¿Cómo ahorrarán las familias en 2033?
La vivienda dejará de ser vista como una inversión y se considerará un elemento de uso
La consultora PwC y el Instituto de Empresa han publicado el informe El dinero en 2033. Cómo nos financiaremos y ahorraremos, en el que explican cómo cambiará el comportamiento de familias y empresas a la hora de encontrar financiación y de ahorrar.
El informe parte de la idea de que la economía en el año 2033 será muy diferente a la actual, debido a cambios en las relaciones económicas entre países, en el equilibrio de los centros financieros y en las divisas, lo que supondrá que aspectos como la financiación, el ahorro y la inversión también sufran variaciones considerables.
Más ahorro y durante más tiempo
Desde 2010 la tasa de ahorro de los hogares ha ido descendiendo año tras año, hasta situarse en niveles mínimos debido a una renta disponible deteriorada por la falta de empleo y la crisis en su conjunto. Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), al término de 2014 el indicador se situó en el 9,8% de su renta disponible, un descenso de 0,6 puntos respecto al resultado experimentado al cierre del año anterior.
Frente a un índice en descenso y a una tradición de ahorro basada en activos no financieros (inmuebles), el futuro se presenta distinto: se necesitará ahorrar más y durante más tiempo para poder mantener el actual nivel de consumo y complementar la jubilación.
El informe indica que los menores de 35 años serán el conjunto con las peores perspectivas de cara a la jubilación, ya que tendrán que empezar a ahorrar antes y seguramente asumiendo más riesgos. A su favor, podrán contar con lo aprendido de la crisis, que quizás les hará invertir en activos diferentes a los inmobiliarios. También las personas de entre 35 y 65 años aumentarán su ahorro, pero en menor medida.
Por lo tanto, las familias se encaminarán al ahorro adoptando una postura más arriesgada, dejando de lado los productos conservadores y buscando opciones que den más rentabilidad, al poner como objetivo la jubilación. La vivienda dejará de ser vista como una inversión y volverá a ser considerada únicamente como un elemento de uso.
De acuerdo con el informe, al imponerse un ahorro enfocado a activos financieros más arriesgados, se generará “mayor liquidez en el circuito de la financiación, que a su vez facilitará la obtención de fondos por parte de las empresas españolas y contribuirá a la expansión de la economía”.