Cupo vasco
Los vascos pagan los mismos tributos que el resto, pero no aportan al modelo redistributivo
El PNV, para apoyar los presupuestos de 2017, exigió renovar su modelo fiscal y que Rajoy renunciase a los 1.500 millones de euros que los técnicos de Hacienda reclamaban al País Vasco por las liquidaciones del acuerdo de años anteriores. Rajoy aceptó confirmando que el PP sólo tiene ideología cuando tiene mayoría absoluta. Esta semana el PNV ha exigido de nuevo al Gobierno tramitar por vía de urgencia las leyes que plasman el acuerdo para apoyar los Presupuestos de 2018.
Los independentistas catalanes han virado 180 grados, aceptan la Constitución, aceptan la le ley electoral española, hasta la CUP, y empiezan a hablar de "encaje". Desde el resto de comunidades autónomas se pide a Rajoy mejorar su financiación para mejorar la educación, la sanidad y la dependencia. Todo esto con una deuda pública del 100%, la mayor desde 1909, un déficit público estructural que hay que revertir si queremos reducir la deuda pública. El déficit se concentra en el sistema público de pensiones del que se benefician siete millones de españoles y PP y Ciudadanos, a los que las encuestan dan una mayoría holgada para seguir gobernando la próxima legislatura, proponen bajar impuestos.
Todo lo descrito en el párrafo anterior no puede producirse a la vez, y se entiende que Urkullu quiera cerrar lo suyo antes de las elecciones catalanas. Cuesta entender que Pedro Sánchez, tras el 155, vuelva a apoyar a Rajoy en esta ley que permitiría aprobar los Presupuestos y alargar la legislatura hasta finales de 2019. Cuesta entender que Rivera critique esta ley, pero luego vote junto con el PNV los Presupuestos. Y cuesta mucho más entender que Pablo Iglesias apoye a Rajoy en esta ley y prolongue la legislatura.
El Estado del bienestar que hemos construido en los últimos 40 años se basa en cuatro pilares: una economía competitiva que ha mejorado su productividad y sus salarios; un impuesto sobre la renta progresivo; el sistema público de pensiones; y el sistema de financiación autonómica que garantiza igualdad de servicios públicos básicos de los ciudadanos independientemente de dónde residan.
Los vascos pagan los mismos impuestos que el resto. Pero no contribuyen al modelo redistributivo de la financiación autonómica, y por eso disfrutan de un generoso superávit en su balanza fiscal. El modelo vasco es similar al cheque británico que Margaret Thatcher exigió a Europa o al de Ángela Merkel, que pone palos en las ruedas para avanzar hacia una Europa federal.
El País Vasco es el 5% del PIB español. Cataluña es el 20% del PIB y, si se les concede el mismo modelo, España dejará de ser un Estado y la sanidad, la educación y el sistema público de pensiones serán insostenibles. Un modelo federal eficiente debe combinar descentralización y un centro fuerte, debe avanzar en el proyecto europeo y debe mejorar la gobernanza global para resolver retos como el cambio climático. Viendo el panorama conviene tener presentes las palabras de Santa Teresa: "en tiempos de tribulación, no hacer mudanza"
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