Wall Street despide el peor año desde la crisis financiera
El Dow Jones y el S&P 500 cierran la última jornada de negociación en negativo. Las tecnológicas impulsan un 7% el Nasdaq
Los mercados de acciones en Estados Unidos despidieron el peor año desde el derrumbe de Lehman Brothers. El Dow Jones, el índice de referencia de Wall Street, trató como pudo hasta el final de evitar el primer negativo anual desde 2008. También se vino abajo el S&P 500. Ambos se vieron lastrados por el desplome del 30% en el precio del petróleo, los temores a una moderación mayor de la espera en China, la fortaleza del dólar y la falta de una guía de la Reserva Federal.
El parque neoyorquino encaró la última semana de negociación jugando al cara o cruz. Cualquier movimiento al alza o a la baja de solo el 1% era suficiente para decidir la suerte para todo 2015 y romper con siete años de racha alcista. Estas continuas subidas y caídas son las que caracterizaron un año complicado para el inversor. En agosto los dos índices entraron en territorio de corrección tras perder más de 10% desde el máximo.
El pobre rendimiento de los dos índices más importantes en EE UU, con el Dow Jones perdiendo un 2,2% y el S&P 500 un 0,7%, contrasta con el sólido 10% de incremento anual del EuroStoxx y del parqué de Shanghái. El Nasdaq, sin embargo, va a cerrar con una apreciación del 7% gracias al impulso de las tecnológicas, una subida muy similar a la registrada por el Nikkei japonés.
La situación dista mucho de ser la hace siete años, cuando el S&P 500 cayó un 38% por el derrumbe de los valores financieros. Esta vez los mercados muestran síntomas de agotamiento moviéndose en márgenes muy cortos. Como dicen desde BlackRock, acusan una falta de inspiración que los hace vulnerable sin guías claras. Muchos estrategas creen, además, que hay valores muy caros.
La esperanza quedó así en que llegara un impulso final que metiera al S&P 500 en territorio positivo, si lo permitía el petróleo. Como señalan los estrategas del parqué, fue muy difícil jugar en el día a día porque no hubo guías o catalizadores que apuntaran al mercado en una u otra dirección. Y salvo las turbulencias del verano, tampoco hubo eventos inesperados. Eso es lo que podría pasar también en 2016.
Arranque complicado
El primer trimestre será, advierten desde Oppenheimer, complicado y con la presión tirando a la baja porque los valores que se depreciaron estas últimas semanas registraron un mayor volumen de negociación que los que subieron. Eso explica que el repunte tras el desplome de agosto perdiera fuerza al final del cuatro trimestre. Señalan que se necesitará más tiempo para poder retomar la tendencia.
Por valores, Apple se mantuvo como la mayor compañía cotizada, aunque despide el año con una caída próxima al 3% en la última semana de negociación. Es su primer negativo también desde 2008. Contrastó con el incremento superior al 45% de Alphabet. La antigua Google es la segunda por valor bursátil, por delante de Microsoft, que se apreció más de un 15%. Fue el año en el que Amazon y Facebook se colocaron entre las diez de cabeza.
El mejor rendimiento entre las compañías del S&P 500 lo tuvo Netflix, del 140%, seguida de hecho Amazon, con una apreciación de casi el 120%. Facebook se revalorizó un 36%. También tuvieron un final robusto Home Depot y McDonald's, con incrementos superiores al 25%. En el extremo opuesto están Walmart, con una caída próxima al 30% junto a Oracle, Chevron y ExxonMobil, del 20%.
Sectores
Las empresas del sector de la energía perdieron un 22% su valor y un 9% los materiales. La corrección es aún mayor si se piensa que antes del desplome de precios que comenzó en julio se apreciaron un 10%. Serán el que determine como vayan las cosas en 2016, porque una estabilización en el precio del crudo podría tener un efecto positivo si no afecte al consumo, el único que mantiene el mercado.
También podría ser el del repunte de los valores financieros, que se dejan un 2,5% en el año pero que podrían verse beneficiados por el alza de tipos de interés. El otro punto de referencia será la evolución del dólar por su impacto en los resultados. El billete verde no hizo nada espectacular tras el fuerte repunte en 2014 pese a apreciarse un 8% y se mantuvo a final del año relativamente estable frente al euro.
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