España crece en economía del conocimiento pero mantiene las diferencias regionales

España crece en la economía del conocimiento, es decir, en la economía basada en la información, las comunicaciones y la innovación tecnológica, aunque lo hace a dos velocidades y mantiene las diferencias regionales. Madrid, Navarra y País Vasco son las autonomías que más apuestan por la innovación y la economía del conocimiento. En el extremo contrario, Canarias Castilla-La Mancha y Extremadura, son las comunidades que menos recursos destinan a estas actividades, según un estudio de la Fundación BBVA y el Ivie.

“La economía del conocimiento progresa en España de forma transversal, pero a diferente velocidad según las comunidades”, ha explicado este lunes Ernest Reig, investigador del Ivie y autor, junto a la Fundación BBVA, del estudio La competitividad de las regiones españolas ante la economía del conocimiento, difundido este lunes.

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Así, las comunidades autónomas que han desarrollado con más intensidad actividades de innovación, digitales y comunicación (uso de Internet) e información —intensivo en capital humano de alta formación y tecnología— registran una mayor renta por habitante. En el caso de Madrid, hasta un 36% más que la media española. Además, las comunidades autónomas que invierten más en economía del conocimiento han resistido mejor la crisis en términos de renta, productividad y empleo, según el estudio.

En líneas generales, el uso de la innovación se ha intensificado en todas las regiones españolas, pero de manera muy desigual. “Lo mejor es que no estamos estancados y todas las regiones están mejorando”, ha asegurado Reig, que ha añadido: “Extremadura, por ejemplo, está mejor que hace 30 años, pero Madrid también, lo que hace que se mantenga la distancia”.

Las diferencias en el peso de los activos basados en el conocimiento en el PIB regional tienen una importante relación con las diferencias en el PIB por habitante: a mayor empleo de capital humano y capital tecnológico, mayor productividad y mayor renta per cápita. “Las comunidades que abandonaron la inversión en I+D+i lo han sufrido con un retroceso en su producto interior bruto per cápita”, ha insistido Reig.

En la presentación del estudio, los ponentes alabaron ayer la política de inversión en innovación del País Vasco. Francisco Pérez, director de investigación del Ivie, ha reconocido la importancia que tiene la continuidad en estas políticas: “El País Vasco es la única región que no ha bajado en I+D+i gracias a unas políticas que se mantienen en el tiempo a pesar de que cambie el Gobierno”. Los autores recordaron que las comunidades forales cuentan con más recursos.

Las regiones más especializadas en activos basados en el conocimiento (País Vasco, Madrid y Navarra) obtienen resultados económicos superiores a la media. Así, además del PIB de Madrid, que superaba en 2015 en un 36% la renta per cápita nacional, en la productividad del trabajo destaca País Vasco, con un nivel un 26% por encima de la media.

La inversión en los activos basados en el conocimiento creció en todo el país desde principios de siglo, incluso durante la crisis, hasta alcanzar el 15,6% sobre la inversión nacional (excluida la residencial). La inversión en tecnología de la información (programas informáticos y otros procesos tecnológicos) y la comunicación en la crisis se concentró en el sector servicios (77,7%). Solo el 20,6% fue a parar a la industria.

Desigualdades regionales

En conjunto, España ha aumentado más de 20 puntos porcentuales la contribución de los activos basados en el conocimiento a su valor añadido bruto (VAB) en los últimos 25 años. Sin embargo, ese porcentaje es mucho mayor en otros países avanzados, como Reino Unido, EE UU o Corea, donde esos activos aportan más del 70% al VAB.

A pesar de que las desigualdades territoriales en inversión son todavía notables, la distancia entre regiones en el uso de la tecnología de la información en hogares y empresas se ha reducido en la última década.

En la actualidad, el 78,7% de los hogares españoles dispone de Internet, mientras que en 2006 solo accedían a estos servicios el 38%. En las empresas, el 94% de las compañías con diez o más empleados cuenta con conexión de banda ancha. Además, en todas las regiones se supera el 90%.