La OCDE alerta de que la sequía de crédito lastra la recuperación española
El organismo mejora las previsiones pero insta al Gobierno a perseverar en las reformas La zona euro crecerá un 1% en 2014 tras contraerse un 0,4% este año
El proceso de poner en orden las cuentas públicas y sus consiguientes recortes y la dureza de las condiciones crediticias continúan suponiendo un freno en la tan traída y llevada recuperación española. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que une a las economías más desarrolladas del mundo, advirtió este martes de que la consolidación fiscal y las dificultades para lograr préstamos “seguirán suponiendo un freno para el crecimiento”, pese a la mejora de las exportaciones y de la cuota de mercado mundial, con una demanda interna que ha pasado de la caída al estancamiento.
La recuperación de los mercados financieros es un hecho para España, y su banca, con el rescate ya finiquitado, ha avanzado su reestructuración. Sin embargo, la OCDE percibe que esta tendencia no se ha traducido en más dinero para que las empresas inviertan y las familias consuman. “La demanda de crédito es débil, pero los tipos de interés para los nuevos préstamos a pequeñas y medianas empresas han subido sustancialmente, sugiriendo que las restricciones al suministro de crédito también siguen”, señala el informe presentado en París.
También la troika —Comisión Europa, BCE y FMI— advirtió sobre ese asunto esta semana, al reconocer que la banca prima la inversión en deuda pública frente a la concesión de créditos: las entidades logran préstamos muy baratos, casi gratis, en el BCE e invierten el dinero en bonos soberanos con una rentabilidad del 4% a 10 años.
Aun así, España ha dejado atrás la recesión y la OCDE ha mejorado las previsiones de crecimiento. El organismo calcula una caída del PIB del 1,3% para este año, lo que supone una recesión cuatro décimas más leve que en el informe de mayo, y un crecimiento del 0,5% para 2014, una décima por encima de la última estimación. Esta revisión al alza no sirve, sin embargo, para lograr una rebaja de calado en el desempleo, el gran problema de la economía española: la tasa de paro pasará del 26,4% en 2013 al 26,3% en 2014 y al 25,6% en 2015.
Las reformas estructurales, opina la OCDE, resultan irrenunciables para asegurar que el proceso, lento, pero proceso de reactivación económica, no se detiene. Con la recuperación a la vista, pero la economía “aún frágil”, el Gobierno debe perseverar en su consolidación fiscal, pero también mejorar el entorno económico con la aplicación completa de su programa de reformas estructurales.
El secretario general de la OCDE, Ángel Gurría, puso como ejemplos el campo de la educación, la innovación, la competencia, la flexibilidad laboral y el mercado de productos o los regímenes fiscales.
La OCDE ha revisado a la baja las previsiones de crecimiento mundial, de 2,7% este año y del 3,6% en 2014, frente al 3,1% y 4% que calcularon en mayo, respectivamente. Para el conjunto de la zona euro, el organismo prevé un avance del 1% en 2014 y del 1,6% en 2015, tras cerrar 2013 con una contracción del 0,4%.
“Tenemos una recuperación débil”, explicó Gurría, porque “el motor, que es la economía global, está gripado” y eso afecta a las fuentes de crecimiento que son la inversión, el comercio o el crédito, que no se han recuperado del choque de esta crisis, más profunda y más larga que las precedentes. Eso significa, alertó, de que “ya no ofrecen casi margen de maniobra las herramientas evidentes del corto plazo”, como las de la política monetaria.
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