Sin cambios significativos en las previsiones
El consenso contempla una caída del PIB para este año del 1,5%
Como es habitual tras la publicación de la Contabilidad Nacional trimestral, la mayoría de analistas de coyuntura han procedido a revisar sus previsiones, una vez conocidos los datos del cuarto trimestre de 2012. Esta semana se han publicado los resultados de la encuesta bimestral que realiza la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas) a 19 instituciones españolas privadas, a partir de los cuales se calcula la cifra de consenso (media aritmética de las previsiones de las instituciones).
A grandes rasgos, el comportamiento de la economía española en el cuarto trimestre no fue muy diferente del previsto. En el lado positivo, las mayores diferencias se produjeron en el ámbito de los desequilibrios, en cuya corrección se avanzó más de lo previsto, lo que vale tanto para el déficit exterior por cuenta corriente como para el déficit público. En cambio, en el lado negativo, el consumo privado y la inversión de las empresas acentuaron su ritmo de caída algo más de lo previsto. También las exportaciones se comportaron peor, pero fue más que contrarrestado por una caída también mayor de las importaciones, así que la contribución del saldo de los intercambios de bienes y servicios con el exterior fue una de las mayores en lo que llevamos de crisis. En conjunto, estas diferencias en la composición de la demanda se compensaron entre sí y la caída del PIB de ocho décimas porcentuales fue prácticamente igual a la prevista. Por ello, al incorporar estas diferencias (errores de previsión) a las nuevas previsiones, el resultado es que cambian ligeramente las cifras de los distintos agregados, pero no cambia significativamente la suma de todos ellos, que es el PIB.
Solo a partir de la segunda mitad de 2014 cabe esperar un aumento de la ocupación
Claro que, además de las propias tendencias de la economía española, hay otras variables que se tienen en cuenta cuando se revisan las previsiones, como las condiciones monetario-financieras, la política fiscal y el entorno exterior. En cuanto a las primeras, las previsiones no son ahora muy distintas de las de hace tres meses. Se han superado los momentos más críticos de la crisis financiera europea —esperemos que el esperpento de Chipre se solucione sin más contratiempos— y se ha avanzado mucho en el saneamiento, recapitalización y reestructuración del sector bancario español. Esto pone las bases para recuperar la confianza de los mercados y para que progresivamente empiece a superarse la restricción crediticia que afecta a las empresas y familias, pero el proceso va a ser inevitablemente lento. La política fiscal va a seguir siendo contractiva, aunque en menor medida de lo que fue en 2012. En cuanto al contexto externo, han empeorado las perspectivas para nuestros principales mercados, los europeos, pero han mejorado las de los emergentes.
Teniendo en cuenta todo lo anterior, las nuevas previsiones apenas cambian en los parámetros más importantes. El consenso contempla reducciones del PIB de 0,5 puntos porcentuales (pp) en el primer trimestre de este año, de 0,3 pp en el segundo y 0,1 en el tercero; y una estabilización en el cuarto. Con ello, el PIB generado en el conjunto del año sería inferior en un 1,5% al de 2012, la misma previsión que en la encuesta anterior. Esta caída del PIB sería prácticamente igual a la que se produjo en 2012, a pesar de lo cual no pueden valorarse de la misma manera los dos años: en 2012 la economía fue de más a menos y en 2013 irá de menos a más, lo que abre la puerta a que en 2014 se produzca ya una moderada recuperación. Para ese año el consenso prevé un crecimiento del PIB del 0,7%.
Desgraciadamente, con esta evolución del PIB no cabe esperar que se cree empleo. En 2013, este se reduciría un 3,2% (unos 530.000 puestos de trabajo) y en 2014, un 0,2%, lo que implica que, al menos en la segunda mitad del año, ya empiece a aumentar la ocupación. La tasa de paro media anual aumentará hasta el 26,8% en 2013 y caerá al 26,5% en 2014 como consecuencia de la reducción de la población activa. La base de estas predicciones radica en que los fundamentos de la economía española, sobre todo sus desequilibrios y la competitividad (en la jerga, las condiciones de oferta), han mejorado y van a seguir mejorando sustancialmente; en que las condiciones financieras van a ir normalizándose progresivamente; y en que la zona del euro (el barco en el que vamos los españoles) salga de su actual letargo.
Ángel Laborda es director de coyuntura de la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas).
Comercio exterior de enero
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