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LUIS DE GUINDOS | MINISTRO DE ECONOMÍA Y COMPETITIVIDAD

“Prevemos que los salarios suban de media el 1,5% de 2016 a 2018”

El ministro de Economía considera que ya se ha producido el ajuste laboral y que los trabajadores ganarán poder adquisitivo en los próximos años

Alejandro Bolaños
Luis de Guindos, en su despacho.
Luis de Guindos, en su despacho. GORKA LEJARCEGUI

A no mucha distancia de su despacho, en Madrid, los sindicatos enarbolaban este Primero de Mayo pancartas que rezaban: “Así no se sale de la crisis”. Justo lo contrario de lo que el ministro de Economía, Luis de Guindos (Madrid, 1960), ha pretendido plasmar en las nuevas previsiones del Gobierno en las que vaticina un crecimiento anual del 3% y la creación de 2,1 millones de empleos hasta 2018. Guindos, pendiente ahora también de lograr la presidencia del Eurogrupo —“tenemos apoyos”, asegura— defiende que los ajustes más duros han acabado.

Pregunta. ¿No son previsiones demasiado optimistas?

Respuesta. Hay prudencia: 2015 lo hemos empezado con un crecimiento del 0,9%, un 3,5% en tasa anualizada. Ya es muy difícil que no se cumplan las previsiones del Gobierno para este año. En empleo, los datos de la EPA del primer trimestre perfectamente avalan una creación de 600.000 puestos de trabajo. Es realista.

P. Pero es un crecimiento que depende en parte de que el euro siga depreciado o el petróleo barato tres años más.

“Lo primero fue salir de la recesión, lo segundo tiene que ser salir de la crisis”

R. Cuando te alejas en el tiempo puede haber más dudas, pero tampoco creo que la previsión de 2016 sea excesiva. Lo importante es que se han corregido los desequilibrios: la economía española es hoy competitiva, el ajuste del sector inmobiliario en algunos segmentos está muy avanzado, se ha hecho el saneamiento del sector financiero, la evolución presupuestaria es distinta. En los próximos tres años, si no se comenten errores, se puede tener un crecimiento próximo al potencial.

P. Prevén un aumento muy limitado de la productividad y de los salarios…

R. La proyección, del año 2016 al 2018, es que los salarios, la remuneración por empleado, crezcan cerca del 1,5% de media, por encima de la inflación. Y creemos que los costes laborales unitarios van a permitir a España seguir ganando competitividad respecto a la zona euro. El riesgo para ese cuadro macroeconómico es deshacer las reformas. Me dirá que es un mensaje electoral. Pero la reforma del sistema financiero, la del mercado laboral, la de unidad de mercado, la reforma energética..., yo creo que han funcionado.

“Deshacer las reformas es el mayor riesgo para el crecimiento”

P. Hay más contratos a tiempo parcial, el trabajo temporal repunta, los salarios de entrada son más bajos. ¿Volvemos a salir de una crisis con más precariedad?

R. La prioridad era dejar de destruir medio millón de puestos de trabajo y pasar a crear medio millón de empleos. Dicho eso, en la última EPA, el número de asalariados crece en 465.000 personas en un año, de los que cerca de 300.000 tenían contrato indefinido y una mayoría, a tiempo completo. En el contrato a tiempo parcial, estamos por debajo de la media europea. Creo que es un tipo de contrato adecuado para algunos colectivos, como los estudiantes. La reforma laboral se centró en hacerlo más atractivo y puede funcionar como puerta de entrada a un contrato a tiempo completo. No sé si hay alguien que añora la evolución del mercado laboral en 2009, 2010, 2011…

P. Lo que preocupa son las condiciones de los nuevos empleos.

R. Lo primero fue salir de la recesión, lo segundo tiene que ser salir de la crisis. Lo que quiero decir es que el ajuste bancario se ha producido, el ajuste presupuestario se ha producido, el ajuste inmobiliario se ha producido, incluso diría que el ajuste laboral ya se ha producido. La única cuestión ahora es mantener esas variables en unos parámetros de normalidad, evitando excesos, y continuar con reformas y ajustes. Pero, por ejemplo, el tema presupuestario, con un PIB nominal que crece al 4%, ahora es mucho más sencillo.

