El IPC vuelve a caer hasta marzo en su mayor recorte en cinco años
Los alimentos y el efecto de la Semana Santa de 2013 condicionan el dato
El índice de precios al consumo cayó un 0,2% en marzo frente al mismo mes de 2013, según el dato adelantado que publicó este viernes el INE y que eleva el riesgo de que España acabe entrando en la tan temida deflación. El recorte, que representa el mayor descenso del IPC desde finales de 2009 y supone un tijeretazo de dos décimas con respecto a la tasa de febrero, se explica por un nuevo abaratamiento de los alimentos. También, según explica la oficina de estadística, por el comportamiento de los viajes organizados, grupo que se encarece menos de lo que lo hizo en 2013 porque durante el año pasado la Semana Santa se celebró en este mes, lo que siempre tira hacia arriba de los precios.
Por su parte, el índice armonizado con Europa (IPCA) arrojó otra caída del 0,2%, cuando hace un mes lograba subir un 0,1%. En cuanto a la comparación con febrero, el IPC sube un 0,2% y el IPCA un sorprendente 1,6%. En cualquier caso, estos datos, tal y como recuerda el propio INE, son un avance y deberán ser confirmados en dos semanas. Antes, este mismo lunes, Eurostat publicará su estadística sobre precios en Europa.
Pese a su estado provisional, el balance del INE constata la teoría de que la inflación sí está de vacaciones para España. El problema es que, con ello, se lastra el regreso a la normalidad de la economía, tal y como advierten desde los analistas a los líderes políticos. “España no está en deflación —un fenómeno que se corresponde con un periodo sostenido de precios a la baja—, pero sí está en un periodo en el que la inflación es prácticamente cero”, resume Ángel Laborda, director de coyuntura de la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas). El problema, añade, es que “en estos momentos de recuperación sería bueno contar con algo de inflación, sobre todo desde el punto de vista de la deuda”, ya que ayudaría al proceso de ajuste.
Tanto Laborda como José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citigroup en España, se muestran levemente sorprendidos por el dato negativo de marzo y, aunque también coinciden en que el IPC volverá a tasas positivas a corto plazo, animan al Banco Central Europeo (BCE) a tomar medidas.
Con una economía renqueante, unos salarios a la baja y un consumo que no llega a remontar —el INE también publicaba este viernes que las ventas al comercio cayeron un 0,5% en febrero con datos corregido de efecto calendario—, la única opción para insuflar algo de ánimo pende del BCE. También de Alemania, que con un avance en su demanda interna lograría tirar del resto.
No obstante, ni Laborda ni Campuzano prevén que el instituto emisor mueva ficha en su tradicional reunión mensual del consejo que se celebra el jueves que viene. Y eso que, tal y como recuerdan, los llamamientos a su presidente, Mario Draghi, para que actúe van en aumento.
“Es indicativo que el presidente del Bundesbank, Jens Weidmann, dijera esta misma semana que el BCE no podía descartar una compra de activos —como ha hecho la Reserva Federal en EE UU—”, destaca el analista de Funcas. “En mi opinión, la semana que viene quizá sea pronto, pero si no es en esta, será en la próxima reunión”, añade. Para Campuzano, decepcionado por el “tono bajo” que empleó Draghi hace un mes, es más probable que el responsable del BCE siga aplazando la decisión. “Va a esperar un poco más para contar con nuevos datos”, indica tras llamar la atención sobre el hecho de que la “mejora de los mercados financieros es evidente”, lo que disuade de adoptar cualquier movimiento no convencional.
“Hay margen para bajar los tipos desde el mínimo del 0,25% actual, hay margen para llevar los depósitos a tasas negativas, para poner en marcha nuevas operaciones de LTRO —inyecciones masivas de liquidez— e, incluso, de poner en marcha la compra de activos (que mencionaba Weidmann). Pero la pregunta es cuándo lo va hacer”, cuestiona Campuzano.
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