Guindos: “El riesgo político exige un giro de política económica en Europa”
El ministro de Economía asegura que "no habrá más subidas fiscales" en España
De la Gran Crisis surge una Europa sin brillo, cuajada de penalizaciones, castigos, disciplinas y resentimientos envenenados: la recuperación continental es un delicado jarrón chino en inestable equilibrio. El ministro español Luis de Guindos (Madrid, 1960) admite que la eurozona y España siguen siendo vulnerables, y asegura que la principal amenaza "son los riesgos políticos", que exigen "un cambio en la política económica europea". Más allá del Brexit, Donald Trump y la marea de populismos, muestra preocupación por Grecia y por Italia. Pero las amenazas políticas "son más inquietantes que el riesgo de sacudida en el mercado", afirma en su despacho del ministerio tras más de una hora de entrevista en la que habrá referencias a Europa, a Alemania, a la banca, a Grecia, al Reino Unido e, inevitablemente, al déficit español. El ministro asegura que las reformas financiera y laboral son la clave de bóveda de la salida de la crisis, a pesar de que persisten ciertas dudas sobre alguna entidad y de que el desempleo sigue cerca del 20%. Por encima de todo, Guindos reitera que esta vez Madrid cumplirá las metas fiscales, después de una legislatura de continuos fiascos. "No habrá más subidas fiscales", promete tras las alzas en Sociedades, alcohol, tabaco, impuestos medioambientales y cotizaciones sociales. ¿Y si a pesar de todo hiciera falta? Apriétense los cinturones: "Ese es el compromiso, pero no será necesario".
Pregunta. Draghi dice que la incertidumbre política es general. La extrema derecha asoma la cabeza en Holanda, Francia y Alemania. ¿Europa es vulnerable?
Respuesta. Europa está en un momento delicado, pendiente de que la ola de populismos no siga subiendo. Eso pasa por una recuperación más intensa tras casi una década en crisis. Y porque los políticos sepamos explicar las ventajas de la integración: contra el proteccionismo y el repliegue nacionalista, hay que dar un paso adelante en la Unión Económica y Monetaria; compartir riesgos.
“Europa está en un momento delicado pendiente de que no suba el populismo”
P. Es curioso que los ministros alerten del populismo y a la vez rechacen el estímulo que propone Bruselas. ¿Alimenta viejos fantasmas ese fundamentalismo fiscal?
R. Los riesgos políticos acechan por todos lados y hacen necesario un cambio de política económica. La incertidumbre política es ahora la gran inquietud: el papel de los extremismos en las próximas elecciones va a ser fundamental para los inversores. Europa tiene un problema: la recuperación es mediocre. La desigualdad, elevada. La ciudadanía tiene la percepción de que rescatamos a la banca y no nos preocupa nada más. No podemos aceptar tasas de crecimiento del 1% a medio plazo: si queremos hacer frente a los populismos hay que alentar el crecimiento, y para eso hay que cambiar la política económica.
P. El Eurogrupo se niega.
R. Pues la política monetaria está casi al límite: la política fiscal puede y debe jugar un papel tras el ajuste de los últimos años.
P. ¿España defiende el estímulo que propone Bruselas?
R. Sí, estamos a favor de esa expansión fiscal de medio punto de PIB; el problema es que la Comisión carece de instrumentos para activarla. Pero no lo veo como un fracaso: va calando el mensaje de que hace falta una política común, que no puede ser la suma de 19 presupuestos. Y cala todavía un segundo mensaje: los países con margen deben gastar más.
P. Alemania dice que no piensa hacerlo. Se opone a avanzar en la unión bancaria, a un seguro de desempleo común, a una capacidad fiscal de la eurozona. Nein.
R. El ministro Schäuble ha dado muestras de europeísmo. Pero quiere responsabilidad para acceder a compartir riesgos. Y cree que se debe abrir paso un planteamiento más integrado en política fiscal: el problema es que hay socios que no se fían de la Comisión.
P. Berlín propone que el Mede tome el relevo de la Comisión en las funciones de vigilancia fiscal. ¿España está de acuerdo?
“La recuperación en la UE es mediocre y elevada la desigualdad”
R. Si ese cambio viene acompañado de una mayor integración fiscal y de medidas para compartir riesgos, el Mede podría convertirse en el embrión del Tesoro del euro. Además, hay que culminar la unión bancaria y fusionar entre bancos de distintos países.
P. ¿Por qué no ha habido propuestas españolas en esa línea?
R. Desde 2010 hemos estado en una situación límite. Bastante hicimos con sobrevivir, y hemos estado casi un año en funciones.
P. ¿Por qué hay esa desconfianza Norte-Sur?
R. El Norte es reticente a compartir riesgos por el endeudamiento del Sur. Pero endeudarse es cosa de dos, de quien pide el crédito y de quien lo concede. Y es cierto que los acreedores exigieron un ajuste muy intenso, pero eso es consecuencia de las reglas.
P. ¿Las reglas son simplistas?
R. Quizá no gestionamos bien Portugal y Grecia, pero Irlanda y España se recuperan. El Pacto de Estabilidad, aun siendo flexible, tiene que evolucionar: la política económica debe basarse más en instituciones que en reglas, como hemos visto con el BCE. Draghi ha podido activar las compras de activos porque tenía detrás una institución con prestigio. Hagamos lo mismo en el lado fiscal.
P. Sus críticos le acusan de ser un eco de Schäuble: esa propuesta de quitarle responsabilidad fiscal a la Comisión es alemana.
