Ecuador sumará 7.000 millones de dólares a su deuda con China
El gigante asiático prestará este año al país sudamericano esta suma para la construcción de la Refinería del Pacífico
China es el mayor acreedor externo de Ecuador. El saldo de la deuda pública que este país sudamericano mantiene con el gigante asiático es de 4.768 millones de dólares, según el Ministerio de Finanzas (con corte a febrero de 2014). Lejos quedan los compromisos que el país andino tiene con sus otros acreedores como Brasil (274 millones de dólares) o España (199 millones de dólares). La historia crediticia entre China y Ecuador empieza en 2009, desde entonces se han desembolsado 13 créditos chinos cuyo monto global bordea los 10.000 millones de dólares, según Paulina Garzón, experta en inversiones chinas en América Latina, que ha hecho un seguimiento del endeudamiento de los países de la región con China.
A esto se sumarían los 7.000 millones de dólares que China prestará este año a Ecuador para la construcción de la Refinería del Pacífico (la segunda que tendrá Ecuador). Una comisión del Ministerio de Coordinación de Sectores Estratégicos se encuentra esa semana en Pekín negociando la última parte de este crédito que ha tardado por lo menos un año en ejecutarse. Este grupo está integrado por el viceministro Augusto Espín; Oswaldo Madrid, gerente de Petroecuador; Bismarck Andrade, gerente de la refinería; y algunos juristas.
Lo único que ha trascendido de esta cita es una declaración que hizo el titular de la Cartera de Sectores Estratégicos, Rafael Poveda, al diario El Universo: “Faltan los detalles, la parte jurídica, los detalles financieros, el banco pide mucha información, pero estamos positivos, vemos señales políticas y corporativas de los bancos de China, el banco que está liderando este financiamiento que es el Industrial and Commercial Bank of China (ICBC) y del nuevo socio de la refinería de la Corporación Nacional de Petróleo de China (CNPC)”.
El sigilo que ha acompañado a todos los tratos crediticios que se han hecho con China está normado en el Código Orgánico de Planificación y Finanzas Públicas, que fue aprobado en 2010. El artículo 137 señala que el ente rector de las finanzas públicas puede declarar secretos y reservados todos los actos, contratos, convenios o documentación que pudiera generar pérdidas o condiciones desfavorables a los intereses del Estado.
César Augusto Sosa, editor de economía en el diario El Comercio, explica que esa norma ha impedido que los convenios firmados con China se hayan transparentado ante la opinión pública. “No se sabe qué mismo está comprometido con China”, señala. Lo único que se conoce por los datos de Petroecuador es que el 80% del petróleo ecuatoriano se vende a China de forma directa gracias a los contratos de venta anticipada de crudo que se han firmado con ese país desde 2009. El petróleo ha sido la única garantía que ha exigido China para prestar dinero a Ecuador y el Gobierno ecuatoriano ha podido financiar sus megaobras sin demasiadas restricciones. Además el golpe de efecto es grande porque el presidente Rafael Correa ha podido mantener su discurso en contra de los califica como “heraldos del neoliberalismo” (Banco Mundial, FMI). “Ha resultado bastante cómodo para el Gobierno porque consigue el dinero de forma rápida y no rinde cuentas a nadie”, opina Sosa.
El negocio para China, por otro lado, ha sido redondo. No solo se ha asegurado el suministro de petróleo sino que también ha conseguido que Ecuador contrate a empresas chinas, proveedores chinos y mano de obra china como se ha visto en los proyectos hidroeléctricos Toachi-Pilatón y Coca Codo Sinclair. Paulina Garzón habla de esta forma de operar conocida como la estrategia de hierro. “China a través de sus préstamos consigue petróleo barato, cero riesgo en los préstamos, altos intereses, retornos rápidos, contratos para las empresas estatales y adicionalmente exporta mano de obra que sobra en China, pero que lamentablemente no es escasa en América Latina", dice la experta en inversiones chinas.
Garzón también alerta de la gravedad del nivel de endeudamiento, sobre todo, porque los intereses que cobran los bancos chinos superan las tasas que cobran las entidades con las que Ecuador solía endeudarse, como el Banco Mundial o el Banco Interamericano de Desarrollo. Los intereses chinos están entre el 6% y el 8% mientras que el promedio de intereses de las otras entidades ronda la mitad de esos porcentajes. También advierte de las diferencias en cuanto al tiempo para saldar la deuda. Los bancos chinos prestan a seis y ocho años, mientras que los créditos multilaterales se pagan entre 15 y 25 años.
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