Bruselas impone aranceles a las importaciones de acero de cuatro países

La Comisión Europea toma medidas para proteger la industria del acero en la UE. Bruselas ha decidido este viernes imponer aranceles a las importaciones de acero laminado de Brasil, Irán, Rusia y Ucrania por parte de los Veintiocho. La investigación antidumping, iniciada en julio del pasado año ante una demanda presentada dos meses antes por la Asociación Europea del Acero (Eurofer), ha concluido que las empresas de esos cuatro países exportaron acero laminado a la UE por debajo de su precio de mercado, por lo que Bruselas gravará su llegada con aranceles de entre 17,6 y 96,5 euros por tonelada.

La Comisión había propuesto inicialmente fijar un precio mínimo de 472,27 euros por tonelada, pero revisó su propuesta después de no conseguir el respaldo de los estados miembros. Entre las empresas que a partir de este sábado quedarán sujetas a aranceles hay gigantes del sector como la filial brasileña de ArcelorMittal.

El examen comunitario ha abarcado las importaciones desde comienzos de 2013 e incluyó también en un principio a Serbia, aunque finalmente se determinó que los envíos desde el país balcánico representaban un volumen demasiado bajo, por lo que no fueron incluidas en las pesquisas. "Esta acción tomada por la UE pretende proteger los trabajos europeos y la industria de prácticas desleales. El objetivo es mantener un marco de competencia leal para las compañías europeas", ha señalado la Comisión. Con esta intervención, la cifra total de medidas antidumping implantadas por Bruselas solo en productos acereros se eleva a 48.

Los problemas de la sobrecapacidad de la industria del acero global, principalmente por la competencia china, que copa más de la mitad de la producción mundial, ha hundido los precios y golpeado con dureza al sector en Europa. Para hacer frente a la cuestión la UE participa en el Foro Mundial sobre Capacidad de Exceso de Acero, creado en diciembre pasado. Bruselas estima que China produce cada año 350 millones de toneladas más de lo que demanda el mercado, casi el doble de lo que generan los productores europeos en un año.