El FMI rebaja sus previsiones de crecimiento global para 2016 y 2017
El Fondo resta dos décimas a la proyección económica mundial. Mantiene sus cálculos sobre China, que seguirá frenando, y reduce con fuerza el pronóstico de Brasil y Rusia
El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha revisado a la baja sus proyecciones del crecimiento global para los próximos dos años. En 2016 y 2017 la economía mundial crecerá, según los cálculos del FMI que se han presentado el martes por la mañana en Londres, un 3,4% y un 3,6%, respectivamente. Se trata, en ambos casos, de un crecimiento 0,2 puntos porcentuales menor del que el propio FMI proyectó en octubre del año pasado, debido fundamentalmente a que el repunte de las economías emergentes se prevé ahora más tenue que lo pronosticado inicialmente. El Fondo mantiene sus cálculos sobre China, que seguirá frenando (en 2016 se espera que crezca el 6,3%), y reduce con fuerza el pronóstico de otros países como Brasil y Rusia.
Con lo que constituye el tercer recorte a sus propias previsiones de crecimiento en menos de un año, el FMI se suma a la preocupación general por el desempeño de la economía mundial. Pero, a pesar de lo que ha sido el peor arranque de año en los mercados de valores estadounidenses desde que existen registros, el Fondo espera que, en general, tanto los países ricos como los pobres crezcan en 2016 más que en 2015.
La bajada en los precios del petróleo y otras materias primas lastrará a muchas economías emergentes y parte del comercio mundial, ya que muchos países productores se verán obligados a reducir sus ritmos de compras exteriores. Sin embargo, puede brindar un impulso mayor del previsto a la demanda en los países importadores de petróleo. Es el caso de España: los expertos del FMI prevén ahora un crecimiento del PIB español mayor que el que proyectaron inicialmente para los próximos dos años. La economía española crecerá un 2,7% en 2016 y un 2,1% en 2017, lo que supone una corrección al alza de 0,2% y 0,1%, respectivamente, respecto a las previsiones del FMI de octubre.
La proyección de crecimiento de la eurozona en su conjunto apenas se corrige (solo 0,1 puntos porcentuales más el primer año) con respecto a lo estimado en octubre: crecerá un 1,7% en 2016 y otro tanto en 2017. El Fondo ha llamado la atención sobre la presión que ejerce la "oleada de refugiados" en las economías europeas. "Las medidas de política encaminadas a respaldar la integración de los migrantes a la fuerza laboral son críticas para calmar las inquietudes en torno a la exclusión social y los costes fiscales a largo plazo", ha advertido.
El FMI ha animado a los bancos centrales de las economías avanzadas, donde la inflación está aún "muy por debajo" de las metas de los mismos, a incentivar el crecimiento mediante una política monetaria acomadaticia. Y ha instado a los ministros de finanzas a modificar la política fiscal a corto plazo, reforzando las inversiones "cuando las condiciones lo permitan".
En cuanto a las economías de América Latina y el Caribe, el FMI rebaja significativamente sus previsiones de crecimiento: el PIB agregado de la región en su conjunto se contraerá un 0,3% en 2016 y crecerá un 1,6% en 2017. Los datos suponen una corrección a la baja, respecto a sus proyecciones de octubre, de 1,1% el primer año y 0,7% el segundo.
El crecimiento, no obstante, será positivo en la mayoría de los países de la región. La contracción se debe principalmente a la situación en Brasil, cuya recesión “está demostrando ser más profunda y prolongada de lo esperado”, según recoge el informe que se presenta esta mañana, “causada por la incertidumbre política en medio de las secuelas ininterrumpidas de la investigación de Petrobras”.
El FMI calcula que la economía brasileña caerá un 3,5% en 2016 y se recuperará hasta el 0,0% en 2017. Los nuevos datos suponen una corrección a la baja de las proyecciones de octubre de 2,5% y 2,3%, respectivamente. Las proyecciones de crecimiento de México, la otra gran economía de la región, se corrigen también notablemente a la baja —un 0,2% menos en ambos años—, aunque seguirá creciendo a un ritmo de 2,6% en 2016 y de 2,9% en 2017.
La misma caída de los precios del petróleo ha provocado la revisión a la baja también de las proyecciones para Rusia y Arabia Saudí también. El FMI contempla, no obstante, que el precio del barril alcanzará los 42 dolares en 2016, muy por encima de los cerca de 28 dólares a los que cotizó el lunes.
La revisión de los pronósticos realizados hace tres meses obedece, explica el FMI en su informe, a la corrección del comportamiento previsto en tres países o regiones: Brasil, país al que se atribuye “principalmente” la revisión; Oriente Medio, “cuyas perspectivas están opacadas por la caída de los precios del petróleo”, y Estados Unidos, “cuyo crecimiento mantendría el ritmo actual, en lugar de cobrar nuevo impulso”. La economía estadounidense, según los expertos del FMI, crecerá un 2,6% en 2016 y otro tanto en 2017, lo que supone una corrección a la baja de 0,2 puntos porcentuales en ambos ejercicios, respecto a lo previsto en octubre.
Las previsiones para China permanecen inalteradas respecto a lo proyectado en octubre: crecimientos del 6,3% en 2016 y del 6% en 2017. En ambos casos, son previsiones notablemente inferiores al crecimiento de 6,9% registrado por el país asiático en 2015, el dato más bajo de los registrados en los últimos 25 años, aunque más optimistas que las previsiones de otros agentes económicos. El economista jefe del FMI, Maury Obstfeld, ha pedido en Londres a las auroridades chinas que "aclaren sus intenciones" sobre política monetaria, después de que el yuan haya vuelto a depreciarse respecto al dólar en 2015.
En general, el FMI prevé que el repunte de la actividad económica mundial será más gradual de lo previsto en octubre, “especialmente en el caso de las economías de mercados emergentes y en desarrollo”. “La desaceleración y el reequilibrio de la economía china, la caída de los precios de las materias primas y las tensiones a las que se encuentran sometidas algunas de las principales economías de mercados emergentes continuarán lastrando las perspectivas de crecimiento en 2016 y 2017”, explica el organismo internacional en su informe.
Dichas economías de mercados emergentes y en desarrollo, a pesar de que aún generan más del 70% del crecimiento mundial, se desaceleraron en 2015 por quinto año consecutivo. Las economías avanzadas, sin embargo, continuaron registrando una ligera recuperación.
Son tres los factores que siguen determinando, según el FMI, las perspectivas mundiales: la desaceleración y el ajuste gradual de la actividad económica de China; el endurecimiento paulatino de las política monetaria en Estados Unidos, mientras los bancos centrales de otras economías avanzadas continúan aplicando una política monetaria distendida; y, por último, el marcado descenso desde septiembre de 2015 de los precios de la energía y de otras materias primas.
Este último factor, la caída de los precios del petróleo, “ejerce presión en los saldos fiscales de los exportadores y está empañando sus perspectivas de crecimiento”. Pero, a la vez, “está apuntalando la demanda de los hogares y rebajando el costo comercial de la energía en los países importadores, donde los usuarios finales se benefician plenamente de este abaratamiento”.
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