R. España no coincide con Alemania en asuntos importantes: queremos un fondo de garantía de depósitos común cuanto antes. Y acordar Basilea III y las directivas de capital para la banca.
“España crece, hay estabilidad política y la banca no genera dudas”
P. ¿Cómo va a recuperar influencia España?
R. Ahora hay crecimiento, estabilidad política y no hay dudas en la banca. Tendremos mayor peso: ya dije hace dos años que en los nombramientos no podemos caer más bajo. El BCE está pactado.
P. También estaba pactada la presidencia del Eurogrupo.
R. Teníamos el apoyo de Alemania, pero la situación económica y política era muy distinta.
P. Brexit; Trump; banca italiana: ¿de veras no viene un lío?
R. La mediocre recuperación tiene consecuencias políticas: eso ya ocurrió en los años treinta. Por suerte, hoy nuestras sociedades son distintas, y el Estado de bienestar ha suavizado los efectos de la crisis. Pero la desigualdad es lacerante, y resurgen populismos y planteamientos nacionalistas y proteccionistas. El Brexit es la manifestación de un nacionalismo que no existía hace 10 años: eso parece más inquietante que el riesgo de sacudida en el mercado.
P. Sobre el Brexit, el Gobierno subraya que Londres es un gran socio comercial. ¿Abre eso la puerta del mercado único sin respetar la libre circulación de personas?
R. No: el mercado interior no tiene sentido sin las cuatro libertades. Pero hay margen para negociar civilizadamente otras cosas.
P. Europa no ha cerrado una sola crisis: refugiados, economía, banca, Grecia. Todo sigue ahí.
R. En Grecia queremos al FMI a bordo. Queremos superávits fiscales elevados para mucho tiempo. Y el FMI quiere una reestructuración: una quita de deuda a la que Europa se niega. Parece que queramos cuadrar un círculo.
“El déficit bajó del 9,3% en 2011 al 4,6% de este año, solo hubo problemas en 2015”
P. ¿No es estado de negación?
R. La deuda es insostenible. Y esos superávits son inalcanzables. Pero la solución no es reestructurar sin más: Grecia tiene que hacer reformas, ser competitiva. De lo contrario, una quita sería solo un placebo cortoplacista.
P. ¿Italia y sus bancos le recuerdan a la España de 2012?
R. El problema de España era el crédito promotor: el de Italia, un largo estancamiento. Y España no podía acometer por sí sola la reestructuración: Italia, sí.
P. ¿Habrá pérdidas para la deuda de mala calidad?
R. Italia debe reestructurar su banca para crecer, como hizo España. Si hay recapitalización pública, se aplicarán los requerimientos de las ayudas públicas.
P. ¿Eso dejaría mal a España, con el castigo a las preferentes?
R. Eso puede tener serias repercusiones políticas. En Italia los tenedores particulares de deuda son más numerosos. Y recuerde: España compensó a 350.000 preferentistas, a quienes nunca se debió vender ese producto.
P. ¿Es un asunto político?
R. Como todo en la vida.
P. Bruselas ve con extrañeza que Hacienda maneje el Presupuesto y usted sea su interlocutor. ¿No provoca disfunciones?
R. No creo. Porque la prioridad de todo el Gobierno es la misma: cumplir los objetivos fiscales.
P. No lo ha logrado ni una vez.
R. España ha reducido el déficit del 9,3% de 2011 al 4,6% de este año. El único problema grave fue 2015. Reconocí, por cierto, que España se equivocó en sus previsiones: la Comisión tenía razón.
P. ¿Madrid se puede permitirse un nuevo incumplimiento? ¿Dimitiría si eso sucediera?
R. No es cuestión de dimitir o no. Vamos a cumplir. Seguro.
P. Bruselas tiene sus dudas.
R. Si hubiera una sacudida imprevista, el problema no sería solo de España. En condiciones normales, el crecimiento permitirá rebajar el déficit unos 10.000 millones, y las alzas de impuestos 5.000 millones más: el esfuerzo estructural que se nos pide.
P. En campaña dijo que subir impuestos afeará la recuperación.
R. Me refería al IRPF.
P. ¿Calificaría de centro derecha una política fiscal que rebaja el IRPF y endurece Sociedades?
R. Eso es simplificar demasiado. La recaudación de Sociedades se hubiera desplomado: con la mejora de los beneficios, no tiene efectos negativos que las empresas coticen más. La rebaja del IRPF es clave en la recuperación.
P. ¿No habrá más ajustes?
R. Suben Sociedades, alcohol, tabaco, tributos medioambientales y cotizaciones sociales. Insisto: no hace falta nada más.
P. ¿Y si hiciera falta?
R. El compromiso es ese, pero no será necesario.
P. ¿Podría el Gobierno privatizar para cuadrar las cuentas?
R. No. Las privatizaciones solo afectarían a la deuda pública, que está bajo control.
P. ¿Prometer rebajas fiscales en campaña y subirlos en el Gobierno es populismo fiscal? ¿Prometer que no habría rescates bancarios fue populismo financiero?
R. Se nos critica por austericidas. O por populistas. Pero las dos cosas a la vez no tienen sentido.
P. "La reforma laboral no ha precarizado el empleo", dice.
R. Ha ayudado a crear millón y medio de empleos.
P. Hasta la CEOE admite que quizá fuera demasiado lejos.
R. Con un 27% de paro y en plena recesión era imprescindible. El desempleo bajará al 12% en 2019. Acertamos con la reforma laboral y la financiera. Créame.
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