El consorcio de ACS se impone a FCC para la gestión de residuos de Portugal

La amenaza de impugnación no ha servido para nada. La española FCC no se hará cargo de la gestión de los residuos y aguas de la mayoría de municipios portugueses. La privatización de la empresa pública EFG ha sido aprobada por el Gobierno de Portugal y sus nuevos gestores pertenecen al consorcio nacional Motal-Engil, asociado a la también española ACS.

La proposición de Mota-Engil era la favorita. No solo por ofrecer la mayor cantidad de dinero -149,5 millones de euros, cuatro más que FCC- sino también porque la comisión técnica que examinó todas las candidaturas le había dado la puntuación más alta.

FCC había manifestado que Mota-Engil no cumplía todos los requisitos, pero el Giobienro no ha variado su postura. La empresa pública EFG controla el tratamiento de dos tercios de los residuos de todos los municipios del país, lo que ha levantado también las protestas de muchos de estos ayuntamientos afectados.

Tras el Consejo de Ministros que aprobó la privatización, el secretario de Estado de Finanzas, Manuel Rodrigues, interpretó las diversas candidaturas y el desenlace como "la prueba de la recuperación económica" del país. Esta privatización se enmarca en las muchas que ha puesto en marcha el Ejecutivo como contraprestación a la ayuda económica recibida por la troika.

Hace dos semanas se cerró la parte que restaba del servicio de correos CTT, el 31,5% de las acciones por las que se recaudaron 343 millones de euros. El Estado portugués consiguió 909 millones de euros a cambio de privatizar CTT.

El próximo proceso de privatización es el de TAP, la compañía aérea bandera del país, para la que hay varias ofertas, aunque todavía se encuentra la privatización en fase inicial pues ni siquiera fue tratada en el Consejo de Ministros de hoy jueves.