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Cuáles son las comisiones bancarias más abusivas y cómo evitarlas

Los pagos por servicios aumentaron un 14,5% durante el año pasado, según ADICAE

Laura Delle Femmine
eduardo estrada

Un euro por un lado, dos por el otro, cientos a fin de año: en 2014, las comisiones bancarias se encarecieron un 14,5% respecto al año anterior, de acuerdo con ADICAE. Si se considera que desde 2011 se ha eliminado la obligación de registrar en el supervisor los folletos de las tarifas aplicadas y sus cuotas máximas, el panorama para los consumidores es aún más desolador: la actual normativa establece que es suficiente con informar al cliente “sobre las comisiones percibidas por operaciones y servicios más frecuentes”. Es decir, que los bancos son libres de aplicar los importes que quieran, salvo que cobren dos veces por el mismo servicio.

Como resultado, el consumidor sigue siendo víctima de cobros elevados y de un sistema de reclamaciones lejos de ser eficiente. Según la última Memoria de Reclamaciones del Banco de España, durante 2013 se contabilizaron 34.645 quejas, un incremento del 142,1% respecto al año anterior. Sin embargo, incluso cuando el supervisor da la razón a los clientes, las entidades no están obligadas a recoger sus veredictos, y en 2014 hicieron caso omiso a cinco de cada seis solicitudes apoyadas por el Banco de España. El mismo subgobernador del organismo ha admitido que el “sistema adolece de varios problemas”, entre ellos la escasa agilidad y la falta de “involucración de un tercero con capacidad de emitir un dictamen vinculante”, por lo que propone que se estudie “la posibilidad de desarrollar [...] esquemas centralizados y vinculantes de resolución de disputas”.

¿Cuáles son las comisiones más abusivas?

De acuerdo con el último informe de FACUA-Consumidores en Acción —llevado a cabo entre julio y septiembre de 2014 tras comparar las tarifas de 16 bancos—, el usuario tipo establecido para su estudio —sin nómina domiciliada— paga en media 168,77 euros al año en comisiones. Las entidades más caras resultaron ser Barclays (271,41 euros), adquirido por CaixaBank, el Santander (248,40 euros), Unicaja (242,40 euros) y CaixaBank (239,90 euros); las más baratas, ING Direct (25 euros) y Triodos Bank (30 euros). Entre las comisiones más abusivas, están las por sacar dinero del cajero, realizar ingresos en ventanilla o recibir correspondencia. 

No dejes de reclamar

Si nos siguen cobrando cuantías que creemos exageradas o por conceptos que consideramos abusivos, aunque tengamos nuestra nómina u otros recibos domiciliados, lo primero es protestar en la oficina, mantiene Pardo de ADICAE, a través de una reclamación escrita al servicio de atención o al defensor del cliente de la entidad, que tiene dos meses para contestar. Si su resolución es favorable al consumidor, la entidad tendrá que cumplirlo.

El abogado Francisco López Sorio alerta de que es fundamental poder acreditar que hemos presentado una queja previa por esta vía, al ser elemento indispensable para continuar con el trámite ante el servicio de reclamaciones del Banco de España, adonde acudiremos si la respuesta que hemos recibido —o su falta— no nos convence. El supervisor deberá resolver la solicitud en un plazo máximo de cuatro meses, pero su veredicto no es vinculante. La última vía es la judicial, y los expertos aconsejan dirigirse a las asociaciones de consumidores, que cuentan con los medios para emprender una causa colectiva —como en el reciente caso de las cláusulas suelo— y tienen más probabilidades de que los clientes logren ver reconocidos sus derechos. 

Pagar por sacar del cajero. CaixaBank ha empezado a cobrar dos euros a los usuarios que no sean sus clientes y saquen de uno de sus 9.683 cajeros, la red más extensa de España. Pese a que la Unión Europea haya pedido “aclaraciones” sobre esta maniobra, otras entidades españolas han anunciado estar estudiando aplicar la misma medida. Actualmente, quien cobra la comisión mínima más cara para usar un cajero de la misma red es Bankia —un 4% con un mínimo de 4 euros—, y para sacar de otra red es Cajamar —un 5,5% y un mínimo de 5,5 euros—, según el comparador de comisiones de ADICAE, que permite confrontar las comisiones al suponer que el cliente sea titular de una cuenta básica sin ningún tipo de domiciliación. Para Manuel Pardo, presidente de la asociación, esta decisión se inscribe en “la lucha interna” del sector contra los operadores online y la pequeña banca que no dispone de cajeros en todo el territorio.

