El arte de seducir con el vídeo
Las titulaciones periodísticas de imagen y sonido viven un momento de expansión aupadas por la revolución tecnológica
La creciente extensión de la red de banda ancha, smartphones que van a llegar con la nueva generación 5G, la resolución 4K en televisores con pantallas enormes, realidad virtual o realidad aumentada… Los cambios vertiginosos que arrastran al mundo de lo audiovisual con el desarrollo de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) mueven a universidades y escuelas a innovar sin descanso sobre las titulaciones de comunicación audiovisual, que viven una efervescencia desconocida desde hace pocos años.
Acceder por Internet a los contenidos audiovisuales ha cambiado radicalmente en poco tiempo. El usuario se conecta en cualquier lugar, a cualquier hora y desde cualquier soporte y busca, cada vez más, imagen en movimiento. Rafael Rodríguez Tranche, coordinador del grado en Comunicación Audiovisual de la Universidad Complutense de Madrid, subraya “la convergencia de medios antiguos como la televisión y el cine en el universo digital”, a lo que se añade “una dimensión nueva de productos de consumo más rápido y acelerado, con menor duración”.
Además, los profesionales tratan de seducir al público dando todas las facilidades posibles: “Los clientes nos han llegado a pedir que trabajemos el vídeo en su formato vertical, ya adaptado al teléfono móvil”, comenta Alberto del Amo, director de extensión universitaria del Centro Universitario de Artes TAI. Según él, se trata de una tendencia que se basa en “la satisfacción inmediata y sencilla de un usuario y que solo se logra con más elaboración y trabajo de los lenguajes y narrativas audiovisuales”.
Más optimismo
“Vivimos un cambio de hábito en el consumo de los contenidos y nos estamos adaptando a ello”, afirma Mercedes Agüero, vicedecana de Comunicación de la Universidad Europea, en Madrid. Para ella, ese dominio del vídeo en la transmisión de información viene dado por “la implicación de los medios de comunicación más potentes con todo lo audiovisual, visto el tirón inicial del formato con YouTube [con 1.500 millones de usuarios]”.
"Es el triunfo de la convergencia de la televisión y el cine en el universo digital con productos de consumo rápido", afirma un experto
Los alumnos de esta rama, que a comienzos de esta década empezaban su vida laboral como freelance o pasaban a engrosar las listas del paro, ahora llenan las aulas con expectativas mucho más optimistas. “Tenemos que cubrir las demandas que la sociedad, y no solo las empresas, necesita”, enfatiza Rodríguez Tranche, ante la aparición de un usuario más formado, más interactivo, a la caza de nuevas experiencias audiovisuales, y los perfiles más especializados que busca la industria.
Ante la disyuntiva de priorizar lo teórico o lo práctico, la balanza da más valor a lo segundo, en la línea que traza el Plan Bolonia de adecuar las necesidades del mercado a las competencias que ha de adquirir el alumno en la facultad. Agüero traslada el interés de la Universidad Europea por una aplicación práctica desde el principio mediante el challenge by learning, “un método con el que el estudiante se enfrenta a los retos de la profesión desde el primer momento”, refiere la vicedecana. “Persigue que los alumnos, a través de nuestras empresas asociadas, tengan la posibilidad de afrontar ruedas de prensa reales, realización de documentales, cortos, reportajes, etcétera, sin olvidar los fundamentos teóricos de la comunicación”, explica.
La necesaria especialización
Los másteres son el canal habitual para lograr una formación más específica, más necesaria aún en lo audiovisual por la búsqueda de esos perfiles creativos, innovadores y adaptables en los egresados y por la revolución tecnológica que empuja a la industria. Los expertos entrevistados destacan algún curso de posgrado por su éxito entre el alumnado y su originalidad. Rafael Rodríguez Trenche cita el máster de Escritura Creativa de la Universidad Complutense, “que abre el abanico a todo tipo de fórmulas narrativas para guiones cinematográficos, televisivos, multimedia, videojuegos, etcétera”.
Mercedes Agüero elige el máster en Traducción, Doblaje y Subtitulación de la Universidad Europea, “que imparten profesionales en activo y actores que dan voz en español a algunos de los actores más famosos del cine y la televisión”. Alberto del Amo opta por el máster de Posproducción Audiovisual de la Escuela de Artes TAI, “muy orientado hacia los efectos audiovisuales”. “En él, los alumnos trabajan como en una empresa, se dividen en departamentos y entran en un flujo de trabajo similar al del mundo laboral”, explica.
Desde la universidad pública, Rodríguez Tranche cree que “una cosa es condición para la otra”. “Un científico o investigador debe tener el conocimiento teórico para llegar a una dimensión práctica”, dice, aunque, en la Complutense, van “a introducir un plan de prácticas mediante convenio con negocios de animación, medios digitales, multimedia o marketing digital”. El objetivo es trasladar a las asignaturas de los nuevos grados “las competencias que los becarios desarrollen en sus líneas de trabajo”, aclara.
Creación de una identidad
El modelo pedagógico de TAI se basa en la presencia permanente de la industria en el proceso de aprendizaje. “Traemos la empresa a la escuela y acompañamos al alumno a la empresa”, afirma Del Amo, que describe las vías para desarrollar las competencias del alumno: “La tradicional de prácticas en una productora bajo la supervisión de un tutor; la segunda, que busca la creación de la identidad visual del alumno, con productos reales que se suben a Internet y son valorados por las empresas, y la tercera, en que los alumnos proyectan contenidos para una marca. Si el producto es aceptado por esta, el premio es seguir trabajando para esa empresa en el futuro”.
El vínculo de la docencia con el mundo profesional es común a todas las facultades, públicas o privadas. “Contamos con la figura del profesor asociado”, destaca Rodríguez Tranche, con la finalidad de que “gente de la industria aporte la dimensión profesional a una asignatura y se conjugue con la más analítica o reflexiva del profesor”. Según Agüero, en la Universidad Europea compaginan “la tarea docente de investigación” y están cerca de los cambios en el sector: “tenemos un 60% de académicos y un 40% de profesionales”, concreta. En la escuela TAI el vínculo de los docentes con la profesión se lleva a su máxima expresión: “Los profesores venimos del sector en un 100% y nos hemos formado en la universidad para dar clase”, destaca Del Amo, que no quiere perder la oportunidad de recordar lo importante que es la faceta artística: “nos mueve el instinto, la pasión, amamos lo que hacemos y nos sobra entusiasmo”.
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