P. Bruselas ya ha avisado de que faltan ingresos para ajustar el déficit al 4,2% del PIB.

R. En 2014 hemos cumplido. Y este año, como dijo ayer [por el jueves] el ministro de Hacienda, los ingresos tributarios están creciendo por encima de lo presupuestado, tenemos un ahorro en el pago de intereses de unos 1.500 millones, el pago en prestaciones por desempleo es menor de lo presupuestado, se recuperan los ingresos de la Seguridad Social… Yo diría que el objetivo es perfectamente factible.

P. ¿Volverían ustedes a aprobar la amnistía fiscal, aprovechada por antiguos responsables públicos o políticos de su partido, como el exvicepresidente del Gobierno, Rodrigo Rato, para regularizar dinero por el que no habían pagado impuestos?

R. Amnistías o regularizaciones, como le queramos llamar, ha habido en España antes, y también en muchos países europeos. La valoración se tiene que hacer en función del contexto. En España se hizo en un momento extremadamente difícil desde el punto de vista presupuestario, teníamos que buscar medidas. Y no solo es lo que recaudas en el momento, sino los activos que afloras y que a partir de entonces empiezan a generar ingresos. Y se ha aflorado un volumen de activos importantísimo. Todos éramos conscientes en el Gobierno de que tenía efectos que no son los ideales, pero sus ventajas superaban los inconvenientes.

P. ¿En esos inconvenientes se tuvo en cuenta que a la amnistía fiscal podían acogerse antiguos cargos públicos de su partido, como Rato?

R. Yo no sé quién se ha acogido a la regularización fiscal. Y no es mi obligación saberlo. Lo que valoró el Gobierno fue el contexto en el que nos encontrábamos, con una caída en picado de los ingresos y una situación límite de la economía española.

P. La Agencia Tributaria anunció que remitía al servicio de prevención de blanqueo (Sepblac) una lista de 700 personas acogidas a la amnistía por indicios de blanqueo de capitales. Después, la prensa recoge que en esa lista hay cargos públicos. Y finalmente, con la lista ya de vuelta, el director de la Agencia Tributaria dice en el Congreso que en ella hay información muy relevante. ¿Cómo se le puede decir luego a la gente que no debe conocer esa información?

R. Aquí cada uno es dueño de sus declaraciones, y yo soy dueño de las mías. Hay 31.000 personas que se acogen a la regularización en 2012, y entre esas 31.000 personas, hay unas 700 que tienen o han tenido exposición al sector público. Y por esa razón las envía la Agencia Tributaria al Sepblac.

P. No se explicó así.

R. Yo le digo exactamente como fue. Los casos de esas 700 personas se remiten, no porque haya indicios de blanqueo de capitales, sino porque son personas con exposición al sector público. Y el Sepblac lo que hace es ver si hay indicios, y devuelve entonces la lista a la Agencia Tributaria con la certificación de si ha habido, o no, movimientos sospechosos.

P. ¿Y los ha habido?

R. Sobre eso tengo que mantener una estricta confidencialidad.

P. En la venta de CatalunyaCaixa apenas se ha recuperado el 2% de las ayudas públicas. ¿Cuántos de los 22.500 millones inyectados en Bankia se recuperarán?

R. El plan de privatización nos da tiempo hasta 2017, debemos maximizar el valor para el contribuyente. Pero perfectamente se puede recuperar la totalidad de las ayudas, el tiempo va a favor de su revalorización.

P. En una semana hay otro Eurogrupo para desatascar el tramo final del segundo rescate a Grecia. ¿Habrá acuerdo esta vez?

R. Hemos perdido muchísimo tiempo, pero yo espero que en estos días haya avances notables. Nadie quiere la salida de Grecia del euro, pero se deben cumplir las reglas. Eso implica una lista de reformas, que estamos dispuestos a analizar con flexibilidad. Pero el objetivo del Eurogrupo es que Grecia vuelva a crecer.

P. Lo que ha recibido Grecia hasta ahora son listas con duros ajustes presupuestarios.

R. Ya no es un problema de recortes, Grecia ha hecho un esfuerzo enorme. Lo que le queda a Grecia por implementar son las reformas económicas. La economía griega no es productiva, no es competitiva y no genera crecimiento porque no tiene los incentivos correctos.

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