La desigualdad entre los asalariados crece con fuerza durante la crisis
La brecha entre lo que ganan los trabajadores precarios y los que tienen empleo de calidad aumenta
Las evidencias de que la desigualdad crece entre los trabajadores precarios y quienes tienen un empleo de calidad se agolpan. Son los primeros quienes más han sufrido la devaluación salarial y eso se ve en los datos: los asalariados indefinidos ganaron 9.066 euros al año más que los temporales en 2014, la mayor diferencia de la serie del INE; los que trabajan a jornada completa ingresaron 17.170 euros más que los que tienen un empleo por horas. También subió la desigualdad medida por el índice Gini al máximo desde 2008.
El salario medio en España creció en 2014. Apenas lo hizo, solo un 0,7%, un porcentaje que se asemeja más a una congelación que a una subida. Sin embargo, fue suficiente para romper la tendencia a la baja de los dos años anteriores. Se situó así en una media de 22.858,17 euros antes de pagar impuestos y cotizaciones sociales, según la encuesta de estructura salarial del Instituto Nacional de Estadística (INE). Si se analiza por sexos, la ganancia media de los hombres (25.727,24 euros) fue mayor que la de las mujeres (19.744,82 euros). Esto supone que por cada tres euros que gana una mujer asalariada un hombre ingresa uno más, cuatro.
Estos son datos de promedios obtenidos de las más de 25.000 cuentas de cotización y casi 210.000 trabajadores seleccionados con los que se elabora esta estadística. En realidad, la mayor parte de quienes trabajan en España ganan menos. Otros dos datos conocidos lo subrayan. El salario mediano, el que divide al colectivo en dos mitades iguales según ingresos, es de 19.263,8 euros al año. Y el sueldo más frecuente baja hasta los 16.490,8 euros brutos al año, lo ganan unas 600.000 personas.
En sendas cifrass hay un incremento entre 2013 y 2014, en cambio, tanto estos aumentos como el del salario medio, no han supuesto una reducción de la desigualdad entre los asalariados. Cuando el INE mide este concepto a través del índice Gini —un indicador que calcula la desigualdad en un colectivo en el que cero marca la igualdad total y 100 la desigualdad máxima— el resultado es 34,7. Esta cifra supone un incremento de una décima respecto a 2013 y un máximo en la serie estadística que comienza en 2008. Desde entonces, año en que la caída de Lehman Brothers disparó la crisis financiera, y durante todos los ejercicios posteriores excepto en 2011, el índice Gini ha subido, es decir, la desigualdad ha aumentado entre los asalariados.
Hay varios datos entre los publicados por el instituto de estadística que ayudan a explicar esta tesis y que van en una línea: la devaluación salarial ha afectado más a los trabajadores precarios. La brecha entre lo que ganan los trabajadores fijos y los temporales creció hasta los 9.065,9 euros. Desde 2009, la diferencia entre las remuneraciones de quienes tienen un empleo estable y quienes no lo tienen no ha hecho más que crecer, de casi 7.300 euros al año a más de 9.000.
También la brecha, casi una sima, entre las ganancias anuales de los empleados a tiempo completo (casi 27.000 euros) y las de quienes trabajan por horas (unos 9.800 euros) se agrandó al máximo. Los 17.170 euros de hace dos años es la máxima distancia entre las retribuciones de los dos colectivos.
El crecimiento de ambas brechas combinado con el aumento en 2014 de los trabajadores a tiempo parcial (75.000) y los temporales (176.000) ayuda a encontrar una de las causas para explicar que la desigualdad siguiera aumentando ese año.
Diferencia de 34.000 euros
Por si no hubiera suficientes datos que sustentan el incremento de la desigualdad en esta encuesta de estructura salarial (una estadística que se elabora cada cuatro años, tocaba en 2014, y que compone un serie comparable con la que se realiza cada año, excepto cuando toca la cuatrienal), también la comparación entre la décima parte de trabajadores que menos gana con la de los que más gana va en la misma dirección. Mientras las ganancias del primer grupo continuaron descendiendo, hasta los 7.626,20, las de los segundos siguieron creciendo (41.350,36).
De 2008 a 2014, el sueldo de la decila de empleados que menos gana ha pasado de representar el 23% de las remuneraciones de quienes más ingresan, a bajar hasta el 18%.
Esta catarata de datos está en consonancia con otros emitidos desde organismos internacionales que apuntan que España es uno de los países en los que la desigualdad más ha crecido con la crisis. Este incremento se debe fundamentalmente a la intensa destrucción de empleo que hubo entre 2007 y comienzos de 2014. No obstante, es evidente que en este periodo también el aumento de la desigualdad ha llegado a través de la devaluación salarial que se ha cebado especialmente en los trabajadores más precarios.
Las mujeres ganan un 23,2% menos que los hombres
En 2014 comenzó a cerrarse la brecha salarial de género por primera vez, al menos, desde 2008. La diferencia entre el salario bruto anual de los hombres (25.727,24 euros) y el de las mujeres (19.744,82 euros) disminuyó 178 euros respecto a 2013. De mantenerse este ritmo sostenido, y teniendo en cuenta que la diferencia todavía es de 5.982,42 euros, cerrar la brecha que hay entre los sueldos de hombres y mujeres costaría poco más de 33 años y medio.
Con los datos de 2014, el salario de las mujeres representa el 23,2% menos que el de los hombres. Esto supone una evolución paralela a los números absolutos, ya que este porcentaje también creció hasta el ejercicio anterior.
Una de las explicaciones tradicionales de la diferencia entre las retribuciones de hombres y mujeres es que estas últimas son una inmensa mayoría entre los trabajadores a tiempo parcial. Esto supone que a la hora de elaborar los datos medios las menores ganancias de quienes trabajan a media jornada reduce el resultado. Pero esta explicación es incompleta porque también el salario por hora de las mujeres es menor al de los hombres. Por cada hora que trabajan ellas, cobran una media de 10,6 euros; ellos, en cambio, ganan 12,2 euros, un 15% más.
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