Realizar ingresos en ventanilla. Antonio Gallardo, experto de iAhorro, explica que esta comisión se está extendiendo a cada vez más entidades y responde a la estrategia de “expulsar a los clientes de las oficinas” para incentivar el uso de cajeros y medios online. “Lo cierto es que nos están cobrando dos veces por el mismo servicio, y esta situación es aún más grave si consideramos que durante la crisis muchas familias han quitado domiciliaciones para evitar descubiertos”, asegura. De los grandes bancos, Bankia y Santander aplican la tarifa más cara —hasta tres euros—, de acuerdo con ADICAE. Por su parte, los bancos se justifican aduciendo que se genera un justificante “especial o adicional” al tener que indicar el concepto de la operación. 

Comisión por descubierto, cada vez más cara. “Las comisiones máximas se mantienen estables, el truco está en las mínimas”, explica Gallardo: “Si tienes un descubierto de 10 euros y el mínimo establecido son 18, acabas pagando más”. De los grandes bancos, la comisión mínima más cara es la de Banco Popular (20 euros), seguida por la de Santander (18 euros). La entidad liderada por Ana Botín es también, entre los grandes bancos, la que más cobra por notificar un descubierto: el importe alcanza los 39 euros, contra los 33 de media señalados por FACUA.

Gastos por correspondencia. Algunos bancos cobran para enviar información relativa a nuestra cuenta, “normalmente el coste de un sello”, dice Gallardo. “Lo hacen para que la gente utilice el canal online”, asegura, “pero hay miles de mayores que no tienen Internet. Además, suelen mandar muchas cartas con pequeños movimientos, cobrando por cada una de ellas”.

Las comisiones tienen que responder a servicios efectivamente prestados

Tarjetas de crédito. Al tener domiciliada la nómina u otros ingresos, o usar el plástico un número mínimo de veces, los bancos no nos suelen cobrar para disponer de una tarjeta de crédito. Al no cumplir con estos requisitos, la entidad más cara es Barclays, con un coste de mantenimiento anual de 80 euros; entre los grandes bancos españoles, los más caros son CaixaBank (45 euros) y el banco online de Sabadell, ActivoBank (43 euros), según se desprende del comparador de comisiones de ADICAE. 

Mantenimiento y apuntes en cuenta. La comisión por el mantenimiento de la cuenta puede llegar hasta los 120 euros anuales, cuantía aplicada por el Banco Popular, si no hay ninguna domiciliación. Sabadell cobra 60 euros, lo mismo que Bankia y Santander. Los demás grandes bancos exigen cantidades inferiores a los 50 euros. La comisión por apuntes en cuenta es otra de las “sacaperras” de las entidades: por cada movimiento en nuestra cuenta, hay bancos que nos cobran entre 0,50 y 0,60 céntimos de euro. 

¿Cómo podemos defendernos?

Las entidades retiran gran parte de las comisiones cuando el cliente domicilia la nómina, se compromete a ingresar un determinado importe cada mes o vincula una cantidad ingente como un depósito o un plan de pensiones. Por ejemplo, el último producto diseñado por el Santander, la Cuenta 1,2,3, no solo reduce las comisiones —el mantenimiento mensual son 3 euros y otros tres para la tarjeta—, sino que promete rentabilidades entre el 1% y el 3% según el saldo —que puede oscilar entre 1.000 y 15.000 euros—, y ofrece bonificaciones sobre impuestos, seguros y otras cuotas hasta un máximo de 110 euros mensuales, a cambio que el cliente aumente su vinculación con la entidad.  “Es importante que la ausencia de comisiones se establezca de forma contractual”, puntualiza Gallardo. El experto también recomienda privilegiar el canal virtual para reducir gastos, tanto para realizar operaciones como para recibir la correspondencia. 

Según la normativa sobre transparencia y protección del cliente de servicios bancarios, “solo podrán percibirse comisiones [...] por servicios solicitados en firme o aceptados expresamente por un cliente y siempre que respondan a servicios efectivamente prestados o a gastos habidos”. En caso de modificaciones unilaterales en la política de comisiones, la entidad tendrá que comunicar los cambios al cliente con dos meses de antelación. Asimismo, si hemos tenido que abrir una cuenta para acceder a otros servicios, como contratar una hipoteca, el Banco de España considera que “no corresponde a los clientes soportar ninguna comisión por mantenimiento y/o administración [...], pues conduciría al absurdo de que el cliente pague por cumplir una obligación —apertura de cuenta para facilitar la gestión de la entidad— que esta le impuso en interés propio”. 

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Sobre la firma

Laura Delle Femmine
Es redactora en la sección de Economía de EL PAÍS y está especializada en Hacienda. Es licenciada en Ciencias Internacionales y Diplomáticas por la Universidad de Trieste (Italia), Máster de Periodismo de EL PAÍS y Especialista en Información Económica por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo.

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