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Las empresas se vuelcan en África

Las exportaciones y las inversiones españolas se disparan en el continente

Las cifras exportadoras españolas en África son espectaculares por su velocidad de crecimiento y van camino de convertir al continente en un motor del comercio exterior. Los empresarios españoles han trillado los cinco países mediterráneos y ahora abordan los 49 subsaharianos. Los datos hablan por sí solos. En 2013, el mayor avance mundial exportador español se ha producido en Sudáfrica, un 56% interanual, y África se ha convertido en la tercera región mundial por crecimiento de compras a España, tras Oriente Próximo y Asia. La región subsahariana recibió más de la cuarta parte de las ventas españolas al continente en 2012 y en la primera mitad de este año compró casi un 23% más que en el mismo periodo de 2012.

Las historias de las empresas españolas en África dan para llenar un libro. El contrato de infraestructuras en Mauritania, de 13,2 millones de euros, fue un regalo para la constructora extremeña Carija en medio de una suspensión de pagos, hoy superada. Porcelanosa abrió en 2011 la tienda más exclusiva de Luanda, la capital de Angola y la ciudad más cara del mundo. La agroquímica Tecnidex traduce en filiales la madurez de los mercados. “En 2008 abrimos la de Marruecos y en 2014 inauguraremos la de Sudáfrica”, cuenta Manuel García-Portillo, presidente de la empresa. “África es el nuevo El Dorado, y el goteo de quienes nos piden información para vender allí se ha convertido en un río”, asegura José Ramón Ferrandis, jefe del área África de la Secretaría de Estado de Comercio.

La suma de la necesidad de compra africana con la necesidad de venta española disparará el mercado. La región subsahariana está llena de oportunidades y “repleta de emprendedores y empresarios españoles que buscan sobre el terreno la forma de responder a los 400 millones de personas convertidas en clase media. Les asombra las puertas que abre el fútbol español y la positiva percepción de los africanos de España como entrada natural de Europa”, cuenta Jesús Mardomingo, socio de Cuatrecasas. En una región tan vasta, los consultores recomiendan empezar por Ghana, Zimbabue, Namibia, Kenia, Mozambique, Angola o Sudáfrica, aunque “en países como Cabo Verde ya hay más de 60 empresas españolas implantadas”, apostilla Ico Sánchez-Pinto, jefa de área de economía y empresa de Casa África.

ICEX, brazo armado del comercio exterior español para las pymes, ha realizado 52 acciones en África subsahariana en lo que va de año. La próxima será en Kenia para mostrar a las empresas españolas proyectos de infraestructuras financiados por instituciones multilaterales. Cada día nacen consultores especializados en la región como Codexca, Naxan Export o Export Value. Globalider es el más activo: tiene 25 delegaciones en España, un centro de 3.000 metros cuadrados para la logística de sus clientes en Algeciras y una red de oficinas en 15 países africanos, 12 de ellas en la región subsahariana. “Invertimos dos millones de euros en un centro de negocios en Dakar, un hub de contenedores en Algeciras y una planta industrial de leche en polvo para la región subsahariana”, cuenta Francisco Casáus, director general de Globalider. No es suficiente. “Las empresas echan de menos más coordinación de las Administraciones y las agencias españolas de apoyo a la internacionalización, y piden más líneas de crédito y financiación directa”, recalca Ico Sánchez-Pinto.

Una clase media de 400 millones de personas demanda productos y servicios

La inseguridad jurídica tradicional en muchos países africanos empieza a paliarse. Senegal, Marruecos o Ghana acometen reformas en su legislación para normalizar el comercio. No es el único problema. “Casi 24.000 empresas españolas trabajan en la zona y sufren niveles de impago sensiblemente superiores a los registrados en España, sobre todo en Angola y Cabo Verde”, explica Carlos Pobre, director de comercio exterior de Crédito y Caución. Las empresas de la construcción, las químicas y algunas de bienes de consumo, como las jugueteras, son las más castigadas. “La nota positiva es que sectores de gran volumen de negocio, como el del automóvil o la alimentación, logran relaciones comerciales estables y seguras”, añade Carlos Pobre.

Los riesgos de los países africanos son similares a otros con los que comercian las empresas españolas de forma habitual. Sudáfrica y Botsuana son los países con menos riesgo de impago, similar al español. Un escalón por detrás quedan Angola, Namibia y Gabón, con un riesgo como el ruso o el portugués. Crédito y Caución no avala el comercio en Zimbabue, Malí y Libia, los peores países, y califica a Somalia, Sudán, Eritrea, República del Congo y República Centroafricana de riesgo extremo. La seguridad de cobro del resto del continente es similar al argentino.

Una respuesta a los impagos son las licitaciones avaladas por la financiación de organizaciones multilaterales, que aseguran el cobro. “Es la forma directa de vender en mercados que tardan más de dos años en dar fruto, demasiado tiempo para las empresas españolas, que han quedado sin músculo financiero para implantarse”, añade Octavio Mederos, director de Codexca. Las empresas españolas, cada vez más, escogen este camino. En los últimos cinco años han logrado 23 licitaciones avaladas por el Banco Africano de Desarrollo, y 13 se concentraron en 2012. Estas contrataciones sumaron 110 millones de euros y colocaron a España como primer país europeo por volumen. El grueso de los crecimientos obtenidos en este tipo de contratos procedió de África subsahariana.

Además, las empresas españolas se han situado como segundas por el volumen de licitaciones obtenidas por países no prestatarios (no reciben financiación) del Banco Mundial en su año fiscal de 2012. Fueron 735 millones de dólares, apenas superados por las empresas alemanas. En ellos, Cobra logró casi 11 millones de euros en contratos de electricidad en Costa de Marfil y de saneamiento en Angola. “Las licitaciones internacionales son una buena entrada para la empresa española dada su calidad técnica, que incluso es reforzada por sus proveedores finales”, asegura Rafael Gómez-Jordana Moya, director del área de África de la dirección financiera del Banco Santander. La empresa gallega Made, por ejemplo, ultima una planta de equipos de energía termosolar con 60 trabajadores en Sudáfrica para suministrar a las empresas de energías renovables españolas, que facturará 28 millones de dólares en 2014.

La seguridad jurídica mejora en un buen número de países

Sudáfrica es el motor del continente y el país estrella de las exportaciones españolas. “Hemos multiplicado por 2,5 las exportaciones y la inversión directa en dos años. Somos el primer país europeo en inversión bruta”, asegura Enrique Manzanares, consejero económico y comercial de la Embajada española en Sudáfrica. El buque insignia son las empresas de energías renovables. Abengoa, Acciona, Cobra, Gestamp, Iberdrola o Isolux son algunas de las que han ganado un tercio de los 4.000 megavatios licitados del gigantesco plan de energías renovables sudafricano de 20.000 megavatios, uno de los mayores del mundo. En torno a ellas se ha formado un cluster con más de cien empresas. Sudáfrica mejora todas sus infraestructuras. La planta valenciana de Vossloh España suministrará las 70 locomotoras para el transporte de pasajeros en Sudáfrica, un contrato de 250 millones de euros firmado hace un mes. El programa de agua podría llegar a los 40.000 millones de euros.

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