en Brasil (2%) y México (1,3%), así como una contracción menos severa en Argentina (-1,3%) y Venezuela (-10%) que este año. En cualquier caso, la región seguirá lejos del ritmo de crecimiento en mercados emergentes. El FMI espera para este grupo un 3,9% este año y que rebote al 4,6% en 2020.
Gita Gopinath, economista jefe del FMI, advierte en todo caso que hay una “incertidumbre considerable” entorno a la recuperación para estos países, “especialmente cuando se espera que las principales economías del mundo se sigan desacelerando más en 2020”. Una disrupción de las economías de China y Estados Unidos podría hacer "descarrilar una situación de por si frágil".
EE UU mantuvo el impulso en el arranque de 2019 aunque viró hacia una expansión más moderada porque se va perdiendo el estímulo de la rebaja fiscal y cae la inversión. El crecimiento que se da para su economía es del 2,4%, dos décimas menos de lo que se anticipó en julio. La previsión es que se desacelere al 2,1% el próximo ejercicio, una moderación dos décimas menos pronunciada.
La economía estadounidense, en todo caso, crecerá por encima de la media del 1,7% que se da para el conjunto de los países avanzados en 2019 y 2020. El pacto presupuestario y la rebaja de tipos compensan el efecto negativo de la incertidumbre por la guerra arancelaria. EE UU crecerá también de una forma más robusta que Canadá, para la que el FMI proyecta un 1,5% y un 1,8%.
Gopinath reitera que para lograr un crecimiento sostenible, “es importante que los países adopten reformas estructurales para impulsar la productividad, mejorar la resistencia y reducir la desigualdad”. “Las reformas en los mercados emergentes son más efectivas cuando hay buena gobernanza”, concluye la economista, en referencia al combate de la corrupción.
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