Las altas temperaturas asfixian en toda España las ventas del comercio textil
Los abrigos se quedan en el escaparate y las patronales cifran la bajada del negocio entre el 10% y el 20%
Las calles comerciales siguen vestidas de verano. Entramos en noviembre pero todavía no han desaparecido por completo las temperaturas estivales. Algo que tiene un impacto directo sobre las ventas de las colecciones de otoño-invierno, que se acumulan en los almacenes, especialmente del pequeño comercio y las cadenas medianas. Esto se palpa en las cuentas de las tiendas y en la calle, donde se mezclan personas con el abrigo bajo el brazo, en mangas de camisa e incluso con bermudas. Las patronales fijan entre el 10% y el 20% la caída de ventas y reclaman un cambio de estrategia.
"Lo mismo te preguntan por ropa de verano que por un abrigo", contaba ayer una trabajadora de un comercio textil del centro de Madrid. España ha vivido uno de los octubres más cálidos de los últimos años. Esto lo han aprovechado hoteles y restauración, que han alargado los meses de mayor negocio, pero los comercios textiles se han visto golpeados por la pérdida de venta. "Todavía les cuesta [a los clientes] coger ropa de abrigo. Con este tiempo no apetece", reconoce un trabajador de la cadena sueca H&M de Gran Vía. Esta firma lleva varios años achacando su ralentización de ventas al clima. No solo al calor: también las primaveras frescas de algunos países europeos les han pasado factura.
A falta de datos oficiales, que se conocerán en la primera semana de noviembre, desde la organización empresarial del comercio textil Acotex estiman que las ventas han bajado entre un 10% y un 15%. "Los comerciantes nos dicen que octubre ha sido desastroso, todavía peor que en 2016, que ya fue muy malo", asegura Eduardo Zamácola, presidente de Acotex.
Esta situación no es única de ciudades como Madrid. Se repite en todo el territorio, de A Coruña a Cádiz, con temperaturas más altas de lo habitual y pocas lluvias. En esta ocasión el norte no ha conseguido sortear las altas temperaturas y también están teniendo un octubre veraniego. De hecho, desde la federación del comercio de Vigo (Fecovi), alertan de una caída en la venta textil similar al resto de España o incluso mayor. "Se ha perdido en torno al 20% comparado con la campaña del año anterior", cuenta Victorino Fernández, presidente de Fecovi.
Y llueve sobre mojado, porque el invierno pasado ya fue más cálido de lo habitual. El comercio textil, en diciembre del año pasado, esperaba crecimientos del 6% en las ventas con la mejora de la economía, y se quedaron entre el 1% y el 2%. En Estados Unidos, Italia y Francia la ropa también se quedó en las perchas.
Cambio de modelo
La fallida campaña abre muchos interrogantes en el sector. La primera cuestión que se plantean es que no se puede culpar de todo al clima. "Llevamos varios años así, en los que se vende cada vez menos ropa de invierno en septiembre y octubre. Es importante que nos adaptemos", reconoce Zamácola. A esto hay que añadir, según asegura la Confederación Española del Comercio (CEC), la inestabilidad política como elemento de pérdida de consumo. "Los clientes son muy sensibles a cualquier cambio y si hay incertidumbre retiene la compra. El consumo depende del ánimo de las personas y ahora no es el mejor con lo que ocurre en Cataluña", argumenta Isabel Coste, vicepresidenta de la CEC, que añade que "la falta de frío ha sido la puntilla, porque ese hubiera sido el salvavidas del sector para compensar la menor compra por la inestabilidad política".
Por esta situación de descenso del consumo, Acotex alerta al sector y pide que se replanteen las estrategias de ventas. "No podemos luchar contra el clima. Ya no tiene sentido sacar ropa de invierno en agosto o colecciones de seis en seis meses. Debe haber más rotación con productos que se adapten mejor a las necesidades de los consumidores. Los que ganarán la batalla serán los más rápidos, algo que ya han visto las grandes compañías", argumenta Zamácola.
En este sentido, fuentes de Inditex explican que con su modelo flexible hay productos nuevos en tienda todas las semanas. Algo que les da ventaja, dicen, porque se pueden adaptar más rápido a las demandas de clientes. Si hace calor, llenan las perchas de camisetas y vestidos.
Un sector enganchado a las rebajas durante todo el año
Otro de los grandes debates que se vive dentro del sector del comercio es la oleada constante de ofertas. ¿Salvavidas o condena? "Hemos acostumbrado a los clientes a que siempre haya promociones con una estrategia a corto plazo, lo que reduce los márgenes de beneficio y hace el negocio insostenible", argumenta la patronal Acotex. Sin embargo, los comerciantes sostienen con resignación que la única herramienta que tienen ante la reducción de las ventas es la bajada de precios. De hecho, con la bajada de ventas de este otoño por las altas temperaturas, ya ha comenzado esta guerra y se pueden encontrar rebajas: Muchos escaparates del centro lucen estos días que anuncian las rebajas de mid season, es decir, a mitad de temporada. Y en este contexto de ventas flojas, otra de las esperanzas para los comercios textiles es el incremento del negocio con la llegada del Black Friday el 24 de noviembre, otras rebajas importadas desde Estados Unidos. Justo lo contrario a lo que piden las patronales Acotex y la CEC. Solo servirá, según defienden, para no perder volumen de ventas, pero no para salvar los beneficios. "Los comercios estamos luchando por no perder con el año anterior y no por crecer. Con la situación de bonanza económica, deberíamos crecer al 2% o al 3%, pero nos conformamos con no caer. Es insostenible", afirman desde la CEC.
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