Una cumbre para una revolución digital
La Fira de Barcelona acoge el segundo congreso de Internet de las Cosas entre el 25 y el 27 de octubre
En el mundo de la telefonía, los relojes inteligentes y los gadgets de última generación ya tienen claro que el conjunto de tecnologías conocido como Internet de las Cosas (IoT en sus siglas en inglés) ha llegado para quedarse. El siguiente paso es la industria y en no mucho tiempo, los hogares o artículos de consumo doméstico. De momento, las empresas ven en la idea de que las cosas estén conectadas y ofrezcan todo tipo de información una ventaja sin precedentes para buscar los beneficios anteriores a la crisis. Sistemas de control de maletas en aeropuertos para evitar pérdidas o de medición de fuentes urbanas para optimizar recursos son algunos ejemplos que ya se aplican y que se podrán ver entre el 25 y el 27 de octubre en la Fira de Barcelona. Hasta 200 ponentes y 171 empresas expositoras intentarán convencer al sector del ahorro y la agilización de procesos que ya trae consigo esta nueva mini revolución tecnológica en un programa de conferencias de seis ejes temáticos.
El encuentro está coorganizado por la Fira y el Industrial Internet Consortium, la asociación más grande de este sector que agrupa empresas (entre ellas Intel, Cisco, IBM y General Electric), administraciones públicas y a la universidad, con el objetivo de potenciar estas tecnologías. Si bien a nivel usuario aún no es muy conocido, muchos actores en el escenario industrial son conscientes de la importancia que ganará el IoT en los próximos años. Así lo demuestra una encuesta realizada por el Foro Económico Mundial, que concluye que el 72% de los altos ejecutivos de empresas privadas lo piensan.
Y entre ellos, se encuentra Carlos Pardo de Santayana, responsable de IoT, Smart City y nuevos negocios en Telefónica. La compañía desarrolla un proyecto piloto junto al Ayuntamiento de Sevilla para implantar un sistema de medición en tiempo real de la calidad del agua de las fuentes ornamentales de la ciudad. Se expondrá en forma de testbed (banco de pruebas) en el congreso. La herramienta calcula niveles de cloro, Ph, temperatura y velocidad de la bomba impulsora e incluso de la fuerza del viento. Recopila los datos y los envía a una app desarrollada con la que se puede, por ejemplo, incrementar o disminuir la altura a la que llega el agua, entre otros parámetros técnicos. “El objetivo principal es un servicio que busque la máxima eficiencia operativa y energética para ganar rapidez con respecto a los controles manuales, muy interesante para las administraciones”, explica Pardo. La herramienta también controlará a tiempo real los niveles de evaporación del agua, algo útil sobre todo para decidir la cantidad de agua necesaria durante las altas temperaturas del verano en la ciudad.
Smart Fountains, así se llama la herramienta, usa la tecnología IP6, que permite usar el dispositivo de manera masiva y por tanto se puede aplicar a muchas fuentes a la vez sin riesgo de perder las conexiones. “Esta es la parte interesante del IoT en este caso, porque permite pasar de una experiencia piloto a algo aplicable y comercializable”, añade Carlos Ralli, el responsable técnico del proyecto. Ambos llevan casi un lustro trabajando en la implantación del IoT industrial desde Telefónica y explican que desde hace un año las empresas ya están empezando demandarles proyectos. Ralli cree que el IoT tiene un gran filón en el sector pero alerta de la necesidad de implantar estándares para sostener el crecimiento, como el europeo Fiware por el que se rige Smart Fountains, la herramienta de las fuentes.
Según datos del propio Foro Mundial, en los próximos diez años, el Internet de las Cosas revolucionará un mercado equiparable a dos terceras partes del producto interior bruto global, destacando sectores como el del transporte. Y aquí se enmarcan otras de las ideas que se presentarán en la Fira. Una es la de Smart Airline Baggage Management, una herramienta de General Electric, Oracle, Infosys y M2MI para reducir las pérdidas de maletas y los daños en el equipaje en los aeropuertos. Este dispositico fusiona varios sistemas de IoT localizando y conectando maletas, handling, transporte y gestión del equipaje del aeropuerto -rampas, camiones, seguridad y aviones-. De este modo, defienden sus promotores, se podrán reducir los 23 millones de maletas perdidas cada año en los aeropuertos y reducir los gastos de indemnización que comportan.
Más empleo y eficiencia energética
El boom previsto por el sector del IoT presenta retos por delante que también se podrán discutir en la convención de Barcelona. Esta nueva tecnología se enfrenta al desafío de producir toda de energía necesaria para ser sostenible. El director fundador del congreso, Roger Bou, defiende que la solución puede venir del propio problema. “Hasta ahora la producción de energía se hace en base a previsiones de la industria y a veces sobra. Si se empieza a monitorizar en tiempo real la producción con IoT, se podrá fabricar justo la energía necesaria”, añade.
Otro asunto es la posibilidad de que el aumento de la automatización de procesos provoque pérdidas de puestos de trabajo. En este caso, Bou reconoce esta posibilidad pero apunta a que la puesta en marcha de la tecnología para fabricar más dispositivos creará otros puestos nuevos. “Es lo mismo que pasó al principio de la revolución industrial. Al principio parecía que destruiría empleos pero luego se vio que la automatización generó muchos más”, explica.
Otro de los ejemplos está centrado en el sector energético, también clave del futuro económico mundial. Se trata del sistema desarrollado por RTI, Cisco y National Instruments para integrar energías renovables en la actual red eléctrica, que no está preparada para asumir la energía generada por sistemas renovables como paneles solares o turbinas eólicas. A menudo se debe compensar con más potencia las caídas o incrementos no lineales de producción o demanda de este tipo de energía, con lo que se pierde parte del ahorro esperado. Este sistema crea micro redes conectadas con la red principal y espacios de almacenamiento energético en áreas de demanda para aprovechar e integrar mejor la producción de energías renovables en la red.
El congreso de Barcelona intentará que el IoT pase de un fenómeno incipiente a la realidad. Y desde luego, las expectativas son apabullantes. El crecimiento anual de dicho segmento está entorno al 26,5%, según la consultora india Reports & Reports. Esto significa que desarrollar, fabricar e implantar todos los aparatos como los descritos en los ejemplos citados comportará en el año 2020 la instalación de 26 billones de dispositivos digitales, según la norteamericana Gartner. O lo que es lo mismo, multiplicar por 30 el mercado que apenas existía una década atrás (0,9 billones de unidades en 2009). El mismo trabajo apunta que el valor añadido económico que generará -entendiendo por tal los beneficios que aparecerán con la venta y uso de dichas tecnologías- podrá llegar a los 1,9 billones de dólares en el mismo año en diferentes sectores. Si las previsiones se cumplen, el IoT industrial se convertirá en un nuevo mercado que podría actuar como uno de los motores económicos mundiales.
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