Petrobras lucha por salir de mala racha y recuperar la confianza
La compañía divulga su balance de 2013 y los planes futuros, pero no convence los inversores de su éxito en el corto plazo
La vida de la Petrobras, la mayor compañía brasileña, no ha sido últimamente nada fácil. Tras perder el 16% de su valor de mercado el año pasado y de ver rebajada su nota de calificación de alta a media el pasado octubre, la empresa, blanco de toda suerte de desconfianzas, lucha para continuar adelante. Al divulgar el balance financiero de 2013, que registró unos ingresos de 304.890 millones de reales (130.000 millones de dólares), el 8% de más del que en 2012, y un beneficio de 23.500 millones de reales (casi 10.000 millones de dólares), el 11% más que el año anterior, la compañía también anunció su plan de inversiones de 2014 a 2018.
Petrobras contará con 220.600 millones de dólares para invertir, principalmente en explotación y producción de la materia prima (el 70% del total de los recursos), además de refinado y operaciones internacionales.
Es un objetivo de inversión un poco más pequeño que el previsto el año pasado (en el plan 2013/2017), pero más cercano a la realidad del grupo, que trabaja con un programa de venta de activos y reducción de gastos internos para reducir su endeudamiento.
“Hicimos la mayor inversión de nuestra historia el año pasado, el 24% más que en 2012, incluyendo los bonos (de firma del campo petrolífero) de Libra”, explica la presidenta de la compañía estatal, Graça Foster, en conversación con analistas. Pero en 2014, habrá más parsimonia. El endeudamiento líquido también se elevó en 2013. Subió el 50% en comparación con el año anterior y llegó a los 221.500 millones de reales (94.000 millones de dólares).
Las dificultades de la empresa para encontrar el camino del gol han castigado el valor de las acciones. Sus títulos, que fueron negociados alrededor de los 30 reales hace tres años, hoy han aterrizado en los 13.
Para salir de los aprietos en los que se encuentra, la compañía se apoya en tres ejes: aumentar la producción, las ganancias de eficiencia en la operación y un nuevo reajuste de los combustibles. Los dos primeros se encuentran más bajo el control de la compañía. Pero el asunto del reajuste es un terreno sensible, porque afecta al proyecto de control de la inflación, un compromiso asumido por el Gobierno incluso a nivel mundial. A la vez, la presidenta Dilma Rousseff no puede dejar que uno de sus principales activos –Petrobras aún goza de enorme prestigio, y es una de las pocas compañías inductoras de inversiones en innovación en el Brasil– pierda aliento en el mercado.
El problema es combinar las necesidades del Gobierno con la impaciencia de los dueños del dinero. Tras la divulgación del balance, las acciones de la empresa ya apuntaban a una caída. Este miércoles, los títulos de la compañía estatal cayeron a sus niveles mínimos desde 2005.
Con una producción diaria de 2,3 millones de barriles de petróleo y gas natural, la compañía mantiene el objetivo de duplicar su producción para 2020 y a la vez mostrar capacidad para superar las adversidades. El aumento de la producción de petróleo es este año una cuestión de tiempo. Está prevista, por ejemplo, la entrada en producción de la plataforma P-58, que está en fase final de instalación en el complejo denominado Parque das Baleias, a 85 km de la costa del Estado de Espírito Santo, lo que aumentará la producción de la capa pre-sal de la Bacia de Campos.
Otras dos plataformas deberán comenzar a operar en el primer semestre de 2014 en las capas pos-sal de la Bacia de Campos: la P-62, en el módulo 4 del campo de Roncador; y la P-61, en el campo de Papa-Terra. Foster apuntó que el país podrá alcanzar la autosuficiencia en el área de derivados del petróleo a partir de 2020, acabando con las importaciones. “En 2020, Petrobras, Brasil será quién más contribuya al aumento de la demanda mundial”, evaluó. En 2014 la compañía se marca como meta un crecimiento en la producción de derivados del 1%, con un papel especial del diésel.
El aumento en el precio de la gasolina y del diésel es una alternativa para recuperar parte de la credibilidad perdida. El año pasado hubo tres reajustes del diésel, que se encareció un 20%, y dos de la gasolina (11%), lo que garantizó un impulso. “Pero la devaluación cambiaria (del real) fue bastante significativa y llevó otra vez a una no convergencia de precios (con el mercado internacional)”, impactando negativamente los resultados de la compañía, dijo Foster durante la presentación.
Por eso, el reajuste ha cobrado importancia capital. “Ese es un factor importante, que necesita ser negociado con el Gobierno”, dice Leonardo Maugeri, expresidente de la petrolera italiana Eni, e investigador de la Universidad de Harvard. “Si Brasil quiere una empresa sólida, necesita dejar el precio en línea con el mercado”. Según él, una decisión de este tipo podría tranquilizar el mercado, al mostrar que el país está atento a los problemas macroeconómicos, y que conoce el apoyo que necesita su mayor compañía.
Esa medida por sí sola, sin embargo, sería insuficiente para garantizar una recuperación de la empresa. La compañía estatal, cree Maugeri, necesitaría también ser más agresiva en su plan de venta de activos. El plan de desinversiones garantizó 8.900 millones de reales para la caja de la compañía en 2013. “Es poco para una compañía que necesita valorizarse en el corto plazo”, dice.
Según Cesar Guzzetti, especialista de la Gaffney Cline, la empresa ya consiguió asegurar entre el 10% y el 15% de lo que necesita con los activos vendidos hasta ahora.
Mientras, hacer las paces con los inversores se muestra una misión ardua. Un informe del banco HSBC enviado a sus clientes sintetiza bien esa percepción. “Creemos que la empresa tiene excelentes activos en su cartera, un potencial de crecimiento impresionante, pero la intervención del Gobierno con sus efectos negativos, pueden llevar a un camino largo y pedregoso que muchos inversores quieren evitar”.
¿Como quebrar entonces el círculo vicioso de la compañía estatal, que acaba por frustrar, o por lo menos postergar, la obtención de resultados? Sin una buena acogida del mercado, sus acciones se negocian menos. Sin la valorización necesaria, la empresa tiene menos capital para invertir. Y sin recursos, no puede alcanzar sus metas.
La compañía estatal se ha esforzado por mostrar resultados concretos, como el récord de extracción de 417.000 barriles por día en los pozos de la capa pre-sal en la bacia de Campos y de Santos, según se difundió el lunes. “Petrobras tiene la necesidad de contar siempre lo que la pre-sal produce. Ha acelerado la producción, colocando la pre-sal en el presente. No es un pasaporte futuro”, dice Jean Paul Prates, especialista de la consultoría Expetro.
En la presentación de este miércoles, el director de Petrobras José Formigli Filho destacó que, "en 2017, el porcentaje de la pre-sal en la producción (brasileña) será del 42%". "Hasta 2020, llegará a 50%", añadió.
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