Agricultura autorizará plantaciones para 4.500 hectáreas de viñedo
El sector reclama más controles para evitar abusos
El Ministerio de Agricultura concederá este año autorizaciones de nuevas plantaciones de viñedo sólo para unas 4.500 hectáreas, de acuerdo con los planteamientos de la Organización Interprofesional del Vino, donde están presentes viticultores e industriales. Esta cifra sería un 7,8% más que el año pasado cuando se autorizaron 4.173 hectáreas, que suponían el 0,43% de la superficie plantada en julio de 2015. Este incremento se justifica por la mejora en los mercados del vino gracias, sobre todo, al aumento sostenido de las exportaciones y a pesar de la estabilidad en el mercado interior con un sector de la restauración que, sobre la base de sus políticas de precios altos, está alejando a los consumidores.
La campaña anterior fue la primera donde se puso en marcha las autorizaciones de plantación frente a la política de los derechos históricos. En 2016, el sector reclamó permisos para más de 13.000 hectáreas de viñedos. Bruselas permite a cada país autorizar hasta el 1% sobre la superficie cultivada en julio del año anterior y que, en el caso de España es de 959.500 hectáreas.
Para 2017, varias Denominaciones de Origen han vuelto a solicitar que en sus demarcaciones la limitación de esas autorizaciones sea superior a la que decida Agricultura con carácter general. En esa línea, Rioja plantea que el incremento en su demarcación sea de 645 hectáreas, Ribera del Duero pide que las autorizaciones sean de 500 hectáreas, Rueda solicita que en su caso sean 68 hectáreas ante el fuerte incremento de las plantaciones en años pasados.
Al margen del volumen de las autorizaciones para las nuevas plantaciones, el sector coincide en la necesidad de establecer unos criterios mucho más rigurosos y mayores controles sobre la asignación de las mismas para evitar abusos, triquiñuelas que han dado lugar a que los permisos vayan a parar a quienes menos lo merecen. Las organizaciones agrarias reclaman un mejor tratamiento para los solicitantes de menos 40 años. Además de ese mayor apoyo a los jóvenes, se pretende que los destinatarios de las autorizaciones sean agricultores activos que quieran vivir de la viticultura y que los permisos no vayan a parar a personas ajenas al sector cuyo objetivo es solamente hacer negocio con ellas.
El mantenimiento del potencial productivo ha sido una de las preocupaciones de Bruselas en la última década para ajustar la oferta y la demanda. Desde el 2000, Bruselas ha aplicado una política de apoyos a los programas de reconversión del viñedo, incluidos los arranques subvencionados. En España, se reflejó en una rebaja de la superficie de 1,1 millón de hectáreas a las 959.500 hectáreas actuales. Sin embargo, la producción media de vino y mosto ha pasado de los 37 millones de hectolitros a los 43 millones de hectolitros convirtiendo a España en líder comunitaria en la producción de vino en algunas campañas.
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