El 10% más rico de España se libra de los efectos de la crisis, según la OCDE
La población más pudiente apenas sufre la caída de ingresos entre 2007 y 2010 Uno de cada 10 sufre un recorte de casi el 15% anual, la mayor brecha entre los desarrollados El organismo advierte de que mejorar las prestaciones debe ser "la prioridad absoluta"
Los organismos internacionales prestan cada vez más atención a la creciente brecha entre los ricos y los pobres y en cada uno de los indicadores España queda retratada para mal. La OCDE, que une a las economías más desarrolladas, señaló hoy que es el país donde mayor es la diferencia entre cómo le afectó la primera parte de la crisis al 10% más rico de la población y cómo la ha sufrido el 10% más vulnerable. En resumen, la economía en la que más se ha abierto la brecha. Ese 10% en la cima apenas vio bajar sus ingresos un 1% anual entre 2007 y 2010, mientras que el 10% más pobre los vio caer un 14%, lo que supone haber perdido prácticamente un tercio de sus rentas.
Si la semana pasada un informe del Fondo Monetario Internacional (FMI) revelaba que España era el país de la UE en la que más se había agrandado la brecha social como consecuencia de la crisis, hoy fue la OCDE la que ha vuelto a poner a la cuarta economía de la zona euro ante su desequilibrado espejo. El informe Panorama de la Sociedad 2014 que la OCDE publicó apunta que de los 33 países de los que hay información disponible, en 21 de ellos al 10% más rico las cosas le han ido mejor que al 10% más pobre, un patrón “particularmente fuerte en donde los ingresos familiares bajaron más”, según el estudio, que destaca a España e Italia.
Pero la brecha de los españoles es muy superior a la de los italianos, segundos en esta lista de disparidad, pues en su caso el decil más pudiente experimenta la misma leve contracción, pero el recorte anual del decil más pobre es del 4%, frente al 14% de los españoles.
El organismo critica que las ayudas públicas no están bien diseñadas
El informe de la OCDE es demoledor. Para el organismo, “las ayudas públicas no están orientadas hacia los más afectados por la crisis”, ya que “la parte del gasto social destinada a familias relativamente acomodadas es superior a la de la mayoría de los otros países de la UE”.
En España en 2010 los ingresos medios del decil más rico fueron 13 veces más altos que los ingresos medios del decil más pobre, mientras que la media de la OCDE de 9,4 veces. Llama la atención del comportamiento completamente opuesto de países como Islandia, donde el decil más rico perdió alrededor de un 12% anual y el decil más pobre un 8%. Entre 2008 y 2012, los ingresos de los hogares españoles se contrajeron en 2.600 euros por persona, lo que supone unos de los descensos “más fuertes de los países de la eurozona”. Además, llama la atención sobre el hecho de que teniendo una tasa de desempleo dos veces y media más elevada de la media de la UE, el gasto en prestaciones de personas activas apenas está sobre esa misma media.
“Los ancianos y los beneficiarios de pensiones han estado mejor protegidos. La tasa de pobreza relativa entre las personas mayores bajó en 8 puntos porcentuales, a un 12%. En cambio, la tasa de pobreza infantil subió en 3 puntos porcentuales a 21% (la media de la OCDE es de 13%) y la tasa de pobreza entre los jóvenes registró un salto de cinco puntos”, agrega.
Una reforma del IVA podría ayudar a financiar mejor los servicios públicos
El organismo que dirige Ángel Gurría es muy contundente al advertir al Gobierno: “La prioridad absoluta es dar ayuda a los grupos más desfavorecidos. Las prestaciones asistenciales para los desempleados de larga duración y para las familias de trabajadores pobres deben ser fortalecidas urgentemente. Esto no sólo requiere modificaciones legislativas, sino también los recursos presupuestarios adecuados y la capacidad administrativa que garantice que todos los demandantes elegibles recibirán ayuda en el momento oportuno”.
La OCDE se suma a otras voces en Bruselas y el FMI que piden que se amplíe la base recaudatoria del IVA y plantea como posibilidad una “reducción en el número de productos (o servicios) que se benefician” de un IVA de tipo reducido o que estén incluso exentos de este impuesto. La organización pone como ejemplo que comida, transporte o energía “gozan de tasas de IVA especiales debido a consideraciones sociales”, pero apunta que “las prestaciones asistenciales pueden ser orientadas de manera más precisa y eficiente, de tal manera que el gasto social vaya en ayuda de las personas más necesitadas”.
Según su visión, como los grupos de bajos ingresos consumen menos que los grupos de altos ingresos, “las exenciones y rebajas del IVA los benefician menos”. Además, “estas reglas especiales, sumadas a la evasión (en el pago del IVA) cuestan a España un 65% del ingreso por impuesto al valor agregado, una de las tasas más altas de la OCDE, cuya media es de 45%”, advierte.
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