Muere Lee Iacocca, el padre del Ford Mustang
El ejecutivo estaba considerado una de las grandes figuras de la industria de la automoción por el reflote de Chrysler
La industria automotriz perdió una de sus grandes leyendas. Lee Iacocca se convirtió en toda una celebridad en Detroit gracias al lanzamiento del Mustang en 1964, el deportivo para las masas de Ford Motor. Y unos años después, a comienzos de la década de 1980, logró salvar a su rival Chrysler de la destrucción total. El ejecutivo ha fallecido a los 94 años de edad en su residencia de Bel Air, en Los Ángeles, por complicaciones del Parkinson, este martes.
Iacocca es conocido como el padre del Mustang cuando presidía Ford. Con el “Pony car” creó una nueva categoría. Se decía por eso que tenía un instinto para entender lo que la gente esperaba de un coche. Esa visión no solo le permitió crear nuevos segmentos, también dio una segunda vida a los moribundos, como hizo con el minivan y el convertible como consejero delegado de Chrysler.
Quizás lo más sorprendente es que hizo estas apuestas sin dejarse guiar por estudios de mercado. Ocupó varias portadas de la revista Time y se convirtió en el único ejecutivo de Detroit que logró tener su autobiografía entre los éxitos de ventas. Iacocca protagonizó incluso los anuncios de sus coches, algo impensable estos días. “Si puede encontrar un coche mejor, cómprelo”, retaba a la audiencia.
Gracias a su carisma, visibilidad y autoestima, llegó incluso a convencer al Congreso para que le diera prestado 1.500 millones de dólares para poder reflotar Chrysler. El rescate de la compañía fue sin duda su mayor reto y también su mayor éxito, junto al lanzamiento del popular Mustang. El contribuyente estadounidense recibió todos los fondos de vuelta con intereses, siete años antes de lo previsto.
Iacocca fue muy crítico también con la política comercial de EE UU, por el impacto que estaba teniendo en las fábricas en Detroit. Eso alzó aún más su figura de patriota y defensor de los trabajadores frente a la competencia creciente de los coches importados japoneses y europeos. Era tan reconocido, que importantes figuras del Partido Demócrata le plantearon que presentara su candidatura a la Casa Blanca.
Paying tribute to Lee Iacocca. He loved America, the auto industry and the people who make it run – from the shop floor to the showroom. He will be missed.
— Mary Barra (@mtbarra) July 3, 2019
Lee Iacocca nació en Allentown (Pensilvania) en octubre de 1924. Estudió ingeniería y se hizo con un máster por la Universidad de Princeton. Empezó su carrera en la industria en 1946, como aprendiz en Ford. De ahí a llegar a dominar como nadie el sector de la automoción desde Henry Ford, hasta el punto convertirse en un referente para millones de estadounidenses. Se retiró en diciembre de 1992.
Chrysler era rentable cuando la dejó, aunque solía decir que sería recordado por sus anuncios más que por haber dirigido dos de los tres gigantes de Detroit. Ya jubilado, se alió con Kirk Kerkorian para hacerse con el control de la compañía. El inversor era el poder en la sombra durante la época del tercer fabricante de coches de EE UU. Fracasaron y la compañía se fusionó con la alemana Daimler. Tras la última crisis económica forma parte del grupo Fiat.
“Desempeñó un papel histórico al dirigir Chrysler durante la crisis y convertirla en una verdadera fuerza competitiva”, le reconoce el grupo FCA. Al margen de la industria, el presidente Ronald Reagan le puso al frente de la fundación que recaudó fondos para restaurar la Estatua de la Libertad y creo su propia empresa dedicada a la producción de aceite de oliva. Durante los últimos años vivió en Los Ángeles.
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